Capitulo 15

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CHARLIE

Han pasado ya varios días desde que vi a Chris y tenía la esperanza de que no fuera la última, aunque no estaba muy segura, no creo que un hombre como él, necesite a alguien como yo, solo doy preocupaciones y problemas. Tenia miedo de que él no regresara a buscarme, ¿Quien quiere en su vida a una chica conflictiva y delincuente? pero viendo el lado bueno, eso era lo mejor porque empezaba a tener sentimientos por él y sabía que lo nuestro nunca podría pasar. Chris es inalcanzable para mí, además de que yo algún día terminaría en la cárcel.

Betty y yo limpiabamos la sala, mientras Benjamín cenaba en el comedor, siempre que podía le ayudaba a mi amiga con todo, era una manera de agradecerle todo lo que hacia por mi.

—a veces tantos fierros me estresan– dijo mi amiga mientras recogíamos uno de los apartamentos con los que su esposo se ejercitaba.

—¿El volverá a...?– no termine la pregunta por que me daba vergüenza, no queria que pensara que era una metiche.

—tengo la esperanza de que si– sonrió triste –solo que llevara su tiempo, además de que necesita otras cirugías.

—Betty, si puedo ayudarte en algo...

—gracias Charlie, eres muy linda, pero deja de preocuparte por nosotros ¿Por que mejor no sales? Diviértete, conoce a mas chicos de tu edad.

—Betty ¿Quien querria a una mujer traumada como yo de amiga?– sonreí.

–yo– dijo sin dudar.

—porque tu eres un ángel que llego a mi vida– me acerque a ella y la tome de las manos –no me alcanzará la vida para agradecerte.

—basta– me abrazo –me haras llorar– se separo de mi y volvió a lo que hacia.

—tu sabes todo lo que he pasado y los errores que cometí, nadie mas me aceptara con mis defectos.

—tu no tienes la culpa de lo que te ha pasado, si, cometiste el error de privar de su libertad a ese chico, pero por lo que me platicas el ya te perdonó. Debés dejar tu pasado atrás y seguir adelante, se que es difícil, pero deberías intentarlo.

—si tan solo pudiera, hay días que creo que si, pero llega la noche y las pesadillas regresan.

—y si vamos con un psicólogo, tal vez te pueda ayudar a encontrar ti paz.

—si lo he pensado Betty, pero una cita es muy cara y ni pienses que me darás dinero, tu lo necesitas para tu esposo.

—pero puedo ayudarte con algo.

—no Betty, eso no está a discusión y si no quiere que me moleste contigo no insistas por favor.

—esta bien, no insistiré.

Al día siguiente era mi dia de descanso, le dije a Betty que iría a darle una vuelta a mi casa, la tenía muy abandonada desde que salí de ahi y no queria perder esa propiedad. También aprovecharía para buscar a Tom y para comprar unas cosas que me encargo Betty. Ya hace algunos días que no veía a Tom, a veces iba a la cafetería y yo le compraba un sándwich para que comiera. Me duche y me arregle, ya tenia mas ropa decente, yo me compraba con mi sueldo y Betty me regala con el pretexto de que la compraba para ella pero no le quedaba, siempre usaba la misma escusa.

Me despedí de Betty y de su esposo y sali de la casa rumbo a mi antiguo barrio, todo estaba igual, la gente me saludaba al pasar y me sonreía. Cuando llegue a mi casa, una melancolía me invadió, ya no había nadie cuidandola, se veía abandona y muy descuidada. La cinta que rodeaba el perímetro estaba rota y tirada por todos lados, yo le había dicho a Tom que se podia quedar aqui para que no durmiera en la calle y también para que se viera habitada y no quisieran entrar a llevarse lo poco que habia. Camine unos pasos hacia la puerta cuando el sonido de una patrulla hizo que me parara en seco, mi sangre se congelo y no pude moverme.

—No pude estar aquí señorita– el policia se bajo de la patrulla y caminó detras de mi.

—si... yo… lo siento– dije sin voltear –ya me iba…

—¿puedo ayudarla en algo? –escuche sus pasos mas cerca de mi

—no gracias, yo solo buscaba a alguien, un amigo pero ya me voy– los nervios me dificultaban hablar.

—Si será mejor que se vaya, este barrio es peligroso– se coloco frente a mi y busco mi rostro para verme –una chica tan linda como tu no debería andar en estos lugares ¿A quién buscabas?

—yo hee... a una amiga, pero creo que me equivoqué de dirección.

—¿Quieres que te lleve a alguna parte? No te ofendas, solo creo que es peligroso que andes por aqui sola.

—muchas gracias, no se preocupe, ya me voy.

—esta bien, pero váyase con mucho cuidado.

—lo haré, otra vez gracias.

Comencé a caminar pero sin avanzar rápido, las piernas me temblaban como gelatina y mi corazón estaba acelerado a más no poder. Cuando estuve los suficientemente lejos voltee a ver al policía, ya estaba arriba de su patrulla pero seguía observandome, solo le sonreí y levanté mi mano para despedirme, el me correspondio igual, encendio el auto y se marcho.

Suspire aliviada y mi respiración se comenzó a tranquilizar, necesitaba recuperar mi casa, pero tenia tanto miedo que no sabia que hacer. Camine algunas calles y tome un autobús, Betty necesitaba toallas para las manos, manteles y varias cosas mas y yo me ofrecí a buscarlas para que ella se quedará en casa con su esposo.

Después de varios minutos llegué al centro de la cuidad, casi no visitaba estos rumbos, pero tampoco ers muy desconocido para mi. Betty me habia dado el nombre de algunas tiendas donde podía encontrar las cosas, asi que empecé a caminar mientras iba viendo los locales.

Habia demasiadas cosas que mirar, pase por una boutique y me quede embobada con un vestido beige largo, estaba hermoso y el maniquí lo lucia espléndidamente. Jamás habia visto una prenda tan hermosa, pero al ver el precio mi encanto termino y seguí caminando. Sin darme cuenta choque con alguien, levante la cabeza para disculparme y vi su hermoso rostro, no podia creer que lo tenía frente a mí, Chris iba saliendo de una cafetería, llevaba unos jeans negros, una playera blanca y una camiseta de cuadros rojos abierta, tenía su pelo recién cortado y su barba estaba perfecta, cuando se dio cuenta de que era yo me sonrio tiernamente.

—hola charlie, que sorpresa.

—Chris– fue lo único que pude decir, le regale una sonrisa, estaba nerviosa de tenerlo frente a mi nuevamente, pero al mismo tiempo disfrutaba su presencia.

—¿Cómo has estado?– llevo sus manos al interior de los bolsillos de sus pantalones.

—Extrañandote– me quede sorprendida al escucharme decir aquellas palabras ¿que demonios me pasaba? Era obvio que si lo extrañaba, pero no entendía de dónde había sacado el valor para decírselo.

—¿En serio? yo igual.

Me acerque a él muy despacio, temerosa pero necesitaba su contacto, el miedo seguía ahí, asi que luchaba con el con tal de poder acercarme a Chris. Cuando él vio lo que hacía hizo lo mismo, estábamos frente a frente sonriendo uno al otro, solo separados por algunos pocos centímetros, justo cuando iba a besarme, una voz nos distrajo.

—Chris, nos están esperando– dijo la mujer saliendo del local sin percatarse de lo que estaba interrumpiendo —Scott acaba de llamarme– levantó la vista del teléfono y nos vio.

Era una mujer hermosa, baje la mirada apenada y camine dos pasos hacia atrás, alejándome de Chris.

No debería amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora