CAP. 24

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_¿Sabías que tiene miedo?

Miro hacia un lado y veo llegar al hermano de Rowan.

Polar, porta ese aire dominante con gabardina de cuero, bufanda y guantes de cuero negro sin dedos, el cabello negro le cae sobre los ojos y unas botas negras altas que lo hacen ver más atractivo.

Me pregunto que hace el hablándome, es la primera vez que me habla tan de cerca.

_¿Miedo?.

Se posa a mi lado.

_Si, tiene miedo de abrir su corazón lo lastimaron una vez.

_¿A si?.

_Si, su nombre era diana, amaba mucho a mi hermano por que siempre lo veía con ojos resplandecientes, un día trágico surgió una pelea, fue hace casi doscientos años, diana dió la vida por mi hermano cuando vió que no había escapatoria.

_¿Que pasó?.

_Se desgarró la garganta con las uñas, mi hermano la vió morir cuando acabó con todos los demonios que habían, su corazón se cerró desde entonces y teme que vuelva a pasar lo mismo nuevamente.

_¿Crees que yo pueda ser parte de su vida?.

_Ya lo eres_ me dice y giro la cabeza observando como juega con su mejor amigo, ¿Quién diría que tiene miles de años y parece un adolescente?_Solo trata de ir entrando poco a poco.

_Muchas gracias por decirme.

_Siempre_ me coloca la mano en el brazo y frunce las cejas como si algo le pareciera extraño_¿Por Dios es tu piel?.

_¿Ah? Si...

_Wao es suave como un peluche, ¿Crees que te pueda llamar así? Peluche de Peluchín por qué tienes la piel de un ángel ¿Si? Bien por qué de todas las formas lo haré.

Contengo una risa mientras lo veo mover sus manos por mi brazo como si fuera la única cosa que vio por primera vez y estuviera tan fascinado que no quiere alejarse.

_Nos vemos Peluchín de peluche por qué tienes la piel suave y un olor celestial que me gusta, así como un olor a gloria_Se da la vuelta y lo veo marcharse_Prometo no comerte_Borro mi sonrisa_... Si puedo...

Eso fue extraño.

Me quedo en mi sitio con un vaso de jugo en las manos y mirando lo entretenido que están ambos chicos mientras juegan, quiero alejarme pero no sé si sea buena idea.

Ya estoy metida en esto y en esto supongo que me quedaré.

Pasan los minutos y mientras me desvelo en el balcón los pierdo de vista, no se dónde están y ya mi jugo se acabó, así que entro a la casa y bajo las escaleras en espiral de cuarzo.

Camino por el pasillo y me doy cuenta de que están aquí adentro, abro el refrigerador y tomo mi jugo para volver a pasar desapercibida aunque suene imposible, según Rowan con solo mi olor es suficiente.

Nisiquiera se a que huelo.

No uso ningún shampoo en especial que me dé ese olor que ellos dicen que tengo.

Vuelvo al balcón, la noche está fría y la luna llena es lo que más me atrae, tomo del jugo recostada de los cristales sin tener miedo a que se rompan y me manden al otro mundo.

Escucho pasos cerca y no tengo que voltear para saber quién es.

_Oye Cuqui saldré a cazar con los chicos.

_¿Cómo me dijiste_Me volteo mirando sus ojos que por un momento son rojos.

_Cuqui_Se escoje de hombros.

_¿No es una especie de palabra clave?.

_Asi te diré desde ahora.

_...¿Y no pudiste escoger otro apodo?.

No entiendo por qué todos andan poniéndome apodos.

_No, Cuqui será.

_Bien entonces, pensaba que no comías.

_No lo hago pero disfruto ver cómo lo hacen ellos.

_Eso no suena normal.

_Nunca dije que lo fuera.

_¿Y las chicas?, No me quiero quedar sola.

_Sobre eso ya se fueron, te quedarás sola por unos cuantos minutos y cuando vuelva tendremos la casa solamente para nosotros.

_Me da miedo quedarme con un hombre de más de trescientos años.

Dejo el vaso en la mesa de cristal que está en el balcón.

_Nunca me dices_Se encoje de hombros.

_Eso es repugnante, no debería ni acercarme a el.

Me toma de la cintura y evito soltar un chillido por la presión que ejerce.

_No me dices lo mismo cuando estoy entre tus piernas.

Su aliento choca con el lóbulo de mi oreja causando escalofríos por todo mi cuerpo, nuestros labios se unen y están tan agustos que solo se separan por falta de aire y se vuelven a unir.

El contacto lengua con lengua me deja con las ganas de más cuando se separa de mi rápidamente y se arregla el traje para irse.

Toco mis labios y sonrió por qué todavía lo siento chocando contra mi, ese beso me dejó caliente y con las piernas mojadas, camino hacia la habitación y realmente verifico que no hay nadie en la casa.

Siento la necesidad de tocarme por qué no se si lo extraño pero enserio necesito que me den placer y como estoy sola pues estaré libre.

Me quito la ropa y me recuesto en la cama, las colchas enormes me cubren y enciendo el aire acondicionado. La habitación se enfría rápidamente y paseo las manos por mi cuerpo.

Hundo las manos por mis bragas confirmando lo mojada que estoy, los labios me arden todavía y abro las piernas masajeando mi clítoris.

Dios mio perdoname por esto.

Suelto gemidos sin contenerlos, el contacto que dejan mis dedos sobre mi punto débil se siente tan rico que los muevo más rápido conforme sienta el placer.

La boca se me hace agua y el frío me pone los bellos de punta, siento el orgasmo cerca pero el movimiento de la cama hace que levante la cabeza.

_¿Empezaste sin mi?.

_No... aguantaba.

Muerdo mis labios cuando cuando siento su lengua fría hacer contacto, la respiración se me agita y...

Sumisa de un demonio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora