-41-

906 120 1
                                    


Karen corría en dirección a donde habían anclado el submarino esa mañana, no sabía exactamente por qué, pero sus pies la llevaban hasta ahí. Suponía que entre tanto jaleo al menos quería asegurarse de que todos estaban bien.
A mitad de camino, la chica divisó a unos pocos metros por delante de ella una bola de pelo blanca.

—¡Bepo! —El oso se giró y vio a la joven corriendo detrás de él y esperó hasta que esta se acercara.
—¡Karen-san! ¿Estás bien? Me tenías preocupado.
—Aye, siento haberte preocupado Bepo. ¿Dónde está el resto?
—El capitán nos dijo que nos separáramos y estaba yendo a hacerme cargo del submarino. —La pelinegra asintió.
—Vale, voy a ver si encuentro a Law o a alguien. ¿Estarás bien solo?
—¡Aye Karen-san! —Esta sonrió de medio lado.
—Está bien, ten cuidado. —Una vez le hubo deseado suerte al oso y este le hubo señalado la dirección en donde se tendrían que encontrar algunos de sus nakamas, la chica volvió a salir corriendo.

Karen intentaba no chocarse con la gente que corría en dirección contraria, todos intentaban huir a un lugar seguro mientras ella se acercaba directamente al foco del problema, el vestido se le subía cada pocos segundos y tenía que estar bajándoselo cada vez que esto pasaba. ​"Ugh, ya sé por qué nunca me pongo uno de estos". Pensaba la muchacha por quinta vez consecutiva.

Por si fuera poco, la herida del pie la ralentizaba y le incomodaba con las sandalias que llevaba puestas. Karen seguía corriendo como podía hasta que paró abruptamente al ver a un grupo de piratas a unos metros de ella, algunos estaban riéndose mientras otros cargaban unos tanques llenos de aceite y dinamita, la chica entrecerró los ojos cuando se dio cuenta de que habían sido ellos los que estaban causando tanto alboroto y, aprovechando que aún no la habían visto, se preparó para atacar, pero antes de que pudiera hacer nada, uno de los piratas apareció arrastrando a una joven por su densa cabellera pelirroja mientras esta se retorcía de dolor e intentaba zafarse del agarre del hombre.

—¡Let... —La chica había comenzado a correr de nuevo en dirección al grupo de piratas para salvar a su nueva amiga pero, sin que ella lo notara, una esfera azulada la rodeó y desapareció del camino sin previo aviso para luego aparecer detrás de unas casas un poco más alejada de donde se había encontrado hacía unos segundos. —...ty! —La pelinegra paró en seco y parpadeó varias veces al darse cuenta de que ahora se encontraba en otro lugar. —¿Huh?
—Ni siquiera me voy a molestar en preguntarte por qué estás aquí. —Dijo una voz. Karen se giró y se encontró con los ojos grises de Law mirándola fijamente. Antes de contestar, la chica apartó la mirada del cirujano y se percató de que Aki y Clione también estaban con él.
—¿Dónde está el resto? —Preguntó la chica refiriéndose al cocinero y a la pareja de maquinistas que siempre andaban armando escándalo.
—Nos hemos dividido. —La chica asintió y se giró dándole la espalda al pequeño grupo para asomarse y ver que ahora Letty estaba sentada en el suelo y uno de los piratas la amenazaba poniéndole un cuchillo al cuello.
—Tenemos que ayudarla. —Law se acercó hasta ponerse detrás de la chica asomándose también para ver mejor la escena.
—Tsk, lo sé. Por esto mismo te dije que te quedaras con ella en el hotel. —Karen frunció el ceño pero no dijo nada, esta vez Law tenía razón.
—¿Qué hacemos Karen? —Preguntó Aki a la estratega.
—Ahora mismo lo único que se me ocurre es atacar de frente, no hay tiempo para estar pensando en estrategias. —Law arqueó una ceja al escuchar la respuesta de la chica.
—Karen, tienen un cuchillo al cuello de Letty-ya, no creo que atacar de frente sea una buena idea.
—Puedo aparecer detrás de ese imbécil y dejarlo inconsciente mientras vosotros atacáis al resto. —El cirujano entonces se lo pensó dos veces y asintió, por fin dándole su aprobación al plan de la chica. —De acuerdo, pues a mi señal salís y...
—¡Letty! —La pelinegra y el resto de la tripulación se quedaron quietos mientras el señor Haru, el padre de Letty, aparecía de la nada corriendo como un loco en dirección a su hija. Este tenía su traje hecho jirones y estaba despeinado, sudando la gota gorda. —¡Letty! ¡Dejad en paz a mi hija! —El hombrecillo intentó llegar a su hija sin éxito, uno de los piratas lo tiró al suelo de una patada y le puso un pie encima de la espalda riéndose al ver como su nueva presa se retorcía intentando llegar a su hija.
—Esos bastardos... —Karen gruñó por lo bajo al ver la escena y se tensó inmediatamente, el cirujano le puso una mano detrás de la espalda inconscientemente para intentar tranquilizarla.
—Yo me ocuparé de Haru-ya, el resto de vosotros seguid el plan de Karen, ¿de acuerdo? —Le dijo Law a sus nakamas, no se tuvo que dar la vuelta para saber que estos habían asentido. —Bien, acabemos con esto de una ve... —El capitán de los Hearts fue interrumpido por una explosión proveniente de su derecha seguido por una risa que conocía bien.
—Tiene que ser una broma... —Susurró la chica mirando en la misma dirección.

El destino no existe (Law x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora