Volumen 3: Movimientos Inesperados. - Parte 2

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Narradora:

Su vista era nublada, sus sentidos estaban ligeramente entorpecidos, su respiración permanecía agitada y su fuerza medianamente agotada. Ella era Takagi Yuuki, una joven adolescente víctima del feroz ataque de un villano desconocido para todas las personas, un villano encargado a hacer el puro caos, un villano con un sólo objetivo en mente.

Aquella joven se encontraba de pie frente al marco de lo que alguna vez fue la entrada y salida de su habitación, con sus prendas rasgadas, frente y brazo ensangrentado, se dispuso a caminar a través de los escombros, tallos y cristales que había alrededor del piso como si de un charco de basura se tratara.

- D-Debo... Debo encontrarlos... - Hablando para sí misma con un cansancio y dolor notorio, Takagi se recargó en el marco de la puerta poco antes de respirar con mucha más pesadez que antes. Su brazo izquierdo estaba bastante herido, presentando un sangrado bastante alarmante mientras que su frente y nariz presentaban un hilo de sangre. Y con su ojo izquierdo cubierto por la sangre que corría desde su frente, convertían toda su situación en algo difícil.

*Deslizar*

- ¡A-Auch..!. - Con una mueca de dolor, Takagi se vió en la necesidad de reafirmar su postura en el marco de la puerta al ver cómo su brazo derecho se deslizaba hacia abajo, provocando un fuerte dolor en su brazo izquierdo. Mordiendo su labio inferior, Takagi centró toda su concentración en su principal objetivo: Rescatar a su familia.

*Pisada*

El primer paso que dió fue con su pie derecho.

*Pisada*

El segundo fue con su pie izquierdo.

*Pisada*

El tercero fue con su pie derecho.

*Pisada*

El cuarto fue con su pie izquierdo.

Y así, de paso en paso se fue encaminando fuera de su habitación hasta encontrarse con el pasillo de su casa. Dirigiendo su vista hacia su lado derecho, Takagi comenzó a recorrer lentamente el pasillo que te encaminaba directamente a la habitación del menor. Usando de vez en cuando su Don con el único objetivo de evitar pisar algún metal dañino para su sistema.

Cuando finalmente se encontró de frente con la puerta maltrecha del cuarto de su hermano pequeño, lo primero que Takagi visualizó fueron un par de escombros que obstaculizaban el camino, dejando pequeñas ranuras en las que podía apreciar su misma situación pero ahora con su hermano; se encontraba bajo unos pocos escombros alrededor de un charco de su propia sangre.

- !! -

Con alarma, Takagi reafirmó su determinación y coraje al momento de tomar las tablas de madera que yacían al frente suyo con su mano derecha, y usando como apoyo su pierna derecha pegada en el marco de la puerta, Takagi comenzó a jalar con toda la fuerza que le era posible.

En el primer jalón no tuvo éxito, en el segundo tampoco y en el tercero alcanzó su límite de resistencia.

- ¡Imposible!. - soltando la tabla y echándose hacia atrás ante el dolor y la impotencia que le provocaba ser tan débil. Takagi respiró fuertemente mientras miraba en dirección del techo, fue ahí donde se dió cuenta de lo terriblemente débil que era. En verdad, era muy débil pero no serviría de nada quejarse de ello como una niña tonta, en cambio, lo mejor que podría hacer era idear una manera para romper las tablas de madera y escombro que obstruían la entrada.

Abriendo sus ojos de par en par, como si de una revelación divina se tratara, una idea comenzó a formarse de entre su cansada mente. Con su determinación y valor al límite, Takagi se aproximó hacia la puerta con algo de dificultad al tener su cuerpo muy cansado y herido, pero aún con esa pesadez, la joven rápidamente comenzó a mirar a través de las ranuras que había entre los escombros, todo con la intención de buscar un objeto que le sirviera para romper las tablas desde adentro. Fue ahí cuando pudo visualizar un objeto cilíndrico.

 Goku en Go-Toubun No Hanayome Donde viven las historias. Descúbrelo ahora