Narra Nino:
Desde muy pequeña siempre me han gustado las novelas e historias de amor, en dónde el príncipe siempre llega al rescate de la princesa bajo su bello corcel, con una encantadora sonrisa y con una gran confianza digna del amor de tu vida. Desde muy pequeña siempre me habían gustado esa clase de cosas, e imaginaba que yo era la bella doncella que debía ser rescatada de su raptor. Pero con el tiempo dejé de hacerlo.
Aquél príncipe que esperaba nunca llegó cuando mi madre murió. Aquel príncipe que esperaba nunca llegó cuando las burlas de nuestros compañeros se intensificaron. Aquel príncipe que esperaba... nunca se presentó.
Fue por eso que me ví obligada a dejar todas esas fantasías de lado al darme cuenta de la triste, brutal y cruda realidad; el mundo no era un cuento de hadas aún si contaba con increíbles poderes, el mundo no es un Reino al cual conquistar y adorar, el mundo es cruel y despiadado cuando las personas tienen poder. Eso pude saberlo cuando el hombre al que quise más que mi vida me dejó, fue la primera persona en decepcionarme.
Las burlas y maltratos se intensificaron con el tiempo gracias a nuestros peculiares poderes, los cuales nos dan rasgos muy parecidos a los de un gato. Si tuviera que decirlo en dos palabras somos semi-humanos.
El primer acontecimiento que ocurrió fueron los apodos, nos decían cosas como: Basura-chan, Animal, Sucio Gato, entre otras cosas. Y aunque en un principio no le dimos mucha importancia, las cosas prontamente se salieron de control cuando los golpes llegaron; galones de oreja, de cola, pellizcos y golpes con los puños. En un principio lo resistimos pero con el tiempo nos derrumbamos.
Nuestro padre... Ó aquél que lo era, nunca hizo nada al respecto, aún si miraba tales tratos enfrente de sus ojos. Nunca hizo nada, ni siquiera reaccionó a ello. ¿Por qué nunca reclamó?. Aunque me lo pregunte una y otra vez estoy segura de que no obtendré respuesta. Si no la tuve en aquél entonces, ¿por qué ahora sería diferente?.
Él fue la primera persona en decepcionarme y hacerme ver que mis fantasías sobre un maravilloso e increíble príncipe eran puras patrañas, en verdad. Pero no fue hasta que él se adentró en mi vida que aquella llama que creía apagada regresó.
<< ¿Y si yo gano?. >>
<<Si tú ganas no me verás ni a mí ni a Fuutarou.>>
Sinceramente no sabía en ese momento a lo que quería llegar ese individuo ya que había propuesto algo en lo que sinceramente soy buena. De hecho, creí que estaba alucinando ó algo así, pero no fue hasta que probé su platillo que entendí porque desbordaba tanta seguridad y confianza.
Su platillo era exquisito.
Y sepultando todo mi orgullo y dignidad, pronuncié las siguientes palabras:
<< Quiero que me enseñes, sé mi sensei.>>
Cualquiera que me hubiera conocido como era antes hubiera estado de Shock, yo, Nino Nakano, una chica de temperamento alto y muy orgullosa, ¿pidiendo algo tan vergonzoso cómo eso?. Lo sé, era cosa de locos pero tenía un objetivo en mente.
Si me enseñaba todo lo que sabía eventualmente acabaría por alcanzarlo y superarlo, ya que tenía un gran potencial en el arte culinario. Y cuando ese momento llegara terminaría por aplastarlo sin piedad alguna.
Lamentablemente nada de eso ocurrió y terminé por dejarme llevar al punto en el que casi pierdo lo más preciado por una mujer.
<< Ustedes dos... >>
Cuando estaba a punto de llegar a cometer algo que tal vez habría disfrutado en su momento pero arrepentido después, la voz de mi hermana Itsuki nos interrumpió en el acto tan sólo para que después echara a Goku lejos de la casa. No la culpo por ello ya que fue culpa mía, ¿pero al menos no pudo tener un poco de consideración?.
Yo poseo una habilidad especial que me fue dada desde el día que nací, una habilidad que decidí llamarla [Seducción] ya que produzco una fuerte feromona que atrae a cualquier hombre que quiera, seduciéndolo al punto en el que puedo pedirle cualquier cosa y él obedecer.
Eso lo tenía muy en claro y confiaba en mi habilidad, pero eso se terminó cuando la usé en él y no surtió mucho efecto, de hecho necesité de una gran cantidad de feromonas para que siquiera me mirara como lo que soy, una atractiva mujer.
Y si bien al principio me había parecido gracioso, cuando él hizo su declaración en la cafetería sinceramente me quedé en blanco.
<< Ya lo dije, la noche anterior fue magnífica y sinceramente me gustaría repetirla.>>
Fue algo que me dejó muy pero muy avergonzada, realmente no sabía si lo decía en serio ó sólo porque quería aprovechar todo el asunto y pasar una noche conmigo, realmente no lo sabía y estoy segura de que no lo sabré.
Tal vez en ese momento no lo sabía pero después de todos los eventos que vivimos a partir de ese día, mi relación con él cambió mucho. Y aunque intente seducirlo por pura burla ó lujuria, estoy segura de que él no sucumbirá tan fácilmente. Eso lo convierte en algo bastante interesante de lograr.
Ó al menos eso pensaba antes de darme cuenta de que buscaba alguna clase de distracción a mis problemas, porque lo era. Las cosas que hacía y hago no eran más que un simple pretexto ó refugio para ignorar lo que era realmente importante; la relación con nuestro "padre". No fue hasta que volvimos a verlo y escucharlo que todo comenzó a tornarse sombrío. Desde ese momento nuestra niñez fue revivida.
Tal vez fue por eso que quise seducir tan desesperadamente a Goku, para tener la protección, el cariño y amor de un hombre, un amor que me fue negada por mi progenitor. Un cariño que siempre quise.
Tal vez Goku no llegó a mi vida como lo hubiera querido; montado espléndidamente en un corcel blanco mientras extendía su mano hacía mí, tal vez no fue lo que esperaba pero sinceramente no me desagrada.
Eso cambia toda mi perspectiva, en un principio había creído, todos creyeron que era una obsesión, ¿pero ahora?.
No estoy segura si es amor u obsesión.
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Goku en Go-Toubun No Hanayome
Fanfiction"Todo comienza con nuestro primer encuentro... Desde ese entonces no he podido siquiera pensar en olvidarte... Olvidar ese bello cabello rosa que fácilmente puede confundirse con los pétalos de una flor... Esos hermosos ojos azules que reflejan la m...