Tengo dos días aquí y nisiquiera he tenido que pensar en ese estúpido demonio que me tenía la vida loca.
Ahora puedo dormir tranquila y no tengo ojeras, irme fue una buena idea.
Me pregunto por qué no me fui antes y terminaba con todo esto.
_Es suficiente por hoy, nos iremos a casa.
Subimos al auto que nos llevará nuevamente a la casa de mi prima, ya está anocheciendo y pasamos el día completo en el convento.
Ayudé casi con todo y terminé agotada.
Al llegar a la casa soy la primera en bajar e irme directamente a mi habitación luego de saludar a Eve, está concentrada haciendo tareas por lo que no la molesto mucho.
Me doy una pequeña ducha y bajo las escaleras para cenar.
Eve ya está aquí, tomo asiento en el comedor y las chicas con túnicas me sirven mi cena.
Empiezo a comer y disfruto escuchar a Evelin contar como le fue en la escuela hoy, se ve muy feliz contando todo con detalles y me hubiera gustado estar en su lugar.
Me hubiera gustado jugar con mis compañeras y comer rodeada de niños, pero ya son tiempos pasados y mi madre dice que ya alcance el límite por lo que no me enseñará más cosas.
Me quedo pensando hasta que termino de cenar, dejé que un demonio me tocará y me siento fatal por eso, el esposo de mi tía llega de trabajar y lo saludo subiendo las escaleras.
Hoy dormiré temprano por qué mañana hay reunión en el convento para saber las horas de las misas.
Me coloco mi pijama, cierro la puerta y me arrojo en las almohadas de la cama enorme y cierro los ojos disfrutando de su suavidad.
Tenia tanto tiempo sin dormir en una cama así que el sueño me vence a los pocos minutos.
.
.Siento que me mueven y abro los ojos despacio.
No hay nadie en la habitación cuando me siento en la cama pero tengo un deseo enorme de orinar.
Me bajo de la cama y abro la puerta del baño.
Termino de orinar y todavía me pregunto por qué me desperté así si sentía que alguien me movió.
Me quedo quieta cuando me doy cuenta de quién está sentado en los sillones pequeños de cuero, la comida se me sube a la garganta y enciendo las luces para darme cuenta de que mis sospechas son ciertas.
_Te extrañé.
_¿Que haces aquí?.
_Vine a visitarte.
_No te quiero aquí, por favor vete.
_Eres una chica mala, te fuiste y no me alimentaste por dos días.
_Por favor vete.
El corazón se me acelera cuando se levanta de los sillones de cuero.
Empiezo a retroceder y rezo cuando toco la pared.
_¿Quieres que me valla sin comer?.
_Por favor no.
Llega hasta mi y quita mi cabellera rubia de mi cara.
_No por favor.
Las lágrimas me pican en los ojos y salto del susto cuando me aprieta con fuerza la cara.
_¿Te fuiste pensando que te iba a dejar?.
Sus garras me marcan las mejillas y aprieta cada vez más y no le importan mis lágrimas ni que intente quitarle las manos.
_Te lo dije Eva, estás unida a mi, eres mia, mi presa, mi sumisa, puedes ir al fin del mundo y allí te buscaré por qué me perteneces.
Me suelta la cara y veo que está tratando de contenerse.
Me tomo las mejillas imaginando que están rojas como un tomate por la presión que hizo en ellas, las lágrimas me queman la piel mientras caen y lo único que hago es acurrucarme en una esquina.
Tengo miedo a que me haga daño, no quiero esto, quiero alejarme de esto.
Se vuelve a sentar donde estaba antes y se me queda viendo, entro mi cabeza entre mis piernas temiendo a qué me mate como lo hizo la primera vez.
_¿No estás entendiendo esto verdad?.
Me quedo callada.
_No te puedes alejar de mi_Me dice_Eres mi sumisa y estás unida a mi para toda la eternidad, no hay nada que rompa ese vínculo y por más lejos que te vallas yo iré detrás de ti.
_¿Que tengo que hacer para que me dejes en paz?_Pregunto con esperanza para que me deje.
_Lo que nunca sucederá, por supuesto hacer cosas prohibidas, y cooperar.
_Hare lo que tenga que hacer, solo déjame.
Alzo la cabeza y sus ojos rojos es lo último que veo cuando desaparece.
Me toco la cabeza cansada y me quedo allí sentada sin saber que hacer, por más lejos que me valla siempre tendré a ese demonio cerca de mi y como bien dijo no me dejará.
ESTÁS LEYENDO
Sumisa de un demonio
FantasyLos demonios invadieron la iglesia, estoy asustada pero también ciertos ojos rojos me cautivaron. Los demonios son seres despiadados que se alimentan de sus víctimas. Yo era una simple chica que amaba a Dios hasta que lo conocí, su imponente figura...