CAPÍTULO 23

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Adrián.

Prometidos.

Semanas después.

Observo a Amelia mientras se arregla el cabello, cuando se percata de mi presencia me sonríe.

—¿Necesitas algo papá?

—Faltan días para tu boda, ¿no estás nerviosa?

—No, pero si desanimada. Liam y yo hemos tenido demasiadas peleas.

—Pero es normal— niega.

—No, peleamos más de lo normal, incluso...— se queda en silencio— No nada, olvídalo.

—Amelia— la tomo del rostro— ¿Te hizo algo?— niega.

—Estuvo a punto de golpearme— me tenso y sujeta mi rostro— Papá, mírame, no es para tanto.

—¿No es para tanto? ¿Te estás escuchando? ¡Tú futuro esposo te quiso golpear!— acaricia mis mejillas— ¿Que pasará cuando estén cansados?

—No fue nada, fue una pelea muy fuerte y se descontroló, es todo cariño— trata de calmarme— Tranquilo.

—¿Por qué fue la pelea?— suspira pesado.

—Es mejor que no lo sepas, es una tontería— niego y le doy una mirada para que me diga— No tiene caso.

—No te voy a dejar en paz hasta que me digas y si no lo haces yo mismo obligare a Liam.

—Está bien— esquiva mi mirada— La pelea fue debido a que no me quise acostar con el.

—¿Perdón?— me detiene cuando intento irme.

—No hagas nada, ya está arreglado.

—¡Amelia, te quiso golpear por algo absurdo!

—Lo sé, pero ya está fue una tontería.

Niego y sujeto su rostro.

—Cuéntame todo.

—Pues, quiso acostarse conmigo y no quise, me gritó que con Dereck no tendría ningún problema, empezamos una disputa sobre eso, traté de hacerle entender que no estaba de humor pero solo me gritaba que soy su prometida y que era mi deber y obligación tener sexo con el cuando el lo ordene.

Liam me va a escuchar, esto no lo pienso pasar por alto, por hacer eso con Matteo terminó haciendo lo que se le dio la gana con mi hija, incluso intentar abusar de ella.

—Prometeme que no harás nada.

Obviamente que haré algo, voy a ponerlo en su lugar, si es así ahora no me quiero imaginar cuando vivan juntos. No dejaré que mi hija sea tratada de esa forma.

○○○

Mando a llamar a Liam con Erick, necesito arreglar esto. Miro en la computadora las cámaras y una llama mi atención, la hago zoom y observo con atención. Está Dereck con Valeria, ella intenta besarlo pero el se aparta y sigue con lo suyo. Después de la fiesta de compromiso Dereck fue a dejarla a casa casi en la noche, ella llegó adolorida de todo el cuerpo y no quiso hacer otra cosa que no fuese dormir.

—¿Me llamó ministro?

—Siéntate— le ordeno, cierra la puerta y obedece— Estoy a punto de obligar a mi hija de que no se case contigo.

—¿Disculpa?

—¡¿Cómo te atreviste a querer levantarle la mano a mi hija?!— no habla y me pongo de pie golpeando el escritorio— ¡Algo tan insignificante no tenía motivos para que intentaras levantarle la mano!— le grito.

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