CAP. 20

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_No por favor.

Siento el árbol en el que estoy subida como se mueve, moriré en tres... Dos... Uno...

Adiós mundo.

Uno de los tres chicos es quien se posa a mi lado y trago saliva.

Se queda callado y se sienta en las ramas moviendo los pies, no dice una sola palabra y se pone a jugar con sus dedos.

Mirándolo de cerca es mar guapo, tiene la cara llena de pecas, el cabello negro sobre su cara y nariz fina con unos ojos grandes y marrones.

_¿Que pasa?_ le pregunto y se queda callado.

No se que hice mal pero se queda callado con la cabeza baja y moviendo las piernas.

_¿Eso significa que te quedarás conmigo por una semana?.

_Callate y espera a mi hermano.

Me quedo quieta cuando siento el movimiento del árbol, miro hacia abajo y el aspecto de Rowan subiendo el árbol como los gatos da miedo.

Ojos rojos, colmillos afuera, cabello desordenado y las garras se les entierran en la madera.

Lo malo es que no me asusto, por el contrario cuando llega a mi tomo la iniciativa y junto nuestros labios, no me importan sus colmillos o sus garras que me lastiman las mejillas.

Nos separamos por falta de aire.

_Eva, el es unos de mis cientos hermanos.

Su hermano que está trepado en la punta del árbol ni nos mira.

_Los que llegaron ahorita también.

_¿Cómo es eso de cientos hermanos?.

_Tengo una madre un poco... ¿Cómo te digo?.

_No la culpes.

_Tengo hambre.

Me dice con los dientes apretados.

_¿Y que quieres que yo haga?.

_Necesito... Alimentarme.

_No tuviste el valor de encontrarme solo...

_Vamos... Sería muy fácil subir al árbol directamente.

_Y por eso enviaste a tu hermano.

_Exacto, ese olor tuyo es imposible de olvidar y por más lejos que estés siempre estaré detrás de ti, en tu sombra.

_Eso da miedo.

_Te da placer.

Dice.

_Puedo sentir como tuz pezones se ponen duros debajo de tu playera, los bellos se te erizan y tus bragas se mojan.

_No traigo bragas_Lo molesto.

_Te hubiera metido los dedos.

.
.

_Eso no es justo.

_¿Que?.

_Fuiste directamente donde la humana, quedamos que no usarías el rastro.

Su mejor amigo le reclama cuando empezamos a salir del bosque, todos encontraron sus parejas y algunos ya se están besando.

_No lo hice.

_Mira como te creo_ le saca el dedo del medio.

_Viejo no lo hice, casi no corre nada.

_Si claro.

_No te miento.

Subimos las pequeñas escaleras y me siento en las pequeñas sillas mirando el ambiente.

Sumisa de un demonio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora