Volumen 2: Nakano Yotsuba: Cosas que brotan.

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Narra Yotsuba:

El primer acercamiento que tuve con un chico fue hace mucho mucho tiempo, cuando yo era muy pequeña y cuando nuestra madre... seguía con vida.

Aún recuerdo aquella vez en Kioto, yo estaba buscando souvenirs para nuestras hermanas porque eran los últimos días que estaríamos ahí, pero mientras lo hacía me encontré con un niño sentado en unas escaleras. Parecía tener una cámara fotografía en sus manos.

Lo primero que hice fue lo obvio, saludarlo.

<<¿Esa es una cámara? ¡Eso es fantástico!.>>

Realmente lo decía en serio, no solía ver esa clase de cámaras muy seguido por lo que me sorprendió bastante. Aquel niño era peli-rubio de ojos dorados, portaba unos especies de piercing falsos que le quedaban un poco graciosos. En ese momento no sabía que tanto cambiaría pero sinceramente le agradezco mucho.

Nos tomamos fotos, caminamos juntos, platicamos, e hicimos una promesa.

Con el tiempo perdí todo rastro de él y él de mí, y con ello terminé por olvidarlo hasta que lo volví a ver en aquella cafetería de la escuela. Estaba muy cambiado de como lo recordaba, y era muy pero muy inteligente.

Sinceramente no podía creer cuanto había cambiado y como había mantenido nuestra promesa de aquel entonces... Algo que yo no pude mantener.

<< ¿¡Cuál es tu examen!? ¿El del cero ó el de cien puntos?.>>

Era increíble la cantidad de puntos que podía tener una persona en un sólo examen, sinceramente estaba sorprendida por ello. Lamentablemente fuí la única que recordó eso.

Con el tiempo pensé que lo mejor que podía hacer era recordarle quién era, que yo era la niña de aquella vez pero al final terminé por descartar esa idea. Quizás había cambiado para bien pero al final... terminé por interesarme en otra persona.

Midoriya Son Goku fue totalmente diferente a Uesugi, él era muy extrovertido, inteligente, atractivo, y muy fuerte, increíblemente fuerte. Él fue la primera persona que, sin siquiera conocerme, me tendió la mano con una increíble cantidad de consideración que ni siquiera había pedido. Era casi como si pudiera leerme como si fuera un libro abierto.

Eso era bastante sorprendente y un poco aterrador.

Con el tiempo nos fuimos acercando poco a poco, era inevitable tomando en cuenta que ambos estamos en el mismo salón. Él me ayudaba en los temas que yo no entendía y yo... bueno, sólo estaba ahí para hacerlo reír de vez en cuando ya que era muy bueno en todas las materias. Éramos dos polos opuestos muy significativos. Lo único que podría decirse que mantenemos en común, al menos en el tema de la escuela, es el deporte. Ambos somos muy buenos.

Nuestra amistad poco a poco fue creciendo, y con ello la confianza también creció bastante. Él me escuchó cuando me quería desahogar, él me consoló cuando estaba triste, él fue mi completo confidente sin siquiera notarlo. Y sinceramente lo agradezco.

Con el tiempo yo también fuí su confidente, contándome cosas que le preocupaban un poco como el tema de mis otras dos hermanas, Nino y Miku, y su actual relación con esa agradable chica Takagi Yuuki. Me pidió varios consejos sobre obsequios y esa clase de detalles que una chica espera.

Siempre lo ayudé en lo que me pedía pero... eso me jugó en contra.

No sabía cuanto había crecido mi cariño hacia él, no sabía cuanto lo había hecho hasta que me dí cuenta que me dolía él corazón cuando él hablaba de su novia. Quizás me había precipitado demasiado y había sembrado algo que nunca debió ser, fue totalmente mi culpa y eso lo sé pero aún así... no puedo evitar que mis sentimientos fluyan.

Al principio creí que era simple atracción pero al final me dí cuenta de que no lo era, él siempre había sido así de lindo y considerado conmigo que nunca me dí cuenta de que le estaba enamorando de él.

Y aunque quisiera negarlo con todas mis fuerzas eso jamás ocurrió, sobre todo aquella noche cuando yo me encontraba devastada por culpa de mis hermanas.

<<No estás sola.>>

Esas simples palabras me hicieron recordar todo lo que vivimos desde el primer día, me hizo sentir un increíble escalofrío que recorrió mi mente hasta llegar a lo más profundo de mi ser. Mi hizo recordar los sentimientos que había tratado de sepultar.

Fuí una tonta al subestimarlo, al subestimar mis sentimientos. Porque al final de cuentas fueron pequeñas cosas que poco a poco comenzaron a acumularse y con ello a brotar de mi interior.

A día de hoy puedo decirlo con seguridad.

Me he enamorado de Son Goku.

Y estoy feliz de ello.

 Goku en Go-Toubun No Hanayome Donde viven las historias. Descúbrelo ahora