Capítulo 11 - A través de los lentes de cada quien

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Frotó sus ojos llorosos y visualizó a su gato dormir en la alfombra, buscó a la pelirroja que dormía a su lado por las noches y esta se hallaba más que desmayada en la cama, por supuesto, Mizuki no la abandonaría en ningún momento ni por más dormida que se quedara. En ese instante, la puerta fue golpeada suavemente dos veces y peinó un poco su melena antes de dejar entrar al que tocaba.

— Buen día – susurra el muchacho de cabello miel –. Me pediste que te despertara ¿Recuerdas? – ella asiente.

— Ya saldré – le responde –. Gracias.

Tan temprano y silencioso, la casa de madrugada los días domingo era demasiado deprimente y fría, bueno, eso solo si estabas solo. Misora se sentó a desayunar frente al joven Issei unos sándwiches bien resueltos con tortilla de huevo y queso que había preparado ella misma.

— Ya sé que esto es poco, comparado con haberte hecho despertar tan temprano... Lo siento... pero si colocaba una alarma...

— Habrías despertado a Mizuki.

— Si...

— Y a Neko... Es decir, que prefieres arruinar mi sueño y no el de ella.

— ¡No!... Es que... también quería que me llevaras a un sitio...

— También quiere que sea chofer, y todo bajo la misma paga... – se burla cruzándose de brazos.

¡No, no, no! Se lo recompensaré después.

— Ju~ – sonríe – Solo bromeaba, me gusta el sándwich de ''Torutiya''.

''Tortilla'' – repite Aika aguantando una risa –. Mamá hacia mejores y la abuela ¡Uf! Mejor que los de mamá. Ah, la abuela quiere que la visiten algún día, desea prepararles algo tradicional de mi nación ¿Crees que no cause ningún proble...? Jajaja... Olvídalo.

— ¿Te sucede algo?

— No, solo lamentaba una cosa y era el no poder visualizar al Kodai como una maid.

— ¿Cómo? – dejando al sándwich en un lado.

— Es que si perdía el reto en el club de kendo íbamos a ser las ''perritas'' de los miembros del club. Claramente significaba vestirse de maid. (A todos nos fascinan las maid).

— ¿Crees que le quede bien dos colitas a mi hermano?

— Con dos trenzas no estaría nada mal – le responde ella tomando dos mechones de su melena simulando el peinado.


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Él ríe y termina los últimos bocados de su sándwich.

— Ya es mejor que vaya encendiendo el automóvil.

Soñar despierto no crea realidad - Daydreaming not realityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora