CAP. 6

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Una semana más de sufrimiento.

Llorar, tomar agua cada día, llorar, adelgazar, ojeras casa vez más negras, ese se volvió mi pasa tiempo a parte de sufrir sin decirle nada a mi madre.

Escucho como tocan la puerta y tomo fuerzas para levantarme por qué tengo miedo desde sus palabras, no quiero rogar por mi vida y espero no hacerlo.

Abro la puerta y mi madre es la que veo.

_Buenos días madre.

_Cariño por Dios mírate.

_Me siento bien mamá solo es un resfriado.

_Tienes dos semanas así mi amor, ya no puedes estar así, llamaré a un médico.

¿Cómo le digo que lo que tengo es que un demonio me está chupando la energía y si no ruego por mi vida moriré?.

_No es nada, verás que se me pasara.

_Ya no más Eva, me ayudas a mi déjate ayudar.

Asiento mareada y a los pocos minutos mi madre vuelve con un médico, me revisan los signos vitales, y me colocan un suero para no quedar desidratada pero cada minuto siento que me quema.

_Vete al infierno demonio, no rogare.

Siento mi corazón latir despacio cada día que pasa y aún así no ruego.

Prefiero morir antes de ser esclava de un demonio que solo quiere mi cuerpo como un templo.

Mi madre me visita cada una hora y pone paños calientes en mi frente, se que todo esto es en vano ya que si no hago algo moriré seca.

Pero no me importa, yo tuve una gran vida y tendré una gran muerte.

_Cada vez me preocupa más tu estado, no se que tienes para que estés así y los médicos dicen que todo está bien con tu cuerpo.

_No te preocupes por mi mamá, en unos días estaré bien ya verás.

Me da un beso en la mejilla antes de abrir la puerta e irse.

Las novicias me visitan igual que las demás hermanas pero no me ayudarán en nada, estoy condenada a un demonio y prefiero morir antes de dejar tocarme.

Cierro los ojos despacio y es la primera vez en varias semanas que logro dormir algo, poco pero descansé mucho.

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_Eres la primera mujer que pone tanta resistencia.

Abro los ojos tratando de enfocar bien en la luz de mi ventana, escucho algo y al girar la cabeza mi mundo se detiene.

El está sentado con el libro de incubos en las manos, viene en traje y los ojos los tiene rojos.

_Dejame en paz_Susurro con mi último aliento.

_Temo que no.

Deja el libro en el tocador y se levanta de la silla.

_Te dije las consecuencias de esto y te quedan aproximadamente unos tres días.

_No quiero esto.

_Tu firmaste el trato.

_Por que estabas matando a todas las hermanas.

_No lo recordaba.

_Para ya está locura.

_Tic toc, el tiempo se acaba y mi paciencia es infinita.

Mi madre abre la puerta y se sienta frente a mi.

Y no lo está viendo sentado por qué solo yo tengo que vivir está locura.

Me cambia el paño caliente y me da otro beso antes de pasar por su lado e irse.

_No quiero esto.

_Simplemente tienes que pedirlo.

_¿Pedir que?.

_Tardo mucho en encontrar a otra víctima y por eso pedirás que te deje pero aún así el trato no acaba.

_Vete al infierno.

_Alli te llevaré en vez de dejarte en las nubes.

_No rogare.

_Puedo traerte de la muerte pero seguirá así hasta que me lo pidas.

_Nunca lo haré.

_Te veré pronto mi sumisa.

Y desaparece con una nube negra.

Ahora sí estoy en problemas tengo tres días de vida como máximo y si no pido que me quiten esto moriré.

Sumisa de un demonio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora