CAPÍTULO 38

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Amelia.

Centro de rehabilitación.

25 de diciembre del 2021.

Han pasado tres días y Dereck se a empeñado en traerme a un centro de rehabilitación en New York. El por fin a dejado a Valeria y ella se puso como loca cuando se enteró que su ex novio vendrá conmigo a New York por un tiempo hasta que supere esta maldita adicción que tengo la droga, estuve en ese infierno como tres días y más, la droga fue demasiada y me causó más adicción que hace unos años. Según recuerdo también fui como tres veces violada, por Ávila claramente.

Tan rápido a pasado el tiempo, hoy es navidad y no pasaré con mi familia, otra vez no estaré con Massimo ni con Dereck, en tres meses me pasó de todo, si que han sido meses de locura y estrés.

—¿Lista?— asiento.

Me despido de todos y de mi padre pidiéndole que se cuide mucho y cuide a la familia.

—Cuídate— Emma me da un pequeño abrazo.

—Si, gracias igual tú.

Veo que Dereck se despide de Valeria la cual le da un beso muy cerca de la boca y me quedo mirando con todos los celos del mundo. Maldita la odio. Cuando Dereck intenta agarrarme del brazo para llevarme me aparto.

Entro rápidamente al auto, sube segundos después de mi y el chófer nos lleva a New York, el sube el vidrio insonoro y tanta cercanía me incomoda, me junto más a la puerta del auto y fijo mi mirada en la ventana, me duele todo y empiezo a rasguñar mis brazos y piernas por la abstinencia.

—Deja de hacer eso— me sostiene las manos y me aparto.

Miro mi pierna la cual está vendada, no fue algo tan grave pero si tuvieron que coserme la herida.

—Ven— intenta que me acerque pero lo ignoro.

—No que ya habías terminado con ella.

—¿De qué hablas? Solo me estaba despidiendo de ella. ¿Qué tiene de malo?

—Tiene de malo que en la clínica me dijiste que me amabas a mi y me hiciste el amor en mi casa.

—Ajá, lo recuerdo muy bien, no tengo porqué pedirte disculpas o algo parecido, no hice nada malo, solo se despidió conmigo.

—Joder— susurro y Dereck baja el vidrio un poco.

—Detén el auto— le ordena al chofer.

Abro la puerta y bajo, corro cerca de la acera, empiezo a vomitar y siento a Dereck tocar mi cintura, cuando termino me ofrece una botella de agua y la bebo inmediatamente. Me carga y vuelve adentrarme al auto.

—Arranca— vuelve a ordenar y sube el vidrio insonoro— ¿Te duele algo?

—Todo— me quejo— Necesito...

—No lo pidas, pon de tu parte.

—¡¿Crees que es fácil?!— le grito— ¡A ti no te han drogado hasta volverte adicto! ¡Tú no tienes que soportar la maldita abstinencia que te carcome todo por dentro!

—Aunque no lo creas pasé por eso, a los 17 años y no tuve a nadie para ayudarme, yo mismo tuve que afrontar eso, no tuve a nadie apoyándome, yo solo tuve que salir de ese infierno...

Me toma del rostro y se acerca, nuestras miradas se enlazan y me tiro hacia él besandolo, me toma con más fuerza haciéndome jadear, agradezco que allá puesto el vidrio insonoro debido a que pierdo la razón y me subo a su regazo.

—Belleza— me susurra mientras le doy besos pequeños, sujeta mis caderas y las mueve despacio— Me estas poniendo muy duro.

Sigo besandolo, trata de controlar sus manos y no hacerme sentir insegura y con miedo debido a lo que me hicieron.

—Listo preciosa— dice algo agitado— Con lo de esta mañana fue suficiente, quisiera volver a hacértelo pero no puedo.

Cuando intento bajarme de su regazo me lo impide, se acomoda en el asiento y puedo sentir su dureza, sería imposible no sentirla considerando que tiene una polla tan grande. Hace mi cabello hacia atrás y besa mi cuello despacio.

—Nadie más que yo podrá tocarte— me susurra y contento el jadeo.

Desabrocho los botones de la blusa dejando que vea mi sujetador, bajo las copas de este y se las ofrezco para que me bese, sonríe y se prensa de mis pechos, no contengo los jadeos y sujeto con fuerza su cabello para que se junte más a mi.

—Dios, me matas con tanto placer— gimo.

—¿Cuantas veces tengo que corregirte? Joder— estruja mis nalgas y me muevo restregandome en su polla.

—Dereck, no aguanto más— le suplico y desabrocha los gins.

Mete su mano bajo las bragas y gimo cuando hace presión en mi clítoris. Muevo mis caderas y me penetra con los dedos, me muevo y monto sus dedos como si fuese su polla.

—¿Te gusta?

—Joder, claro que sí.

El tener sexo amortigua un poco los síntomas de la abstinencia. En medio de todo el placer trato de desabrochar la pretina de su pantalón, joder, el placer me tiene muy mareada y no puedo pensar con claridad solo siento las grandes oleadas de placer que abarca todo mi cuerpo.

—Follame.

Saca sus dedos de mi y me hace girar despacio haciendo que le dé la espalda, baja el pantalón junto con las bragas hasta las rodillas, siento como ubica la cabeza de su pene en mi entrada y jadeo cuando me penetra, mueve sus caderas poniéndome a gemir como loca, joder quisiera estar en una habitación para movernos con facilidad, necesito que me coja duro y pierda el control, está será la última vez que cojamos en estos días, después no sé cuándo podré tenerlo otra vez dentro de mi.

—¡Dios, si cogeme más duro!

—Joder, belleza.

Cierro mis ojos y... grabe error, mi cerebro empieza a recordar como Ávila me estuvo violando y me tenso al punto de que Dereck lo siente.

—Detente— le pido y lo hace.

Me aparto de él y me acomodo mi ropa, sujeto mi rostro y rompo a llorar. Escucho como sube la pretina de su pantalón y me abraza.

—Lo siento— susurra— Fue mi culpa.

Dejo que me abrace y bese mi cabeza de vez en cuando, al cabo de unos minutos me calmo pero ahora la abstinencia es la que me está haciendo una mala pasada.

—Duele, duele, duele— sujeta mi rostro.

—Tranquila, todo estará bien.

Me quejo de dolor y rasguño mis brazos, me detiene sujetando mis manos y me hace sentarme en sus piernas, me acurruco en su pecho tratando de calmar el dolor, la ansiedad y las ganas de drogarme.

—No pienses.

Prenso las uñas es su brazo lastimandolo, parece no importarle y me deja seguir rasguñando su piel, pongo mi mano sobre su mejilla y baja su mirada para verme.

—Ayúdame.

—Lo haré, pero no de esa manera, no te daré nada— deja un pequeño beso en mi frente— Resiste, el proceso será difícil pero tienes que soportar todo para que puedas estar bien.

Acaricia mi rostro y deja pequeños besos en mis manos.

—Te amo— le susurro y sonríe.

Sus ojos se ven hermosos cuando sonríe y joder, me encanta, amo todo de el, tiene una sonrisa perfecta, bueno en realidad todo de el me parece perfecto.

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