CAPÍTULO 67

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Dereck.

Luna de miel.

Primera parada fue en París, ella disfrutó de la vista y de los hermosos paisajes, así como también estaba encantada comprando ropa y claro, era yo quien tenía que cargar mundo de bolsas con ropa, aunque disfruté entrar al vestidor con ella y toquetearla mientras me modelaba conjuntos de lencería o faldas y vestidos cortos.

En este momento está descansando, son como las 3 de la tarde y aún no a despertado, solo lo hacía por unos cortos segundos para inspeccionar que seguía con ella.

¿Como vas con mi princesa?

—Nada de lo que te tengas que preocupar, en este momento está durmiendo, está algo cansada debido a que hemos pasado recorriendo la cuidad sin parar.

Espero que en estos tres días no hayas tenido sexo con ella.

—Es muy complicado cumplirte eso.

Dereck— me regaña.

—Prometo ya no tener sexo duro con ella, pero no me voy a negar a complacerla haciéndole...

Ya entendí, solo cuida bien de ella y trata de no hacerla cansar mucho ni esforzar, sabes que afectaría en el embarazo, también trata de controlar la comida.

—Okey, haré lo posible, te dejó, tal vez no tarde en despertar y necesito cocinarle algo.

Bien, por cierto, Massimo va excelente, mayor parte del tiempo pasa con Alina o Brisa, le gusta pasar tiempo con mini Erick o con Scott.

—Gracias por cuidarlo.

Colgamos la llamada y procedo a prepararle algo de comer, estos días perdió el apetito y solo toma agua en abundancia, tengo miedo de que enferme o que afecte al bebé.

—Dereck— me llama y voy rápidamente a la habitación.

—¿Que tienes? ¿Te duele algo?— sujeto su rostro.

—Noo, quiero que me des amor— ruedo los ojos— Tengo mucho sueño, dame un potitito de amor y ya.

—¿Potitito?— me burlo de ella y me estampa un beso en los labios— Antea de que te duermas otra vez quiero que comas algo.

—No...

—Por favor, no quiero que te enfermes mi princesa— me mira— Solo come un poquito y luego puedes dormir otra vez.

—Okey.

—Solo espera un momento, terminaré de preparar— asiente y le doy un beso.

Le preparo hamburguesas con papas y salsas, quiero consentirla un poquito, porque luego tendré que prohibirle comer cosas así y me va a doler mucho sabiendo que ama comer.

—¡Ay nooo, huele delicioso!— exclama sentándose en la cama y le pongo la bandeja frente a ella.

Me da un beso pequeño y le ayudo a comer, ella lo hace con gusto mientras me mira sin parar, nuestros ojos hacen contacto visual todo el tiempo pero es ella quien siempre termina rompiendolo. Cuando termina de comer se bebe el batido y luego se recuesta, voy a dejar los platos sucios a la cocina y regreso con ella.

—¿Te sientes mejor?— asiente y extiende sus brazos para que la abrace.

—Vamos a dormir.

—¿Más?— asiente haciendo un pucherito de lo más tierno— Vamos a darnos un baño y luego si, ¿vale?

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