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CHARLIE

En un semana cumplía los 7 meses y al parecer seria cuando me darian de alta, Elena me dijo que está manteniendo mi casa limpia para cuando saliera de la clínica. Todo marchaba bien pero yo no era feliz, quería que Chris estuviera conmigo pero eso lo veía cada vez más imposible, empezaba a resignarme a no verlo jamás, pero aún no entendía ¿por qué? ¿por que se había ido? ¿ya no le importaba nuestro bebé? esas preguntas me rondaban todas las noche sin dejarme dormir, creo que muy dentro de mí sabía que era mi culpa, yo lo aleje con todos mis problemas y mis errores, así que no lo culpaba por salir huyendo.

En la noche no vi a Ramona, creo que se había quedado en su habitación, decidí ir a buscarla en cuanto terminara de cenar. Los demás pacientes comían platicando entre ellos, hoy más que otros días me sentía muy sola, de pronto me levanté de la mesa y camine hacia la oficina del doctor en turno “¿por que no se me había ocurrido antes?’” pensé, él debe tener el teléfono de Chris. Toque a su puerta y me dijo que pasara.

—¿qué necesitas Charlie?– dijo desde su escritorio.

—yo… usted me dio permiso de hacer una llamada hace días y quisiera saber si usted tiene el teléfono de Chris.

—si, el me lo dejo para que lo llamara para estar al pendiente, pero no lo hice, Elena es la que viene a citas y a pagar lo que se necesita.

—deme el teléfono por favor, quiero llamarlo.

—deja lo busco– se quedó pensando un momento –no quiero que esto te altere, si va a ser así no dejo que lo llames… ¿vas a reclamarle por no venir a verte?

—le prometo que no, solo quiero escuchar su voz… eso es todo.

—esta bien.

El doctor sacó mi expediente de un archivero, tomó el teléfono del escritorio y marcó el número, cuando escucho que empezaba a sonar me dio el teléfono y salió de la oficina para darme privacidad. Al tercer timbre escuche su voz.

—¿diga?

Silencio…

—hola…– parecía confundido –hola ¿Hay alguien en la línea?

Silencio…

—¡Dios! son las 5 de la mañana

—hola… ¿te desperté?

—¡oh por dios! ¿Charlie?– de pronto se escuchaba sorprendido pero más que nada su voz se escuchaba triste.

—te extraño, no se porque te alejaste de mí pero… aún te amo– comencé a llorar.

—nena… lo siento no tuve otra opción.

—solo quería escuchar tu voz, nunca voy reprocharte nada, quiero que estes con el bebé– dije sollozando –¿vendrás para el nacimiento?

—sí nena… no me puedo perder ese dia.

Otra vez silencio…

—también te extraño, como no tienes una idea… perdoname Charlie.

—no tengo nada que perdonarte, solo prometeme que volveras… solo prometeme que estaras al lado de nuestro bebé siempre y que no lo dejaras solo.

—te lo prometo nena ¿sabes? Elena me mando un copia del último ultrasonido… es un bebé hermoso ¿porque no has querido sabes que es?

—quiero que lo descubramos juntos cuando él nazca.

Z: gracias… por esperarme.

—siempre Chris, no importa cuánto tardes, siempre te esperaré, tu me has dado mucho y es lo menos que podía hacer, fui una tonta al pensar que me habías abandonado, pero ahora que sé que volverás y que todo estará bien.

CHRIS

Estaba de lo más feliz con la llamada de Charlie, ella sabía que no la había abandonado y cuando volviera íbamos a estar juntos los tres. Volví acostarme para dormir pero el teléfono volvió a sonar, pensé que era Charlie de nuevo y me puse muy feliz, pero no era ella, era Scott y se escuchaba muy preocupado.

—hermano tienes que volver a casa, papá está en problemas.

—¿en problemas? ¿por qué?– dije sin entender

—al parecer lleva muchos años haciendo todo fraudes a pequeñas empresas de vinos, lo acusa de robar marcar y recetas, uno de sus socios lo demando… no se como se entero de los fraudes y otras cosas, al parecer estuvo juntando pruebas todos estos años y cuando las reunio decidió emprender la demanda.

—pues me alegro, él nos engañó Scott, se merece pagar todo lo que ha hecho.

—es nuestro padre… se que estas muy molesto, igual yo lo estaba pero… es papá.

—no voy a declarar a su favor.

—lo se… el solo quiere que estés aquí con él, en serio esta muy mal.

—tratare de conseguir un vuelo lo más pronto posible.

Ya había decidido irme de aquí desde que tuve la llamada Charlie, esto solo adelantaba mi viaje, colgué la llamada y tome mi laptop para buscar un vuelo lo más pronto posible. Encontré un vuelo a las 9 de la noche así que me puse a empacar todas mis cosas. Cuando termine decidí ir a una tienda de bebé y llevarle algo a mi pequeño angelito.

Más tarde ya me encontraba en el aeropuerto, había llegado demasiado temprano así que me fui a la barra del pequeño bar para tomarme una cerveza, el sonido de mi celular me sacó de mis pensamientos.

—diga…

—¿en donde estas? -la voz de Scott se escuchaba quebrada, parecía que había llorado.

—en el aeropuerto, aún no sale mi vuelo.

—¡dios! papá tuvo un infarto…

—¿que?– dije preocupado, lo odia si… pero no quería que le pasara nada malo.

—el juez concedió llevarlo a juicio con las pruebas que le dio su socio y cuando papá se enteró se puso muy mal… ademas el...– se quedo callado.

—¿además que?

—por favor hermano no te moleste– dijo triste –papá vio las facturas del hospital donde está Charlie, Elena me las llevo para que te las enviará como siempre… ya sabes para que supieras que se estaba pagando la clínica.

—¿y?

—papá fue a la clínica… vio a Charlie y sabe que está embarazada ¿porque no nos dijiste que estaba esperando un bebé tuyo?

—no quería que él lo supiera, se molestaria y trataría de hacer algo para separarme de mi bebé.

—estaba muy molesto cuando regresó– suspiro –y al llegar a casa se empezó a sentir mal así que lo trajimos al hospital.

—no lo puedo creer… ¿que dice el médico?

—aún no sabemos, no nos han dejado entrar… vente para acá directamente, estamos con su doctor de cabecera.

—claro que si hermano… cuando llegue te llamo.

—esta bien hermano… no vemos.

Me sentía fatal, no podía creer que mi padre estuviera en el hospital, se que se ha portado muy mal conmigo y más con Charlie, pero no deja de ser mi padre. Toda la felicidad que estaba por volver a casa se había fugado rápidamente, estaba empezando a desesperarme por que el vuelo aún no salía pero no iba a conseguir nada si me alteraba, todo tenía que salir bien, él es un hombre fuerte y siempre nos ha enseñado a no tener miedo así que en este momento tenía que poner a prueba todas sus enseñanzas.

Cuando por fin aborde el vuelo me sentía un poco más relajado, solo era cuestión de horas para que estuviera en mi pais con mi gente y con la mujer que amo. Cerré los ojos y me recargue mi asiento, el vuelo era largo así que tenía que relajarme.

Cuando desperté aún nos faltaba para llegar a EU, la aeromoza nos sirvió la comida, en realidad no tenía hambre, solo quería llegara casa y ver a mi padre sano y salvo.

No debería amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora