Capítulo 30 - Con miedo a todo (Parte 1)

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— ¡Espera, espera!

El silencio incómodo fue rompido por Takeshi.

— ¡Pero cuenta bien los chismes! – dice Jeremiah.

Aika los mira con sorpresa de aquí a allá.


''¿Qué? ¿Esa es la reacción?''


— No puedes dejarlo sin contexto de esa manera – agrega Take.

— ¿¡Qué fue lo que te hizo ese maldito hombre!? – grita Mizuki poniéndose de pie con mucha furia.

— No quiero ni imaginarlo... – dice Issei bajando la cara.

— Debió ser un humano de mierda – agrega Koishi desde su puesto.


''¿No les asusta?''

''¿Están dándome un voto de confianza sin saber nada?''


Aika aún estaba sorprendida e inevitablemente se sintió conmovida, por lo que sus ojos se aguaron un poco, se podían ver brillantes gracias a la luz de las llamas de la fogata.


''Hacen que mi corazón de acelere.''


La única que parecía exhibir una mirada salvaje era la precavida Mei.

— Les contaré un cuento para dormir mal – pronuncia después de tragar saliva –. Neko es un gato muy especial para mí, mis padres siempre han sido amantes de los gatos y siempre teníamos uno o tres en casa, pero hubo un tiempo en el que empezaron a desaparecer, incluso los gatos de los vecinos también lo hacían. A veces los animales aparecían muertos en los alrededores de las casas o volvían a casa retorciéndose del dolor... Alguien los estaba envenenando.

     Así que empecé a cazar quien era el que lo provocaba. Cuando lo descubrí, lo fui siguiendo, él paseaba por las noches y se llevaba gatos y cachorros en sacos, como vivíamos por la montaña, a veces también atrapaba otros animales por el día.

      Luego de capturarlos, se adentraba al bosque y los lanzaba a un pozo profundo y abandonado, casi no se podía ver el agua desde arriba. Desde esa vez, me dediqué a bajar por ese poso y rescatar a los gatos y animales antes de que murieran ahogados. Requería mucho esfuerzo y tiempo bajar por la cuerda con una cubeta en las manos... y a veces no lo lograba a tiempo... Allá abajo había tantos cadáveres... A él le gustaba esperar a que la mayoría estuviesen muertos para luego irse... Su mente era muy retorcida.

     ...Lo odiaba tanto a él... pero le tenía muchísimo miedo, era un hombre de mediana edad, ni siquiera era capaz de verle a la cara cuando lo encontraba en la calle. Intenté denunciarlo contándoselo a los vecinos, pero mi familia tenía una reputación poco agradable por ser extraña y solitaria... Además yo era ''la niña rara que ve fantasmas.''

     Por supuesto llegó el día en que se retiró apenas lanzó a las víctimas al agua, creí que estaba apurado y que se fue, pero solo fue una trampa para atraparme... Se enojó mucho.


¡Así que eras tú!


     Corrió hacia mí y quería lanzarme al pozo, estaba paralizada del miedo, pero me lo llevé conmigo al hueco, caímos amortiguados por los cadáveres en descomposición y el agua. Él se puso más enfurecido que nunca porque lo hice ensuciarse.

Soñar despierto no crea realidad - Daydreaming not realityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora