Vol II □▪︎■▪︎□Capítulo 13■▪︎□▪︎■

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El se fue y te dejo junto a la puerta, no había nadie levantado a esa hora, eran las 12, ¿Quién estaría despierto a esa hora? Así que tomando en cuenta eso, colocaste la espalda en la puerta. En donde se quedó viendo el techo durante un buen rato, hasta que escucho a alguien que le solía ayudar cada que tenía una baja.

Tú: Estúpida vida.

— No estés triste linda. Él se dará cuenta de todo, algún día lo hará.

Tú: Mmm....

— Vamos a casa, que tú niñera debe estar enojada.

Tú: Puede que tengas razón...

La pequeña voz que se albergaba en su mente apareció frente a ella, era ella misma, pero no en si, pues solo tenía leves cambios, y entre esos era que ella te comprendía más que la otra, y que estaba completa. Ella eras tú, antes de que pasara todo lo que sabemos, con una actitud infantil pero cuando se le necesitaba parecía una persona seria. En conclusión, cada día más esquizofrénica.

Te arreglaste el pelo y fuiste al estacionamiento, buscaste tu auto, y por una razón estaba más lejos de donde lo dejaste. Algo desconfiada entraste al auto, en donde luego lo encediste y te fuiste a casa. A lo largo del camino tu nueva amiga te iba contando chistes para que quitarás toda la tensión que estabas teniendo, a ella no le gustaba verte triste, o ella también se ponía triste.  Pero algo de lo que estabas segura, era que está pequeña, y "Ella" no se llevan bien, pues una vez a la que es, o parece una niña, se le fue y salió cuando estaba la otra, se dieron una larga guerra de miradas, hasta parecía que se querían matar entre sí. Por eso solo salía cuando estabas lejos de la otra.

Cuando estabas yendo a casa pasaste por una tienda, la cual era una de las típicas que hay en latam, ventas de cosas, en donde prenden pequeños focos dando la única luz en un lugar donde apenas hay de estas. Y siendo atraída por una caja que decía "2x1" y con tú sentido de querer ver que había dentro.

Bajaste del auto y caminaste hacia donde estaba la tienda, dentro de esta había una señora de tal vez unos 47 o 54 años de edad, y se veía muy amable. Le saludaste y ella te devolvió el saludo con una sonrisa. Con un poco más de curiosidad viste que había dentro de la caja, logrando observar que habían juguetes. Un sentimiento extraño se puso en el pecho de ella, un sentimiento que le hacía sentir vacía y.. triste, pues, le recordaba al que pudo ser su hijo, aunque sigue vivo, ella no lo sabe.

Vio cada uno de ellos, y dos en específico se le hicieron muy interesantes y lindos, por lo que los tomo y se los colocaron en una bolsa. La noche era fría, pero sobre todo llegaba un pensamiento a la mente de ella, y era el porque ese local estaba abierto a esa hora. Por lo que ella se atrevió a preguntar.

Tú: ¿Le puedo hacer una pregunta?

— Claro señorita.

Tú: ¿Porque tiene abierto a esta hora?

— Porque... Hay una personita a la que estoy esperando, y debía comprar algo más para tener la ganancia completa del día, y no ser regañada por mi hijo. Pero gracias por venir.

¿Abuso a mayores? Algo normal en un continente en donde no existe la justicia y buenos valores. Y tomando en cuenta que eres multimillonaria, ¿Sería bueno ayudarle? Es una buena opción, y así tendrías algo de compañía para no seguir cayendo en la locura, o al menos no hacerlo tan rápido. Porque si, la locura se está apoderando de ti, y no creo que eso salga bien.

Tú: Le puedo ayudar, pero solo si usted lo desea.

— No sería muy bueno que una señorita muy linda, ayude a una pobre vieja que no tiene nada que ofrecer.

Tú: No diga eso, y tal ayudarla, me ayude a mi.

— La ayuda me sería muy bueno, pero no quiero tener problemas. Usted se ve como alguien de dinero, y no quiero problemas con usted o alguien más para solo darme una mano.

Tú: No se preocupe.

Y aunque costo, le lograste convencer. Puede que como le dijiste a ella, ayudarle, te podría ayudar a ti. Luego de casi 7 años asesinando sin piedad por culpa de "Ella" te estaba haciendo sentir peor de lo que pensabas, pero aunque no quieras hacerlo, algo te decía que lo hagas, porque podría salir algo mal.

Ya con la dirección y teléfono de la mujer, volviste a casa. Pero cuando estabas a unas cuadras de entrar la pequeña amiga que tenías apareció rápido para frenar el coche y dejarte en medio de la carretera.

Tú: ¿Qué tienes?

— Siento algo malo.

Tú: Nha.

— En serio, tengo miedo, solo siente como te tiembla la espalda.

Tú: Es porque hace frío, no te asustes, todo estará bien.

— Pero-

Tú: Shh, no te pongas así, todo estará bien.

Dejaste de oírla para no asustarte, aunque la pequeña voz sea algo paranoica, aveces tenía razón. Aunque después del reencuentro con los Proxies, todo iba a salir bien. Entraste a casa y dejaste lo que por una extraña razón compraste sobre la mesa.

(_______): Buenas noches señorita, ¿Va a cenar?

Tú: Son las 12, pero si tengo hambre.

(_______): Oh claro, como soy su sirvienta. Estúpida donde estabas.

Tú: Hubo un problema.

(_______): ¿Ah sí?

Tú: Si, uno de los enfermos no podía dormir, entonces le ayude.

(________): ¿Cómo le ayudaste?

Tú: Dándole unas pastillas(?

(________): Bien...

Por fin ella dejó su interrogatorio, para luego tomarte de la muñeca y tomar tu control, se vio al espejo dando una señal de negación. Camino a donde estaba el laboratorio de la casa, en donde por algún lugar coloco su huella y entró para ponerse algo mejor, una casa muy futurista a decir verdad, pero ella al ser venida del infierno, podía hacer lo que se le diera la gana. Así que con algo más presentable se fue a hacer su matanza diaria. Mientras que la pequeña voz seguía afuera viendo el suelo. Sentía que después de hoy todo se iría a la mierda, y que posiblemente, algo malo podría pasar.

— Sigo sin confiar en ella, aunque diga todo lo contrario comportándose como la mejor persona del mundo. Sigo sin confiar en ella, algo oculta, pero no sé qué es. Lo voy a descubrir de alguna manera, pero lo haré. Cuidate (________) porque en ti no confío ni un poco.

La Protegida [Proxys y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora