Dereck.
Cerca de la muerte.
No puedo creer que pasé dos días en coma, dos días sin sentir los besos y abrazos de mi esposa ni de mi hijo, dos malditos días sin poder verlos, joder, eso ya es demasiado para mi considerando que ya no puedo separarme de ellos.
—¿Como te sientes?
—Eso te lo debo preguntar yo— le doy un corto beso— ¿Como va nuestra bebita?
—Mejor ahora que estás con nosotras— acaricio su vientre— Vuelvo a preguntar, ¿cómo te sientes?
—Bien, ya no te preocupes— la beso— Bésame porque pasé dos largos días sin tocarte ni disfrutar de esos deliciosos labios.
La tomo por la parte de atrás de su cuello y la tomo con fuerza, introduzco mi lengua a su boca haciéndole saber lo mucho que la deseo. Joder, quisiera que tenga a nuestra bebé y luego por fin poder follarla salvajemente.
—Saldrás en una semana y para tu mala suerte será el juicio, vas a tener que estar presente, pero no te preocupes, yo estaré todo el tiempo contigo.
—Al menos ya tengo la garantía de que nadie nos volverá a dañar— acaricio su mejilla y me separo de ella.
Sus ojos me detallan y sonrío, me imagino como será nuestra nena, tal vez salga idéntica a ella o a mi, me encantaría ver su carita y sentir su pequeño cuerpo en mis brazos.
—Estoy ansioso de tener a mi hija solo para mi.
—¿Disculpa? Soy yo quien la va a parir.
—Pero yo te la hice, ¿te acuerdas como?— sonríe— Es mía.
—Noo, soy yo quien a estado soportando síntomas y malestares por ya 8 meses, para ti fue fácil meterme la polla, follarme y luego embarazarme— me río y sujeto su rostro— Yo soy tuya.
—¿Empezamos con los celos?— la beso— Lástima que estemos en una habitación de la clínica y no en la nuestra, no sabes lo que te estaría haciendo ahora mismo.
La beso despacio y ella sujeta mi rostro con delicadeza, acaricio su cabello y la noto sonreír en mis labios.
—Te amo— susurra y bajo mis besos a su cuello.
—No hagas nada— pido, jadea y muerdo su piel— ¿Bajo?
—No, luego no me podré contener— me río bajo—Extraño dormir junto a ti.
—¿Solo dormir?
—No, extraño todo de ti— miro sus ojos.
—Preciosa, no se que sería de mi si no me hubieses rescatado— toma mi mentón.
—Tu y yo estábamos destinados, todo estaba planeado, así que de cualquier forma nos habríamos enamorado.
—Mi nena preciosa— sonríe— ¿Que haré cuando deje de gustarte?
—¿Qué? Estas loco, jamás dejarías de gustarme, si me traes loquita por ti.
—Es que piénsalo, soy mayor que tu...
—¿Y? Así lo hace más candente mi capitán— acaricio su cabello— Me gustan los hombres maduros.
—No es cierto, solo te gusto yo y punto, porque si te llega a gustar alguien más consideralo muerto. Porque eres MÍA, nadie más podrá tenerte como yo te tengo.
—Lo mismo digo.
—Dejando el tema de lado y pasando a otro, tengo que hacerte una pregunta.
—Okey, pero antes dame un beso.

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DESTINADOS
Teen FictionDespués de cinco largos años, Amelia a vuelto a creer en el amor y está rehaciendo su vida amorosa junto a Liam. Todo es perfecto hasta que nuevamente vuelve aparecer el hombre que cambió su vida, Dereck Reyson vuelve a Londres, pero lleva con el a...