PREFACIO

107 6 0
                                    

Amelia.

Mi padre me mira mientras reviso los documentos de la central de Italia.

—¿Primer capitán destacado?— pregunto y asiente.

—La central de Italia me los envío, precisamente no se para que.

—¿Puedo conservarlos?— asiente y medio sonríe.

—¿Para que los quieres?

—No lo sé, solo quiero conservar algo que me recuerde a él— abrazo los papeles con información del hombre que amé hace años.

¿Amaste?

Sí, tiempo pasado, no puedo creer que tú, mi propia cabeza dude lo que digo.

—Bien, puedes quedartelos, pero guárdalos bien por si acaso— asiento y sale de mi habitación.

Los guardo en un cajón y suspiro pesado, me tiro a la cama y cierro mis ojos dejando que mi mente viaje a aquellos días tan bellos. Cuanto quisiera volver el tiempo atrás y borrar los errores que cometí, el principal, no haberlo detenido.

Pensé que dirías que tu principal error fue conocerlo o enamorarte de él.

A ver, pienso que pasó por algo, si lo conocí y me llegué a enamorar de él era porque así estaba escrito el destino, porque Matteo no era para mi y si en algo tuvo razón Dereck, si el no hubiese llegado a mi vida y si jamás me hubiese enamorado de él, el enterarme de que Matteo me era infiel me habría dado demasiado duro y me habría destrozado en mil pedazos.

—Sígueme— aparece Erick y lo miro extrañada— Solo ven.

Ruedo los ojos y lo sigo hasta salir de casa, ignora el auto y me lleva de la mano hasta no se donde.

—¿A donde vamos?

Me abraza desde la cintura y seguimos caminando hasta entrar a una....

—No, ¿qué hacemos aquí?

—Vamos— intenta tirarme con la ropa.

—No, estas loco.

—¿Recuerdas cuando solíamos nadar de niños?— asiento y empieza quitarse la ropa— Creo que necesito tiempo a solas con mi hermanita.

Se tira al agua haciendo que gotas me caigan a mi, me deshago de mi ropa quedando en ropa interior, adopté el modo monja, ya no uso lencería de encaje ni nada de eso. Me tiro al agua y Erick me hunde hasta el fondo de la piscina, me impuso y salgo a la superficie.

—Eres un tonto— me echa agua con sus manos y también hago lo mismo.

Me río mientras jugamos en la piscina como cuando éramos niños, me abraza y me aferro a el con fuerza.

—Gracias, me hacia falta— sujeta mi rostro.

—Sabes que siempre estaré para ti, se que has estado muy mal y quiero que seas feliz, porque sabes que si uno esta mal...

—Lo estamos los dos— termino por el y asiente— Te amo, eres el mejor hermano del mundo.

Me da besos en el rostro, sonrío y vuelvo abrazarlo.

—¿Quieres que llame a Liam?— niego.

—Es muy tarde y solo a ti se te ocurre traerme a una piscina a estas horas.

—Vamos, solo es media noche, yo llamo a Alina y tu a Liam.

—Llama a Alina, pero no pienso llamar a Liam, no quiero.

Se queda en silencio, no puedo llamarlo mientras tengo a otro en mente, sería muy injusto para él.

○○○

—Mi teniente, que hermosa se ve hoy— sonrío y me da un beso pequeño.

—¿Puedes ayudarme? Necesito acabar esto rápido y....

—No digas más— se sienta a mi lado y me ayuda ordenando todos los documentos por fechas.

Luego de media hora terminamos y suspiro pesado, dejo los documentos en carpetas y lo llevo a la oficina del coronel con ayuda de Liam. No está así que aprovecho para sujetar a Liam de la parte de atrás de su cuello y traerlo a mi boca, sus manos acarician mi espalda y se detiene en mi cintura.

—Te quiero— le susurro y sonríe dejándome ver los hermosos hoyuelos que le forman en las mejillas— Bien, vámonos antes de que el coronel nos encuentre en esta situación en su oficina.

Salimos y me acompaña a la sala de tenientes, sus ojos me detallan y sonrío

—¿Tengo algo en la cara?— me besa pero me separo al instante— Nos pueden ver.

—Ya falta media hora, vámonos y aprovechamos mejor— ruedo los ojos.

—Bien.

Nos cambiamos el uniforme y nos vamos en su auto, en el camino no hablamos, solo nos relajamos con la música y la oscuridad de la noche. Al llegar a su casa entro primera y me voy a su habitación.

—¿Cansada?

—No tanto como para tener un buen rato de sexo— sonríe y se saca la chaqueta.

Se viene encima de mi y lo beso mientras su mano de introduce dentro de mi pantalón y bragas, arqueo la espalda mientras sus dedos me tocan y cuando cierro los ojos su rostro viene a mi mente, en la forma en como me tomaba y me hacía sentir tan mujer. Gimo cuando introduce sus dedos, sin dejar de pensar en el hombre que me tiene loca desde hace mucho empiezo a mover las caderas teniendo una ilusión vana de que llegará y me follara como tanto me encanta.

○○○

DESTINADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora