CAP.4

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Abro los ojos por la luz de mi ventana.

Dormí como dos horas por la extraña sensación que no me dejó pegar un ojo. Oro y me ducho antes de vestirme.

Al terminar abro la puerta y encuentro a las chicas a punto de bajar las escaleras y las saludo bajando con ellas.

_¿Estás bien?.

Me pregunta una de ella.

_Un poco, no dormí bien pero fuera de eso todo normal.

_No te vez bien, tienes ojeras y estás caliente.

Me dice tocándome la cara.

_No, ya te dije amanecí bien, ¿Cómo durmieron ustedes.

_Al parecer más bien que tú.

Me hace reír.

Llegamos al primer piso y salimos al patio, saludo a todos los que veo y las de dejo en la cocina.

_Buenos días madre.

_Buenos días cariño.

_¿Te puedo ayudar?.

_No creo preciosa, te vez horrible y estás ardiendo.

Repite la misma opción que la novicia tocándome la cara.

_Estoy bien, me siento bien.

_Anoche te vi caminando sola hacia las habitaciones de los padres, debiste haberte resfriado.

_¿Sola? No, acompañaba a uno de los padres a sus respectivas habitaciones.

Me mira como si estuviera loca.

_Bien... Si tú lo dices.

_Dime en qué te ayudo, me siento bien seguro es por el sereno.

_Ve a la biblioteca y tráeme los libros negros que están en el tercer estante y luego de eso te vas a descansar un poco por qué aunque digas que estas bien no te veo bien.

_Como digas madre.

Obedezco dándome la vuelta y empezando a caminar.

Anoche acompañe al chico que estaba en mi habitación y resulta que mi madre no vio a nadie.

Supongo que me estoy volviendo loca y todo esto fue un simple sueño.

Seguro soy sonámbula.

Subo las escaleras y camino por el pasillo, abro la biblioteca y empiezo a buscar los libros en los estantes.

Veo cuatro libros negros en donde mi madre me dijo y los tomo en mis manos.

Me doy la vuelta y un ruido me hace volver a girar, hay un libro en el suelo y lo tomo pensando como se cayó desde esa altura si nisiquiera moví ese estante.

Incubos.

Es el título del libro marcado en rojo.

Lo dejo sobre el estante y cuando me giro para irme vuelvo a escuchar el mismo ruido.

El libro que puse bien en los estantes nuevamente está en el suelo, miro para todos lados cuando empiezo a asustarme, la biblioteca está completamente vacía y tomo el libro con temor a que se vuelva a caer solo nuevamente.

Dejo el libro en mi habitación y camino bajando las escaleras.

_Gracias por los libros_me dice mi madre cuando se los entrego_Ahora vete a descansar, ya has hecho mucho.

Me da un beso en la frente y no me queda de otra que irme, al llegar a mi habitación lo primero que veo es el libro en la cama.

El corazón se me acelera por qué no estoy tan loca y recuerdo perfectamente que lo dejé en el tocador.

Sumisa de un demonio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora