CAP. 9

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Logré dormir bien, muy bien diría yo, aunque al mirarme en el espejo las ojeras estaban presente pero de salud todo bien.

No se cómo me metí al baño está mañana pero logré entrar y salir con éxito y con miedo de que vuelva a pasar lo mismo.

Ayudo a mi madre por la mañana y a las doce del medio día como algo y recibo a las nuevas integrantes, dejé mi mente en otro sitio por qué recordar lo de anoche me da nostalgia.

_Aqui están sus habitaciones.

Les muestro sus respectivas habitaciones a cada una de ellas y son cinco en total.

_Por la mañana una oración, y tienen que estar en la cocina a primera hora.

Les digo mostrando el convento y me detengo en la biblioteca.

_Aqui está la biblioteca, pueden venir cuando quieran excepto en horas de trabajo, no se le pagarán, solo trabajan por su comida y su bienestar.

Me aparto para que puedan verla y tomo horarios del estante para entregarlos a cada una.

Escucho como tocan la puerta y una de ellas se aproxima abrir.

_Buenas tardes señoritas.

La saliva se atasca cuando esa figura imponente aparece, las chicas lo saludan y me doy cuenta de que pueden verlo igual que yo.

Viene de traje y con las manos en los bolsillos como siempre.

_Queria hablar algo con Eva, ¿Me la prestan?.

_Estoy muy ocupada_Hablo rápidamente con las manos temblorosas.

_Por nosotras no te preocupes, ya sabemos que hacer.

Dice una.

_Faltan más lugares que todavía no han conocido y es importante.

_Podemos verlos luego.

Lo miro a los ojos y los torna rojos haciendo que baje la cabeza y lo siga fuera de la biblioteca.

¿Que fue eso?.

Nisiquiera quería ir y de un momento a otro le estoy obedeciendo.

Abro la puerta de mi habitación y le doy pase, se sienta en mi cama como si fuera suya y cruza los pies.

_¿Que quieres?.

Le pregunto.

_Queria saludarte.

_No, no es cierto.

_Y ¿Que crees que es?.

_Quieres algo, eso es.

_¿Que comes que puedes adivinar tanto.

_Dime ¿Que es lo que quieres?.

Tomo el valor para preguntarle.

_Tengo hambre_ es lo único que forma levantando su cuerpo de la cama y caminando hacia mi mientras voy retrocediendo.

_Por favor, no me hagas nada.

_¿Que es lo que no te haré? Sería tu mejor frase.

_No te hice nada, por favor...

_Shhh si lloras será peor.

Intento calmar mis lágrimas pero es imposible, tiemblo cuando toco la pared y ya no tengo más lugar a dónde ir cuando me acorrala.

_¿Que quieres de mi?.

_No me has alimentado.

_Y ¿Que tengo yo para darte?.

_Todo y tengo hambre, mucha hambre.

_No tengo tu alimento.

_Claro que lo tienes, solo hay que sacarlo.

Me toma de la cintura y me deja en el tocador, separa mis piernas y como anoche no me puedo mover.

Alza mi túnica y separa mis bragas.

_Por favor_ intento moverme en vano, ya que sus poderes me tienen retenida y preparada para el.

_Sera rápido si cooperas.

Estoy tan mojada que puedo sentir mis jugos bajar despacio, su lengua hace contacto con mi clítoris erizando mis bellos y estremeciendo mi cuerpo.

Saca sus garras y me toma del cuello enviando mi cabeza hacia atrás, suelto gemidos innecesarios cada vez succiona con su lengua.

Estoy a su merced con las piernas separadas, las bragas a un lado, la cabeza hacia atrás y una de sus manos rasguñando mi piel.

Tengo miedo de que alguien abra la puerta y vea eso pero nunca pasa.

Soy una masoquista que esto siempre pasará.

El hechizo desaparece y me puedo mover pero es muy tarde cuando tomo su cabeza derramando todo mi líquido en su boca, el pecho se me agita y respiro rápido observando como acaba con lo que tiene en los labios.

Estoy mareada y bajo las piernas avergonzada arreglando mi túnica.

Me estoy dejando usar de un demonio el cual nisiquiera se su nombre, veo como se arregla su traje y peina su cabello.

_Gracias por alimentarme mi sumisa.

_Nisiquiera se que comes.

_¿Enserio todavía no te has dado cuenta?.

Me le quedo viendo y abro la boca exageradamente cuando me doy cuenta de su asquerosidad.

_Te alimentas de mis orgasmos.

_Y son ricos_las mejillas me arden y no cierro la boca_Pasare por ti más tarde.

Da un giro y una nube negra lo cubre antes de desaparecer.

Tengo que terminar está locura.

Me arreglo la túnica y salgo de mi habitación, las chicas nuevas están en sus habitaciones y bajo las escaleras para ver a mi madre en la misa.

Espero a que terminen por qué no tiene caso que me una a ellas.

Alcanzo a mi madre y la saludo como todos los días.

_Madre ¿Recuerdas a la prima Susana?.

_Claro que si cariño.

_¿Crees que ella sigue en el convento?.

_Nunca lo ha dejado.

_¿Crees que pueda ir unos días con ella?.

_Suena perfecto cariño, no tenemos nada que hacer dentro de un mes, puedes despejar tu memoria.

_Si tienes razón.

_Estas segura de que te sientes bien, es un viaje largo.

_Si, como dijiste me ayudará con la mente aparte de que no he tenido tiempo de conocerla a fondo.

_¿Cuando te quieres ir?.

_Hoy mismo.

_Bien, me voy a contactar con mi prima mientras tanto ve preparando tus cosas.

_Quiero que vallas conmigo_Le digo rápidamente por lo que ella voltea_Para que me ayudes a elegir algunas prendas.

_Bien.

Sumisa de un demonio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora