Capitulo 31

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CHARLIE

Elena resultó ser una chica muy simpática y muy linda, todo el camino hacía el apartamento de Chris nos la pasamos platicando y para mi sorpresa, al parecer quedó fascinada con Brian. Ella y Chris son amigos desde la infancia, sus familias quieren que lleguen a más y hace tiempo lo intentaron pero ellos solo se puede ver como amigos.

–dejame darte unos consejos respecto a Chris, nunca dejes que este sujeto...– volteo a verlo –piense que tiene el control ¿ok? y nunca lo dejes solo más de dos, se pierde en su mundo de negocios y se olvidará de ti– dijo con una gran sonrisa en su rostro.

—¿podrías dejar de humillarme?– dijo Chris avergonzado.

—claro que, no y esto no es nada, me falta contarle las idioteces que haces cuando te enamoras o cuando bebes sin control.

—por dios, mejor mátame de una vez ¿Quieres?

Elena sonrió ampliamente, volteo su mirada a mi y me guiño un ojo, cuando por fin llegamos al apartamento, me disculpe con ellos y entre a la ducha, no tenía ropa aqui pero tomaría algo de la de Chris, me avergonzaba demasiado estar sucia y desarreglada delante de Elena, ella se veía muy fina y limpia. Cuando termine de ducharme, tome una playera, unos boxer y me puse mi pantalón sucio de nuevo, al menos ahora no olía tan mal. Salí a la sala y caminé hacia el comedor, ellos aún no comían, al parecer estaba esperando por mi.

—lo siento si tarde mucho– dije apenada –hubieran empezado si mi.

—eso nunca y no te preocupes, siéntate, vamos a comer.

No se porque aún me sentía apenada delante de ellos, creo que su confianza y su autoestima elevada me intimidaba un poco. Terminamos la comida demasiado rápido, creo que ninguno de los tres habia comido nada. Me pare de la mesa y me puse a levantar la basura, de pronto Elena dijo que tenía que irse, Chris como todo un caballero se ofreció a llevarla a su casa.

—no es necesario, yo llamo a un taxi– saco su celular de su bolso.

—claro que no– volteo a verme –¿no te importa que te deje sola unos minutos? No quiero que Elena se vaya sola a su casa, no después de lo que hizo por nosotros.

—estoy de acuerdo, acompañarla hasta su casa– sonreí timida –además tengo que irme– Chris me vio confundido –tengo que ir con Betty, avisarle que ya salí libre– me encogí de hombros –no quiero que se preocupe, en la mañana que la vi estaba muy angustiada, quiero que este tranquila.

—Charlie, no quiero que andes sola en la calle, mejor espérame y yo te llevo ¿te parece?

Chris se acerco a mi y me tomo de la cintura, su tacto mando un dulce escalofrío por todo mi cuerpo, y sus ojos azules brillaban intensamente como siempre, yo solo podía ver su dulce mirada, estaba perdida en ella,  pero la voz de Elena me interrumpió de mi fantasía

—¿recuerdas lo que te dije, de que siempre quiere tener el control?– me miró con una ceja alzada –a esto me refería.

No pude evitar reírme, Chris puso los ojos en blanco y se acercó mas a mi, me dio un pequeño beso en la frente y me susurro “esperame por favor” después volteo con Elena y juntos se marcharon del apartamento.

Me había quedado sola y no sabía qué hacer, después recordé lo que estaba haciendo cuando el detective me arresto. Me fuí a la habitación de huéspedes, ya casi terminaba de limpiarla, así que continué con mi trabajo. Al terminar ya la casa de Chris estaba totalmente habitable, ya no había cajas, sabanas, polvo y la camas tenían sábanas nuevas, estaba un poco cansada así que me recoste un rato, sin darme cuenta me quede dormida.

Unos brazos me envolvieron afectuosamente y unos besos invadían mi rostro, abrí los ojos y pude ver el hermoso rostro de Chris, el me regalaba una gran sonrisa mientras esparcía besos por toda mi cara.

—hola– dijo en voz muy baja.

—lo siento, me quede dormida– mi voz sonaba apenada.

—no te preocupes, estás cansada, estoy seguro que anoche no dormiste nada– su rostro irradiaba ternura –¿aún quieres ir a casa de Betty? ya es tarde.

—si, tengo que ir, si no tiene razón de mi se preocupara, además que clase de persona seria si no le aviso que ya no estoy presa. Ella se a portado muy bien conmigo y me siento con obligación de decirle donde y con quien estoy.

—esta bien, tienes razón, hay que avisarle para que este tranquila.

Chris se levanto de la cama y me tomo de la mano para que yo hiciera lo mismo, cuando estuve de pie me abrazó por la cintura y me miró directamente a los ojos. Su rostro parecía tan tranquilo y en paz, se acercó a mí y comenzó a besarme. El beso era lento, sus labios recorrían los míos muy despacio, era como si quisiera grabarlos en su memoria, su lengua invadió mi boca y poco a poco me pegó más a su cuerpo. Empezaba a ponerme nerviosa pero no quería deshacer el beso, extrañaba tanto sus labios que necesitaba demasiado ese tacto.

Después de algunos minutos, por fin corte el beso y me separe un poco de él, sin llegar a soltarme de su agarre, tome su rostro con mis manos y acaricie sus mejillas con mis pulgares.

—Charlie deberíamos irnos de la cuidad, empezar una vida nueva, aqui ya nada nos espera, hay que comenzar de cero, dejemos todo esto atrás. Quiero hacer una vida a tu lado y se que aquí sera imposible, por favor acepta irte conmigo– dijo de muy decidido.

—Chris, tienes que pensar bien las cosas, yo no soy nadie y no merezco ese sacrificio de tu parte.

—no lo hago solo por ti, te lo juro, mi padre está decidido a que me case con alguien que a él le convenga y yo no quiero eso, quiero amar a mi esposa– suspiro y recargo su cabeza en mi hombro –te imaginas que vida llevaria si me caso con alguien a quien no amo, necesito irme lejos de aquí. Por favor Charlie, acepta irte conmigo, vivamos juntos, dejame quererte y cuidarte, dejame ser quien vea tus ojos por la mañana y el último que los vea por las noches.

No debería amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora