CAP. 3

7.5K 352 10
                                    

Me despierto a la mañana siguente con la sensación de no haber dormido nada y de ser observada casi toda la noche.

Hago mis necesidades y oro antes de bajar a ver a las nuevas ingresantes.

Están levantadas temprano y eso es bueno, hoy vendrán unos padres nuevos y ya todo está listo por lo cual ahora solo preparan la comida.

_Buenos días novicias_Saludo cuando entro en la cocina.

_Buenos días Eva.

Me saludan también.

_¿Cómo va el pan?_no evito oler el rico aroma a pan recién horneado.

_Le faltan unos minutos pero fuera de eso todo bien.

_¿Cómo les fue en su primera noche?.

Las caras dudosas que me lanzan es odvio que no durmieron bien.

_La cama era muy suave pero no se por que dormí incómoda, sentí como si alguien me observará.

_Seguro mañana estará todo bien, es por su primera noche.

Veo que no fui la única, siguen con sus labores y salgo de la cocina para irme al otro extremo del patio, aquí está la iglesia y está completamente decorada por mi y algunas monjas que decidieron ayudar ayer.

_Buenos días ¿Cómo amanecieron todos?.

_Buenos días Eva.

_Todo está bien cariño, ¿Cómo amaneciste tu?.

_Muy bien, ¿Dónde está mi madre?.

_En el altar.

Me abro paso entre las que las limpian y encuentro a mi madre ordenando algunas flores en el altar.

_¿Quién se casará?.

La escucho reír.

_Tenemos muchísimo tiempo sin una boda luego de la mía y la de tu padre.

_¿Lo extrañas verdad?.

_No sabes cuánto.

Mi padre murió por cáncer, su cabello se puso blanco y con el tiempo se caía solo y un día simplemente dejo de respirar, extraño todos los momentos que teníamos juntos.

_Me puedes pasar los jarrones por favor.

_Por supuesto.

_Ten cuidado están llenos de agua.

Recojo los jarrones pequeños del piso y se los entrego para que pueda agregar las flores en ellos.

_Todo está acogedor madre.

_Gracias a ti.

Me dice bajando y terminando con todo, ya todo está listo y solo faltan algunas horas para que los padres estén aquí.

_Praparadas para las misas en dos horas.

Todas las monjas dejan lo que estaban haciendo para irse por órdenes de mi madre, yo por lo tanto me dispongo a ayudar a mi madre en lo que queda de las horas.

.

Los padres llegaron y les dimos una de las mejores bienvenidas que podemos dar.

Les dimos habitaciones y a las siete ya estoy subiendo las escaleras para mí habitación.

_Oye Eva_escucho que alguien me llama y me volteo.

_Si?.

_Necesito tu ayuda.

_¿Que pasa?.

_Perdi mi horario y esta mañana olvide a dónde iba, ¿Puedes ayudarme?.

_Por supuesto, ¿Llegaste ayer?.

_Si.

_En la mañana a primera hora tienes que hacer una oración_le digo subiendo las escaleras, pasamos por el pasillo y me adentro en la biblioteca donde hay miles de copias de los horarios.

Tomo uno de los escritorios y se lo extiendo.

_No lo pierdas, solo te puedo dar máximo dos.

_No lo haré gracias.

Salimos juntas y la dejo en su habitación.

Estoy agotada y necesito ir a dormir por qué no puedo quedarme más tiempo parada.

Camino por el pasillo y me adentro en mi habitación.

_Emm, ¿Disculpa?¿Te puedo ayudar en algo?.

Observo al extraño que está sentado en mi cama con un libro.

_De hecho si.

Se voltea y observo su cara, nunca en mi vida había visto un hombre tan apuesto como este, de tez blanca como la nieve y cabello negro sobre su cara, hasta dudaba de mi sexualidad.

_¿Usas lentes de contacto?.

_No...

_Tus ojos, creí haberlos visto rojos y ahora son negros.

_No creo..

_Olvidalo dime, ¿En qué te ayudo?.

_Llegue nuevo y quiero que me digan donde está mi habitación.

_Llegaste con los padres... Bien te ayudaré, tengo tiempo libre.

Viene vestido en traje y se mete las manos en el bolsillo antes de empezar a caminar.

Juro haberlo visto antes pero no recuerdo donde.

_Me pareces conocido.

_¿A si?.

_Si no se de donde pero enserio creo que te conozco.

Salimos de mi habitación y empezamos a caminar al otro extremo.

Bajamos las pequeñas escaleras y me paro frente a una de las habitaciones vacías.

_No te vi llegar.

_Me alejé del grupo, disculpa si incomodó.

_No te preocupes_Nunca había visto a un padre con traje de gala.

Lo dejo y empiezo a caminar nuevamente por dónde vine.

Los bellos se me ponen de punta cuando abro la puerta de mi habitación y les juro que siento que vi a ese chico en algún lugar pero lo vi.

El sentimiento de que alguien me observa no se me quitó en los minutos que dure en mi habitación y nisiquiera cuando me acosté intentando conciliar el sueño en vano.

Sumisa de un demonio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora