CAPÍTULO 41

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Valeria.

Celos posesivos.

Dereck regresó por unos días a Londres tiene asuntos que resolver en la central, a estado muy enfocado en encontrar a Regginal y cada que va a las celdas de Ávila y Mathew regresa hecho una furia con las manos ensangrentadas pero con una sonrisa psicópata en sus labios.

—Dereck...

—Estoy entrenando no me jodas.

—¿Que te pasa? No actúes así conmigo— deja las pesas y se acerca a mi— No te desquites conmigo el odio que les tienes a esos delincuentes.

Sonríe de lado y agarra una toalla para secarse el sudor. No disimulo al detallarlo y cuando se da cuenta toma de mi cabello con fuerza.

—Lárgate antes de que haga algo que no quiero hacer— paso mis manos por su abdomen y las detengo en el elástico del pantalón.

—Ah, si...— rozo nuestros labios— ¿Que quieres hacer?

—Estoy caliente y quiero coger— sonrío y rodeo su cuello— Pero no con una delicada como tu, me gusta el sexo rudo, en donde mi pareja no tenga problema cuando la ahorque, la azote y estruje con fuerza.

—No tengo problema con eso— se ríe.

—Oh claro que sí bonita, no olvido las veces que te quejabas cuando quería follar y no hacer el amor. Entre esas dos opciones elijo la de follar y muy duro, hasta que mi sumisa grite y llore de placer o dolor.

—Eres un maldito sádico— se encoje de hombros.

—Debiste conocerme bien en la cama antes de dejarme entrar en tu vida y enamorarte de mi— me separa— Debes enamorarte de mi en la forma en que cojo, no por decirte par de palabras bonitas, ¿sabes por qué? Porque soy muy bueno mintiendo y fingiendo sentimientos— sonríe con descaro— Por eso esa faceta solo me la creen las ilusas.

—Como Amelia— se ríe.

—Ella se enamoró de como la cogia, duro y salvajemente, después se enamoró de mi versión romántica, la verdadera por cierto, porque de ella si estaba enamorado.

—Estabas, tiempo pasado.

—Si, ahora solo quiero follar con ella, porque ella si es suficiente mujer para mi, solo Amelia sabe moverse de maravilla y hace que mi polla se corra en segundos dentro de ese coño.

—Tú jamás olvidas los preservativos.

—Contigo y con otras, pero con ella jamás lo usé y no me interesa ponerme un látex para privarme del placer de follarla piel a piel— le doy una bofetada.

—Te revolcaste con esa puta cuando estabas conmigo.

—Ninguna puta y SÍ, folle con ella mientras seguía contigo, quise coger con Amelia desde el primer día en que la vi pero ponía resistencia, la primera vez fue cuando escapamos de la misión en Dubái, la segunda vez fue después del cumpleaños de Massimo— sonríe mientras se muerde el labio— Te seguiria contando pero no te interesa, aunque me gustó una noche que la folle pero la folle mientras estaba dormida.

—La violaste— niega.

—Cuando despertó se dio cuenta y le encantó que dejara su cuerpo lleno de marcas y ese coño rojo de tanto besarlo y follarlo— respira profundo y bajo mi mirada a su entrepierna la cual se a le marca encima del pantalón— Antes de su boda y después de su boda, el mejor sexo— escucharlo me da repugnancia, Amelia es una completa puta— En su casa antes de partir a New York...

—Hijo de puta, son tal para cual, no les importa nada ni nadie.

—Aún no he terminado— continua— Pero bueno, las demás te las dejo a tu imaginación, déjame decirte que disfruté estar dentro de ese coño delicioso y apretado, sus gemidos, sus besos y el como se movía encima de mi— cierra los ojos y hace su cabeza hacia atrás mientras baja su mano a su entrepierna— Mira como me he puesto de solo recordar como cogia con ella.

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