CAPÍTULO 27

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Dereck.

Ella es mía.

Alina me llamó desesperada a la madrugada y cuando le explicó lo que estaba pasando no dudé en levantarme y salir en si rescate, para nuestra mala suerte Adrián tuvo un accidente que nos retrasó varias horas, no le pasó nada malo, solo que fue fuertemente golpeado por el choque. Me retrase un poco más con Adrián debido a que yo me quedé con el en la clínica en sus últimos minutos de recuperación.

—No hagas nada por el momento— me susurra Alina.

Estoy demasiado tenso, la golpeó y maltrató, lo quiero estrangular y asesinar con mis propias manos. Alina me hace una seña para que entre a la habitación y lo hago encontrándome con Amelia recostada en la cama.

—¿Te sientes bien?— asiente y me acerco.

Me siento junto a ella, toma mi rostro y me besa, la sujeto de la parte de atrás del cuello intensificando el beso. Me separo de ella cuando alguien carraspea la garganta.

—¿Ven las consecuencias de sus actos?

—En primero no nos culpes por esto, ninguno de los dos tiene la culpa de que Liam sea un loco descontrolado— hablo— En segundo no me voy alejar de ella y en tercero desde ahora en adelante Liam tiene prohibido acercarse a Amelia.

—No decides eso.

—Lo hago porque es mía ya te lo dije, acabo de embarazarla— digo sin pensar y Amelia me mira mal.

—Estás loco, cállate— me dice— Papá no es cierto.

—Si, es cierto, no te cuidas cada que estas conmigo y siempre termino dentro.

—¡Que te calles!— me cubre la boca— Papá quiero hacer el trámite de divorcio.

—Estoy de acuerdo en eso pero ten en cuenta que la prensa estará tras de ti, te casaste y a los dos días te divorcias.

—No será tan fácil, Liam no me dará el divorcio.

—¿Ah, no?— digo y Adrián niega.

—Sin agresiones— me dice— Esto lo arreglamos mi hija y yo, tú deberías ocuparte de tu novia que cada que puede se agarra como perros y gatos con Alina.

Amelia me mira y trato de ignorar las ganas que tengo de besarla.

—Eso debe terminar, Valeria no era un problema para nadie y ahora por tu culpa se está volviendo insoportable para más de uno— me recrimina Adrián.

—Me vale una mierda si todos odian a Valeria ella se lo busca con sus putas actitudes, y si, sueno como un gran hijo de puta pero es la verdad.

Adrián se pasa la mano por el rostro y decide salir de la habitación dejándome a solas con ella.

—Estabas a punto de impedir la boda— me suelta y medio me río.

—¿Qué?

—Eso me dijiste estando ebrio— la tomo del rostro y la miro directo a esos hermosos ojos marrones que me vuelven loco— ¿Por qué carajos no lo hiciste?

—Porque me gana el maldito orgullo, aún así sabes que por ti hago cosas que no haría por nadie— me acerco a su rostro— Me gusta tenerte conmigo pero me gusta mucho más cuando tengo que arrebatarte de los brazos de alguien más, porque es demasiado placentero saber que me prefieres a mi por encima de todos.

Rozo levemente sus labios y se los humedece con su lengua. Mantengo el contacto visual y al parecer a ella también disfruta y le gusta perderse en mis ojos como a mí me gusta perderme y olvidar todo cada que veo sus fascinantes ojos.

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