Capitulo 21

20 2 1
                                    

CHARLIE

Chris se había ido a trabajar, y yo me anime a poner algo de música, estaba feliz, por primera vez en mucho tiempo me sentía tranquila. Ya casi terminaba de limpiar todo el apartamento, sabia que cuando Chris volviera mas tarde, le daria mucho gusto ver su casa arreglada y lista para habitarla. Cuando me comentó que iba a mudarse, no entendía porque no lo habia hecho antes, pero creo que él esta muy apegado a su familia y no lo culpo, si yo tuviera una, tampoco querria separarme de ellos.

Cuando por fin termine me senté en unos de los sillones para descansar un momento antes de irme a la cafetería. La música no estaba tan fuerte, cerré los ojos y me puse a cantar un poco cuando el sonido de la puerta me interrumpió, no sabía si abrir o no, esta no era mi casa y se supone que nadie sabe que estamos aquí, me quedé pensando un momento cuando volvieron a tocar, pensé que a lo mejor en estos edificios no puedes poner musica y vienen a decirme que la apague. Tome el control y baje el volumen de la música, me acerque a la puerta y la abrí, un hombre de traje gris me enseñó una placa de policía.

-Soy el detective Mario Sánchez y usted señorita está arrestada por el secuestro de Chris Edwards.

-¿Que?- dije casi en un susurro.

-lo que escucho señorita, ponga las manos en su espalda.

Quede en shock, no podia creer lo que estaba pasando, tontamente creí que este día jamás llegaría, pero aqui estaba este policía frente a mi y uno de mis peores miedos se hacia realidad. Con lágrimas en los ojos, hice lo que el detective me dijo, varias dudas rondaban en mi cabeza ¿como sabían que estaba aquí? ¿es que acaso Chris me delató? No podía creer que él me hubiera hecho esto, era la única que sabía donde estaba. Las lágrimas ya corrían por mis mejillas, toda había acabado. Una de las personas en la que yo confiaba me acaba de entregar a la policía, que tonta fui al confiar, al creer, al amar, era obvio que el haría algo así, yo lo secuestre y eso no se olvida fácilmente.

Cuando el detective me puso las esposa me guió al ascensor con mucha calma, yo no peleé, no discutí, no reclame, no hice nada, solo camine resignada, ya nada tenía sentido para mi. Mi madre estaba muerta y nadie nunca sabría lo que ese maldito tipo le hizo, nadie pagaría por su muerte y nadie sabria la clase de hombre que es George Edwards. Pero lo mas doloroso, es que el hombre que pensé que se había interesado en mi por primera me entrego a la policía y Betty... dios, ella no merecía que yo le trajera más problemas, cuando se entere de esto se preocupará y lo último que quiero es darle más molestias. Cuando salimos del edificio el detective me metió a la patrulla, cuando vio mi rostro creo que sintió lastima por mi.

-¿estas bien?- dijo con algo de pena.

Solo moví la cabeza en forma afirmativa. Ni siquiera podia verlos a los ojos, la vergüenza de mis actos me lo impedía.

-Hay errores que se pagan muy caros señorita, todos nuestros actos tienen consecuencias.

Solo dijo eso y cerró la puerta de la patrulla, rodeo el auto y subió, lo encendió y tomó las calles de la ciudad, mi cabeza estaba agachada, no quería saber nada de nadie, aceptaría mi destino sin protestar pero con un inmenso dolor, era lo unico que podia hacer, ya no podia escapar y no lo deseaba, lo único que queria era que todo esto terminara y aceptar mi destino.

Al llegar a la estación de policía, el detective me bajo de la patrulla con mucha delicadeza, me llevó directamente a una celda y me metió en ella, no había nadie en ella, estaba sola asi que me senté en una banca y mi llanto se hizo más intenso. Policías pasaban de un lado a otro, pero nadie se interesaba en mi dolor y mucho menos en mi llanto, creo que era algo que veian muy a menudo y lo veían muy normal, después de algunos minutos el detective regreso y se acercó a la celda.

-necesito hacerte una preguntas ¿quieres unos minutos para tranquilizarse?

-no es necesario, gracias.

-muy bien.

Abrió la reja y entró a la celda para ponerme de pie, yo aún tenía las esposas. Me guió hasta un escritorio y me sentó en una silla, el tomo asiento del otro lado del escritorio y abrió una laptop que tenía frente a él.

-ok empecemos ¿dime tu nombre completo?- él empezó a escribir en su computadora.

-Charlotte Price.

-Muy bien Charlotte ¿qué edad tienes?

-Charlie por favor, tengo veinticuatro años.

-ok Charlie ¿el nombre de tu padres?

-mi madre era Isabella Price, no se quien era mi padre.

-¿Isabella Rose Price es tu madre?- dijo curioso -¿sabías que la casa donde vivías está a nombre de ella?

-si, es lo unico que me dejo, solo que nunca encontré las escrituras de la casa.

-¿Alguna vez te dijo como compro la casa? No me lo tomes a mal, pero...

-lo se, no somos de dinero, pero mi madre nunca me hablo de ese tema y desde que tengo uso de memoria he vivido ahí.

-ya veo...- me miró intrigado -¿Por que secuestraste a Chris Edwards?

-¿Acaso eso importa ahora?

-la verdad no, pero eres solo una chica indefensa y no me imagino porque harías algo así, además él dice que nunca lo lastimaste, eso puede ayudarte a reducir los cargos.

-eso ya no me interesa, no importa lo que pase conmigo.

-debe de haber alguien que le importes.

-solo Betty, disculpe, podría prestarme un teléfono- dije con tristeza -¡Dios! No anote su número, ella se preocupará.

-¿Puedo ayudarte en algo?

-es mi amiga, queria avisarle donde estoy.

-no te preocupes, dame su domicilio y mandaré a alguien que le avise.

-gracias.

-pareces una buena persona, soy policía y tengo muchos años trabajando en esto y te juro que se reconocer cuando alguien tiene maldad y se que tu no tienes ni una sola gota.

-eso no importa, cometí un error y tendré que quedarme encerrada por mucho tiempo, lo único que me duele es que no sirvió para nada y la persona que realmente merece estar tas las rejas jamás lo hara y nadie jamás sabrá la verdad de mi madre.

No debería amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora