CAP. 7

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Una casa sola y vacía y yo pertenezco a ella.

No tuve más que hacer, visité a mi madre y me quedé el día completo en el convento para al menos encontrar una sombra al regresar.

Y nada.

No niego que en cierta parte es bueno pero no me gusta quedarme sola cuando estoy enojada con rowan. Aunque sea por la mínima cosa se estresa y no es que yo sepa conllevar eso.

Supongo que lo que necesita es su espacio y yo por medio no logra descansar como se merece. Acabé de salir de donde mi madre y se preguntará por qué volví pero trataré de explicarle de la forma más corta posible.

Tomo la hoja y el lápiz y le escribo lo que necesita saber, dejo todo en la hoja de papel como si fuera mi único agarre.

Dejo todo en su mesa de noche y preparo algunas cosas ya que donde mi madre no dejé casi nada para mí.

Lo que necesita es espacio y quiero pensar en eso.

Llego donde mi madre y ella preocupada me pregunta por qué volví si ya me había ido, seguro piensa que se me quedó algo y volví por el pero su mirada cambia al ver el equipaje.

_¿Que pasa cariño?.

_Rowan y sus hermanos salieron y ya sabes no me quería quedar sola en casa y vine a dormir aquí.

_¿Segura? No te ves muy convencida.

Le doy una de mis mejores sonrisas.

_Muy segura mamá, esa casa da miedo por las noches.

_Pues entonces adelante, sabes que está siempre será tu casa.

Le sonrió y juntas subimos las escaleras que llevan a los dormitorios, mi madre se queda en el suyo y yo entro a mi antiguo dormitorio que sigue igual de intacto que antes.

Mi madre no lo tocó y yo tampoco me preocupe por hacerle remodelación para nuevas integrantes aparte de que mamá no quiso.

Dice que mi habitación se mantendrá así mientras ella tenga vida.

No la culpo ya que está habitación fue parte de mi vida completa, nunca la cambié, solo un cambio de pintura cada año. Ya que vivía sola aquí todo se mantenía en perfecto estado.

Dormía con mi madre y a la edad de quince años ella misma me otorgó las llaves de esta habitación, donde lloré, reí, dormí en el piso e incluso me enamoré.

Dejo el equipaje en la mesa de noche y luego de asearme me quedo mirando a la nada pensando si rowan ya leyó mi carta.

Rowan...

_¿Todo listo?.

_Todo está perfectamente ordenado señor, puede venir cuando quiera.

_Gracias.

Abordo el auto y salgo de la cuidad entrando en el espeso y oscuro bosque.

Son las siete y parece media noche.

Entro en mi territorio y a lo lejos alcanzo a ver la luz de la casa encendida pero algo no anda bien.

Acelero el paso por la carretera rocosa y no parqueo el auto cuando llego, la puerta se abre y mi corazón muerto se acelera cuando no siento su presencia.

Abro la puerta de entrada y la soledad me recibe.

_Eva..._Empiezo a llamarla y subo al segundo piso cuando no escucho respuesta.

Toco mi cabeza con estrés y abro la puerta de la habitación buscándola por cada rincón y efectivamente no está aquí.

No se queda tan tarde en la casa de su madre ya que tiene una obsesión con la limpieza y antes de que yo llegue encuentro la casa perfectamente limpia y a ella con una sonrisa pero simplemente no está.

Puede ser que le cayó la noche pero no Eva es demasiado puntual.

Reviso el clóset y parte de su ropa desapareció y eso solo puede significar una cosa.

Me peino el cabello con las manos y alzo la vista dándome cuenta de que hay una carta.

_Maldicion no puede ser.

La abro y empiezo a leer el contenido.

Espero que no te preocupes por mi ya que estoy muy bien donde mi madre y cuando quieras puedes pasar.

La razón de por qué me fui es muy obvia.

Me di cuenta de que te tenía presionado y lo mejor era darte tu espacio, no me estoy alejando ni te estoy pidiendo tiempo ya que el que ama nunca duda y yo nunca e dudado de mi amor hacia ti.

Solamente es un corto período de tiempo hasta que sientas que ya estás mejor, hasta que sientas que tú estás bien completo y que no te vas a estresar más conmigo.

Tómate un descanso que yo te espero el tiempo que sea necesario.

Con amor: Eva.

Sumisa de un demonio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora