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El día se había pasado en un suspiro y ya era la hora de cenar. Karen estaba en su habitación del hotel acostada en la cama mirando al techo, a decir verdad, llevaba así desde hacía horas sumida en sus pensamientos. Desde que había entrado en la habitación se había duchado y cambiado y se había quedado desganada. Ni triste, ni enfadada, solo desganada.

Karen se incorporó y miró el reloj que descansaba en la mesita de noche, se había hecho un poco tarde y ya no podía retrasarse más, al fin y al cabo, iban a hacerle una fiesta de bienvenida a Clione y él no tenía la culpa de nada. La chica se levantó de la cama por fin y se echó un último vistazo en el espejo, llevaba las mismas sandalias de antes y un vestido blanco apretado de asillas que le llegaba justo por encima de las rodillas, la pelinegra no era mucho de vestidos y faldas, pero había decidido cómpraselo para variar un poco su armario. Tras un último suspiro salió de la habitación por fin.













—¡Capitán! ¿Ya sabes qué decirle a Karen? —Los piratas Hearts ya estaban reunidos alrededor de una mesa en el gran comedor principal del hotel, la única que faltaba por llegar era la pelinegra y Aki estaba aprovechando los últimos momentos para ayudar al cirujano.
—Simplemente le diré que lo siento, ¿qué más le puedo decir? —Aki y Raiden, que también se había preocupado secretamente por la relación entre ambos pelinegros, se miraron frunciendo el ceño.
—No creo que solo un "lo siento" ayude esta vez, capitán. —Dijo este último.
—Entonces ya se me ocurrirá algo que...
—¡Karen-san! —Law fue interrumpido por el grito de Sachi y Penguin.

Ambos miraban con la boca abierta a la entrada del salón, donde estaba entrando la chica. El cirujano arqueó una ceja cuando sus ojos se posaron en Karen, por un momento sus ojos se encontraron pero la joven apartó rápidamente la mirada. Law chasqueó la lengua mentalmente.

—Karen-san nunca antes te habíamos visto con un vestido —Sachi se había acercado a Karen dando vueltas como un loco hasta hincar una rodilla en el suelo delante de ella y coger una de sus manos. —¡Cásate conmigo Karen-san! —La chica parpadeó varias veces sorprendida pero antes de poder contestar Penguin salió corriendo y apartó a Sachi de una patada para cogerle la mano a la joven.
—No le hagas caso Karen-san, anda ven y siéntate a mi lado.

Antes de que Penguin pudiera llevarla hacia la mesa Sachi volvió a interponerse en su camino y ambos empezaron a pelear entre sí. La pelinegra soltó un pequeño suspiró pero no pudo evitar y reírse por lo bajo para luego apartarse de ambos muchachos y dirigirse hacia Clione.

—Hola. —Saludó este.
—Hola. —Contestó la chica. —¿Puedo sentarme a tu lado?
—Eehh, sí... pero creía que te ibas a sentar al lado del capitán como siempre. —Karen se encogió de hombros y se sentó al lado del chico sintiendo la mirada de Law sobre ella.

La cena había comenzado tranquilamente, la chica se había sentado entre Clione y Bepo a un par de asientos de distancia del cirujano. Karen había intentado evitar la mirada del capitán durante toda la noche y hasta ahora estaba teniendo éxito, sin embargo, en ciertos momentos había notado la mirada de este sobre ella.

Toda la tripulación se lo estaba pasando de maravilla y pronto olvidaron la tensión que había entre ambos pelinegros, Karen no los podía culpar, después de todo, se suponía que debía ser una fiesta alegre. La joven miró a Clione que reía a su lado, habían pedido algunas botellas de sake y el chico tenía la cara sonrojada después de beber un poco más de la cuenta. Por otro lado, Karen no había bebido mucho ya que no estaba de humor y lo único que quería era volver a su habitación y dormir. Tras darle un último trago a su copa, la chica se giró a su otro compañero.

El destino no existe (Law x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora