CAPÍTULO 51

88 4 0
                                    

Amelia.

Inicio de relación.

Dentro de una semana será la misión, todos están trabajando en eso y yo estoy insegura de volver a participar en algo así, aunque tengo la garantía de que Dereck estará todo el tiempo conmigo.

—Llegamos— me susurra y me guiña un ojo.

—Estamos en medio de la nada— me da un pequeño beso y me hace bajar.

A lo lejos puedo ver lo que parece ser una avioneta, lo miro extrañada y solo me hace avanzar, subimos y la avioneta despega con destino no se a donde, Dereck tiene sujeta mi mano mientras yo descanso mi cabeza en su pecho.

—Dereck.

—¿Mmh?— lo miro

—Te amo.— le susurro y sonríe— Dame un beso

—¿Uno?

—Muchos.

Sujeta mi rostro y reparte besos pequeños, al llegar a mi boca empiezo a besarlo mientras rodeo su cuello y acaricio su cabello, deja varios besos pequeños en mis labios antes de separarse, observo su rostro y suspiro.

—No pensé volver a estar así contigo— me hace sentarme en sus piernas.

—Pero aquí estamos belleza— lo acaricio.

Me encanta y no puedo ocultarlo, sería estupido fingir que no me gusta cuando en verdad me fascina este hombre, Matteo me enseñó muchas cosas pero Dereck llegó y me enseñó amar y me enseñó aún más la lujuria, el deseo y la pasión, porque eso es lo que destila este hombre.

—Te amo— me susurra mientras me abraza y me separo para mirarlo.

—Para, ¿qué dijiste?

—No lo repito dos veces— lo beso sintiendo miles de mariposas a mi alrededor

—Te amo, te amo— le doy besos pequeños y sonríe.

La avioneta aterriza y el me venda los ojos, me da leves besos en el cuello y me guía tomándome de la mano. Siento el césped y cuando llego a un camino de piedrecillas me carga debido a que estoy con tacones, me da besos pequeños y sonrío, el olor a rosas me invade y me pone en el piso.

—Hermosa— me susurra mientras me quita la venda de los ojos.

Detallo a mi alrededor con una sonrisa, estamos frente a una cabaña, el camino está lleno de rosas rojas y faroles.

—¿Que es esto?

—Solo sigueme—  dice en voz baja y obedezco.

Avanzamos y se detiene en la puerta de la cabaña, medio sonríe y la abre dándole paso a un enorme atado de globos rojos en forma de corazón. Me hace entrar y me entrega uno de esos globos el cual tiene una pregunta que me hace sonreír.

—¿Quieres ser mi novia?— asiento.

—¿Hablas en serio?— rodea mi cintura y me apega a su cuerpo.

—¿Crees que bromearia? Hablo más que en serio.

Lo beso, asiento con la cabeza y vuelvo a besarlo, lo despojo del abrigo y se separa de mi lentamente.

—Tengo una sorpresa mejor.

Dejo el globo y lo sigo hasta llegar a una habitación lleno de rosas y velas las cuales se encargan de iluminar y darle ese toque romántico y sensual a la situación.

—Abre— apunta una pequeña caja color negro.

La abro encontrando varios chocolates y una nota, Vas por buen camino, pero aún falta algo.

DESTINADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora