Karen se frotaba las manos entre sí para intentar calentarlas un poco, ya había parado de nevar pero la nieve le llegaba casi por los tobillos y la pirata estaba segura de que las temperaturas tendrían que rondar los cero grados. Había salido al pequeño callejón donde habían visto por primera vez a Dan para vigilar la zona mientras el resto se terminaba de preparar para emprender el duro camino que les esperaba. Las calles estaban totalmente vacías y los establecimientos cerrados, probablemente la gente estaría en sus casas disfrutando de un buen chocolate caliente delante de la chimenea y eso, a Karen, le ponía de muy mal humor. ¿Había dicho ya lo mucho que odiaba las islas de invierno?Sumida en sus pensamientos, que consistían básicamente en pensar lo bien que se estaría durmiendo en su cama y lo mucho que haría sufrir a los secuestradores de Bepo por habérselo llevado y por hacer que la chica pisara esa endemoniada nieve más de lo estrictamente necesario, no se dió cuenta de que Ikkaku había salido también y se le había acercado hasta que estuvo delante de ella.
—Ten. —Karen bajó la vista hacia la mano extendida de la otra chica, que le ofrecía un par de guantes. —Me di cuenta de que no traías guantes así que pensé que querrías unos, cuando nos metamos en los túneles hará más frío que aquí. —La estratega miró a Ikkaku como si esta fuera una diosa caída del cielo.
—Acabas de salvarme la vida, eres mi salvadora. —La otra joven soltó una pequeña carcajada mientras Karen se ponía los muy agradecidos guantes con una sonrisa. —Gracias.
—No eres muy fan de las islas de invierno por lo que veo.
—¿Sinceramente? Las odio. —Karen hizo una pausa y luego se giró a Ikkaku rápidamente. —Sin ofender. —Esta rió de nuevo.
—No te preocupes, no me molesta. De hecho, no somos de aquí, somos de otra pequeña isla del Grand Line, la cual, te aseguro, no ha visto nevar en la vida. —La pelinegra sonrió de medio lado.
—Entonces retiro lo dicho, espero que mis ofensas queden grabadas a fuego. —Ikkaku le devolvió la sonrisa.
—En ese caso te apoyaré, mucha gente se te tirará al cuello por esas grandes ofensas. —Esta vez fue el turno de la estratega de reír. Ikkaku le caía bien. —Bueno, iré a terminar de ayudar a mi padre antes de que se ponga de mal humor... de nuevo.Karen vio entrar de nuevo a la chica, quedándose sola una vez más, aprovechando esos momentos de soledad para recapacitar en el plan que debían de seguir. A decir verdad, a la muchacha no le hacía especial gracia llevar a cabo un plan que no fuera formado por ella, por algunos estrategas capacitados de la tripulación de Shirohige o por el mismísimo Shirohige, al fin y al cabo, había aprendido todo lo que sabía gracias a él, pero siendo totalmente justos, no es que el plan fuera una completa locura. Al final habían quedado en dividirse en cuatro grupos, formados por toda la tripulación Heart al completo, Dan e Ikkaku, junto con tres de sus aliados, y ella misma, entrarían en los túneles todos juntos y una vez ahí, cada grupo iría por una ruta diferente para cubrir los cuatro flancos del escondite enemigo. Siendo sinceros, sería algo que podría plantear la joven perfectamente, pero de alguna manera, seguía sin estar cómoda del todo, Law tenía razón, separarse ahora sin saber la magnitud de lo que les esperaba era peligroso, cosa que no hubiera tenido en cuenta si no llega a ser porque Bepo estaba implicado. Y no quería que ni un solo pelo de su querido amigo estuviera descolocado. La situación era complicada, pero la muchacha se aseguraría de que todo saliera lo mejor posible.
—¿En qué piensas? —La joven se giró hacia la voz y vio que Law había salido y ahora se acercaba a ella hasta pararse a su lado, nodachi en mano. A él también le habían tenido que dejar un par de guantes ya que al final habían decidido no pasar por el submarino para equiparse para no perder aún más tiempo y, de todas formas, Dan y compañía tenían todo lo necesario en el almacén que ocupaban.
—En el plan. -Karen levantó la vista para mirar al recién llegado.
—¿Y bien?
—No sé, no me gusta pero a la vez pienso que no es tan descabellado. —Law asintió prestándole atención a la estratega. Él se había sentido de la misma manera.
—Yo tampoco sé qué pensar al respecto. —Comentó elevando la mirada al cielo. Karen soltó un suspiro.
—Sea como sea, haremos que funcione, recuperaremos a Bepo.
—Sí.

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El destino no existe (Law x Lectora)
FanfictionMovida por la venganza, cierta pelinegra deja su tripulación para ir en busca del pirata que había roto la norma más importante de todas: matar a un nakama. En su viaje se encuentra con el Cirujano de la Muerte, Trafalgar Law, con el que viajará un...