EXTRA

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Brisa.

Me paso las manos por la cara en frustración mientras escucho a mi paciente, no estoy concentrada y estoy muy mal en no prestar completa atención a mi paciente.

—Nena, ya hemos hablado esto un millón de veces, aunque no lo creas los psicólogos también nos estresamos, no estoy pasando por un buen momento, ¿te parece si la dejamos para la próxima?

—Está bien, no hay cuidado Bris.

—Gracias y lo siento.

—Entiendo, nos vemos la próxima sesión— asiento y sale de mi oficina.

—Dios ayúdame— me levanto de la silla y salgo de la oficina.

En camino a la cafetería me encuentro con Joel, un amigo del trabajo el cual me a pretendido durante dos años.

—¿Cómo vas?

—Pésimo, es mejor irme, hoy se va mi hermana de viaje y quiero despedirme de ella.

—¿Amelia?— asiento— ¿Se va con su esposo?

—Prometido— corrijo.

—¿No estaba casada ya?

—Es una larga historia pero veo que no estás muy informado por los periódicos o noticieros. En resumen Liam no era quien decía ser y ahora ella se casará con Dereck.

—¿Dereck Reyson?— asiento.

—Me tengo que ir— cuando intento darle un beso en la mejilla alguien me sujeta del brazo y jala hacia atrás.

—¿Cuantas veces más? Aléjate de mi novia— me pellizco el puente de la nariz por el escándalo que esta haciendo este idiota.

—Te aclaro que ya no es tu novia, ella corto contigo, ¿lo entiendes?

—Escúchame bien idiota, vuelve acercarte a Brisa y te parto la cara.

Me toma del brazo y no me da tiempo de disculparme con Joel o negarme a ir con el, al estar fuera de mi lugar de trabajo me suelta y me mira enojado.

—¿Que te pasa idiota? ¿Como te atreves a venir así y tratar así a mis amigos?

—Brisa, métete en la cabeza que no acepto que hayas cortado conmigo, ¿que más debo hacer?

—¡Nada! Nada porque lo nuestro se acabo, no pienso volver contigo por tus malditos celos enfermizos y las peleas abusturdas sin sentido.

—Uy basta, cortala con el discurso.

—No, no la corto nada, digno capitán Leonardo Scott, haces cualquier cosa para salirte con la tuya.

—¡Pero no te das cuenta que ese imbecil se te está lanzando, solo quiero prevenir eso!

—A ver, ¿por qué?

—¡Porque si, porque me enferma que estés con alguien que no sea yo!

—Ah, no, estás completamente loco.

—Sí— me toma del cuello y me lleva a su boca.

Me separo de el dándole una bofetada.

—No vuelvas a tocarme— me limpio la boca y paso por su lado.

Voy a mi auto y al estar dentro suspiro. ¡Mierda! ¿Qué debo hacer? Amo a Leonardo, lo amo más que a nadie pero no puedo estar con alguien que me cela hasta porque un perrito se me acerca. Sin percatarme Leo sube a mi auto y vuelve a besarme.

—¡Basta, sal de aquí!

—¡No!

—¡Scott, detente, deja de insistir!

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