Agosto – 2007
Una mujer de cabello negro, pálida, y de mediana estatura, aparentaba unos 35 años de edad, solo ambulaba por el camino de árboles en busca de algo que la ayudara con su hijo de 9 años descansando sobre la espalda.
"Ayuda, ayuda... Por favor..."
Se repetía ella en su mente, pero no sabía dónde la llevarían sus pasos.
Finalmente, se topó con unas líneas dibujadas en el suelo, la mujer las observó por un momento con sus párpados caídos, y notó que eran una clase de sellos negros que se extendían en una franja.
— Qué extraño ¿cómo habrán dibujado esto? – se preguntó.
Pero no se detuvo ahí, atravesó los sellos y a lo alto, lo que aparentaba ser un templo, la sorprendió al no haberlo notado antes ¿desde cuándo un templo con semejante belleza se encontraba entre los arremolinados árboles verdes del bosque? Caminó hacia delante y llegó a escalones con un poco de musgo que la llevarían a lo más alto, después de pasar por una entrada en forma de arco, pudo admirar un hermoso jardín.
Ella lo admiró, el peso del cuerpo de su hijo dormido sobre la espalda no eran nada y sus párpados dejaron de ser caídos, las cigarras ya no se escuchaban y dieron paso a los cantos de los pajaritos, había rocas con moho al lado de un bello y gran estanque de peces de colores, en el agua flotaban las flores de loto de diversos tamaños.
Un pequeño puente que cruzaba al otro lado de ese paraíso la encaminó en vista al templo, así pudo detallar que este, se encontraba en el centro de una línea de casas pequeñas y una grande, parecía un pequeño pueblo que conectaba sus viviendas con pasillos de madera.
Había unas dos casas pequeñas al lado derecho e izquierdo de la casa principal, sin embargo, parecía que las casas seguían incluso después las que tenía a la vista. Las casitas se conectaban con un pasillo abierto con un techo en el que se encontraban enredaderas de un bello color verde, ese lugar estaba repleto de vegetación, vida y sin duda gozaba de pureza.
La mujer, con sus ojos brillosos, tocó a la casa más grande, la principal, e inmediatamente se abrió la doble puerta corrediza sin hacer ningún ruido, entró en una habitación de piso de madera donde dejó sus zapatos y recostó al niño de piel muy pálida y cabello negro para retirarle los zapatos.
Caminó descalza hacia la siguiente puerta corrediza, y al entrar se encontró dentro de una habitación tan grande como un dojo de entrenamiento, pero este estaba casi vacío si no fuera por la estatua blanca del espíritu, dueño del templo o su Dios.
La mujer con ojos llorosos, se paró a unos dos metros de él. Recostó a su hijo del impecable suelo y admirando nuevamente el lugar, detalló que el piso repleto de sellos circulares de color negro que se situaban en el piso de granito plateado y brillante, en las paredes se encontraban bellos vitrales de color blanco y negro con dibujos de lo que parecían ser árboles sakura, pero estos estaban como en un estado de escasas hojas y flores en crecimiento.
La mujer de pronto sintió como si sus sentimientos guardados se desprendieran de ella, se arrodilló y dijo.
— Mi hijo, ayuda a mi hijo.
Ella sentía la necesidad de contarle a alguien lo que le pasaba, alguien que la entendiera.
Cerró sus ojos y solo veía oscuridad, al abrirlos, los sellos negros del piso giraban lentamente en un sentido ascendente y otros descendente, los vitrales de los bellos árboles sakura color negro y blanco, tomaron color, los troncos pasaron a ser marrones, las escasas flores a un color blanco, y en las raíces de los árboles parecían que bailaban.
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Soñar despierto no crea realidad - Daydreaming not reality
ParanormalLa historia se centra en la sobrenatural vida de una joven llamada Aika Misora quien es perturbada por la desaparición de sus padres después de que un demonio visitara su casa. Su búsqueda la llevará al país en donde sus padres se conocieron (Japón)...