—¿Estás bien?
—Sí, ¿por qué? —Aki levantó una ceja mirando a su amiga, juzgándola con la mirada.
—¿En serio me lo preguntas?
—Umm... —Karen frunció el ceño. —¿Por qué estaría mal?
—Oh no sé, quizás porque llevamos tres días aquí y durante todo este tiempo solo sales de la habitación para las comidas, no le has lanzado una segunda mirada al capitán y estás extrañamente callada. —El joven se cruzó de brazos. —Prácticamente he tenido que arrastrarte hasta aquí fuera para que cogieras algo de aire... Ni siquiera me voy a molestar en preguntarte si estás durmiendo bien... Y no me mientas. —La frenó, viendo que la estratega había abierto la boca para excusarse.
—Hmp. —Karen hizo un puchero. —Estoy bien... más o menos. —Añadió al ver la mirada que le lanzaba el otro. —Solo es que no me gusta estar aquí, siento que algo no va bien. Eso es todo. Y en cuanto a lo de Law, no te preocupes, de todas formas siempre acabamos peleados.
—Sí, en cuanto a eso... Siento que todo esto se está volviendo algo repetitivo, ¿no lo crees?
—¿A qué te refieres?
—Al capitán y tú. —La muchacha se le quedó mirando sin entender a qué se refería.
—Lo siento, pero vas a tener que explicarte mejor.
—Pues que parece que estáis en un bucle. Os enfadáis, olvidáis el tema o pasa algo para disculparos mutuamente, os besáis o hacéis cosas raras, os arrepentís y vuelta a empezar. —Enumeró con sus dedos. En otro momento probablemente habría hecho reír a su amiga pero Aki tenía razón. Ella también estaba cansada.
—Law y yo hicimos un trato. —Soltó de la nada. El joven se la quedó mirando.
—¿Qué? —Karen suspiró, echándose hacia atrás en el banco donde estaban sentados y fijando su mirada en la copa de los árboles sobre ellos.
—Los primeros días que estuve con vosotros hicimos un trato. Seguiría viajando en el submarino porque los dos podríamos ayudarnos mutuamente, yo le ayudaría a encontrar la Nagi Nagi no Mi y... él me ayudaría a encontrar a Teach, esa es la única razón por la que no me fui.Aki se quedó mirando a la chica, sorprendido por lo que acababa de escuchar. Había tenido claro desde el principio que los dos tenían que haber llegado a una clase de acuerdo para que la pelinegra accediera a seguir con ellos, estaban hablando de Portgas D. Karen después de todo, podría haber acabado con todos ellos desde el momento en que se había recuperado del todo si así lo hubiera querido. Pero no se había esperado que el motivo de su estadía fuera esa clase de trato, ¿en qué estaría pensando su capitán? Aki sabía por qué estaba tan desesperado por encontrar esa fruta del diablo pero no pensaba que fuera a recurrir a la ayuda de la estratega para ello. ¿Y Karen? ¿Cuán desesperada tenía que estar?
—Tienes razón Aki, todo esto se está volviendo bastante repetitivo. He pensado que después de que Law consiga la fruta la mejor opción será irme. —Este frunció el ceño, pero dejó que la muchacha siguiera hablando. —De todas formas no quiero que acabéis implicados con el tema de Teach, es peligroso. Después de salir de aquí os ayudaré a llegar al Archipiélago Sabaody y ahí nos separaremos.
—Me parece una idea terrible. —Karen se giró a mirarlo, viendo como este también se había echado hacia atrás, poniendo sus brazos tras su cabeza y cerrando los ojos.
—¿Y qué se supone que tengo que hacer? Las cosas con Law son incómodas y ahora ni siquiera me escucha.
—Dime una cosa, Karen. —El joven volvió a abrir los ojos, mirando a su amiga. —¿De verdad quieres irte? —Esta vez fue la pelinegra quien apartó la mirada, observando la porción del jardín que se extendía delante de ellos. Dos mariposas revoloteaban juntas sobre unas flores, batiendo sus alas al unísono hasta que por sin se posaron en los pétalos de unas margaritas.
—No. Al menos así no. —Contestó por fin.
—Perfecto.Aki se levantó de un salto del banco, estirándose antes de comenzar a caminar en dirección al castillo. Karen lo miró confundida, sin saber muy bien qué acababa de pasar.
—¿A dónde vas?
—A ningún sitio en especial. Nos vemos en la cena, que sepas que te sacaré a rastras de tu habitación si hace falta como no aparezcas. —La amenazó antes de desaparecer de su vista.
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El destino no existe (Law x Lectora)
FanfictionMovida por la venganza, cierta pelinegra deja su tripulación para ir en busca del pirata que había roto la norma más importante de todas: matar a un nakama. En su viaje se encuentra con el Cirujano de la Muerte, Trafalgar Law, con el que viajará un...