—¿Información sobre algo? —Preguntaba Melas después del comentario que había hecho el capitán de los Hearts.
—Sí.
—En ese caso, preguntad. Os ayudaremos en todo lo que nos sea posible.
—Estamos buscando una fruta del diablo.
—¿Una fruta del diablo? —Los ancianos fruncieron el ceño a la vez, confundidos. —Sabemos lo que son, pero eso es algo demasiado difícil de encontrar, no sabemos si una ha aparecido en la isla. —Siguió el viejo.
—En realidad tenemos sospechas de que la fruta que buscamos ha sido ingerida por alguien de esta isla. —Continuó el cirujano. —Es la Nagi Nagi no Mi, otorga la habilidad de eliminar cualquier sonido a quien la come, por tanto convierte a su consumidor en un humano silencioso. ¿Sabéis o habéis escuchado rumores por el pueblo de algo así?
—No. No sabemos nada de eso, lo siento. —Contestó Melas.
—Pero quizás encontréis más información si vais a la ciudadela. —Añadió su mujer.
—¿Ciudadela? —Preguntó Bepo, dejando caer su cabeza ligeramente hacia un lado con curiosidad.
—Sí. Veréis, isla Aster tiene varios pueblitos a lo largo de toda la isla, justamente este es un pueblo de pescadores y tiene uno de los dos únicos puertos que hay, el otro está en la ciudadela, ahí también está la capital, casi al otro lado de la isla pero como es pequeña no está tan lejos, solo a un par de horas caminando. —Explicaba el señor. —Aquí tenemos una monarquía, los reyes viven en el castillo que está dentro de la ciudadela pero la verdad que bastante alejado, sobre unas altas montañas.
—Podríamos acercarnos a la ciudadela con el submarino y atracarlo en el otro puerto. —Comentó Clione.
—Umm, me temo que eso no va a ser posible. —Habló Brina esta vez, removiéndose incómoda en su asiento. —El puerto de la ciudadela es más grande pero solo es para uso exclusivo de embarcaciones reales o para invitados del palacio.
—Oh.
—El camino de aquí a la ciudadela es de unas seis horas a pie pero puedo deciros atajos y llegareis en menos de cuatro horas si vais a buen ritmo. —Le decía Melas al capitán de los Hearts.
—Bien, pues en cuanto lleguen los otros nos pondremos en marcha. —Decidió este.
—¿Saldréis hoy? Se os hará de noche a medio camino, ya es tarde. Además, con este tiempo puede ser algo peligroso.
—Estaremos bien.
—Como queráis. Me aseguraré de cuidaros el submarino mientras no esteis por aquí.
—Gracias, Melas-ya.
—No es problema, en fin, ¿os apetecen más galletas? —Clione estaba a punto de contestar que de hecho, sí, cuando escucharon que alguien tocaba a la puerta de manera apresurada. Brina se levantó, acercándose a esta a paso rápido para abrirla.
—¡Oh! Ya habéis vuelto, qué pronto. —La señora sonrió al ver que se trataba de los Hearts, aunque cierta pelinegra no se encontraba con ellos.
—Disculpa Brina-san. —Se disculpó Aki, haciéndose paso hasta llegar al salón, parándose mientras centraba su atención en Law. —Capitán, ha pasado algo.El cirujano le miró frunciendo el ceño, no entendiendo muy bien a qué se podría referir su nakama. No fue hasta que Sachi y Penguin entraron también, seguidos de la anciana, que se dio cuenta de que faltaba alguien. El hombre se levantó, aguantándose las ganas de tirarse de los pelos.
—¿Dónde está? —Preguntó, refiriéndose evidentemente a Karen.
—No lo sé, capitán. Estábamos saliendo de la librería, nos paramos un momento para sacar los paraguas y... y de repente apareció alguien del cielo, le robó la mochila a Karen y ella salió corriendo detrás. Esperamos un poco a ver si volvía pero estaba tardando mucho y decidimos volver nosotros.
—Por supuesto que haría algo así. —Law suspiró, pasándose una mano por las sienes, viendo que se avecinaba un dolor de cabeza.
—¿Visteis quién era la persona que le robó la mochila? —Aki negó con la cabeza.
—Solo sabemos que era un hombre... probablemente, al menos. Iba vestido de negro de pies a cabeza y llevaba una máscara.
—¿Una máscara?
—Sí, una máscara de Kitsune. —Melas y Brina compartieron una mirada, aunque nadie se percató de esto, estando demasiado ocupados en escuchar a su nakama contar lo que había sucedido.
—Iré a buscarla. —Decidió el capitán por fin, acercándose a Bepo que le tendía su nodachi que había estado cargando durante todo el tiempo.
—Te acompañamos, capitán. —Dijo Raiden, levantándose también.
—No hace falta, esperad aquí. No tardaré mucho.

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El destino no existe (Law x Lectora)
FanfictionMovida por la venganza, cierta pelinegra deja su tripulación para ir en busca del pirata que había roto la norma más importante de todas: matar a un nakama. En su viaje se encuentra con el Cirujano de la Muerte, Trafalgar Law, con el que viajará un...