Eva...
Me levanto de la cama cuando los rayos de luz iluminan la habitación.
Respiro profundo mirando por la ventana, envuelvo mi cabello en una coleta alta y entro al baño para relajarme.
Trato de que los malos pensamientos no sean parte de mi mente mientras el agua cae por mi espalda.
Al terminar salgo envuelta en una toalla y al abrir el clóset solo hay túnicas, las que usaba cuando estaba aquí así que sin opciones tomo una y me la coloco, cubro mi cabello con el pañuelo blanco y me miro en el espejo.
Mis ojos están rojos por culpa del llanto.
Suelto el aire que tenía contenido y abro la puerta de la habitación saliendo de ella, saludo a las hermanas como lo hacía todas las veces cada mañana.
Supongo que está soy yo y nunca debí cambiar, nunca debí dejar ser una monja por amor.
Mi madre está ayudando a las nuevas integrantes y le digo que yo puedo hacerlo por ella, se sorprende cuando me ve con la túnica y no hace más que sonreír y dejar que la ayude.
Espero que nadie venga a buscarme ni hablar conmigo por qué no quiero ninguna explicación, rowan al no contarme nada tomó su decisión de estar callado y ocultar la verdad.
Tuve que enterarme por su hermano y no por el.
Aún así ya no importa.
.
.Empaco una maleta con algunas túnicas, escapar de la realidad es inútil pero de nada cuesta intentar.
Salgo del convento y abordo el taxi que me lleva a la ciudad.
Casi cuarenta minutos después siento que he viajado suficiente.
_Detengase por favor.
El chófer se detiene y me deja frente a un cine.
Empiezo a caminar por la cuidad con mi maleta en manos, tratando de buscarme y aceptando mi nuevo destino.
No quiero ver a rowan y no quiero saber nada que tenga que ver con el, su ex compañera revivió de la muerte y hará todo lo posible para recuperarlo.
No hay nada que yo pueda hacer.
No me gusta rogar, aunque una vez lo hice y fue por mi vida, no es igual.
Rento la habitación en el hotel más cercano y dejo la maleta en la cama.
La ducha también me relaja y me ayuda a olvidar esos momentos malos que mi memoria quiere mantener en ella.
Lamentablemente no lo logrará.
.
.
Rowan.Miro la casa y no siento su presencia.
Empiezo a caminar hacia su sitio y abro la puerta confirmando mis sospechas.
_¿Dónde está?.
_No lo sé, te dejó esto y salió.
Miro el anillo de bodas en la mano de polar y mi rabia aumenta de nivel.
_Dijo que la luna se marchitó antes de tiempo.
_Rowan...
La ignoro totalmente mirando a polar a los ojos.
_¿Que pasó?.
_Tu antigua loca le dijo muchas cosas ofensivas a Eva, debiste verla, se tragó las lágrimas.
_Rowan... Tenemos que hablar.
Me muerdo los labios y trato de controlarme pero no puedo.
La rabia me ciega, los colmillos me lastiman, la cabeza me da vueltas y no me doy cuenta cuando tengo su cuello en mis manos.
Lucha por aire y mis garras se entierran sacando hilos de sangre que bajan por su cuello manchando su vestido blanco.
_¿Que haces aquí? ¿Cómo volviste a la vida?.
Toma mis manos buscando respirar y polar coloca un brazo en mi hombro.
La suelto lentamente y dejo que busque aire por qué tiene muchas cosas que explicar.
_¿Que haces aquí?.
_Por favor... Rowan... Perdoname no quise hacerte daño?.
_¿Cómo volviste a la vida?.
_Mis ancestros tienen años tratando de revivir mi cuerpo, solo hacía falta que cayera la reina de los demonios.
Puedo sentir como polar se tensa.
_No sabemos cuándo Lilith volverá a la vida y todo por revivir a la mujer que alguna vez le causó tanto daño a rowan. No mereces el perdón de Dios.
_Solo quiero hablar con rowan, somos uno solo, me amas y yo te amo, ¿Cómo pudiste cambiarme?.
_Conozco un hechizo para despertar a Lilith y la vida demoníaca ya la tenemos.
_No, no quiero volver a la oscuridad, por favor no lo hagan.
_Quiero vivir en paz con mi esposa y llegas a dañar todo, no tenemos otra opción.
Polar intenta tomarla pero desaparece en una nube negra.
_Maldicion.
_Tenemos que encontrarla antes de que sea tarde.
_Tu avisa a los otros, yo intentaré hablar con Eva.
_No creo que quiera pero has lo mejor que puedas, lo necesita.
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Sumisa de un demonio
FantasyLos demonios invadieron la iglesia, estoy asustada pero también ciertos ojos rojos me cautivaron. Los demonios son seres despiadados que se alimentan de sus víctimas. Yo era una simple chica que amaba a Dios hasta que lo conocí, su imponente figura...