Capítulo 10 - Porque gritas suplicando amparo (Parte 2)

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El otro muchacho encerrado en un salón abrió los ojos, y se halló con las velas nuevamente encendidas, las ventanas habían sido pintadas con la cera negra de aquellas velas para no dejar entrar la luz, escuchó un tintineante sonido recorriendo el suelo y mira una pequeña moneda bailar hacia él. Arrodillado, con su vista al frente, nace el mismo dibujo que había visto en el juego de los estudiantes el otro día, las cuatro flechas, los ''Si'' y ''No'', y en lugar de una libreta cerrada, esta era una libreta abierta..., pero...

— Lo notaste – la voz de una chica se escuchó desde la oscuridad.

— Falta algo más – esta vez era la voz de Minoru, un chico.

— Ya que fuiste el último en llegar, que venga de ti.

Sin poder moverse de lugar, sus manos empezaron a temblar como si se desatara una tempestad dentro de ellos, ¿miedo? No lo creo... En su brazo izquierdo se empezaba a sentir una comezón insaciable, no podía mover la otra extremidad para quitarse aquella sensación debido a la repentina inmovilidad.

Mientras pensaba en como rascarse el brazo, de punta a punta, Satsuki desgarraba la piel con un cuchillo estilo bisturí abriéndole una zanja, como si deseara concederle paso a algo, este lanza un grito desgarrador y la inmovilidad se desvanece. Se abalanza sobre ella y la toma por el cuello, miró dentro de las cuencas de sus ojos y estos parecían ser opacos y sin brillo, entonces los otros estudiantes se le lanzan encima.

— Te cumplirá un deseo.

— No seas aguafiestas, Takayama-kun.

— Ustedes... no están conscientes...

Eran falsos, esas palabras no eran lo que de verdad querían decir aquellos cuerpos de ojos en blanco. La moneda se había posado en la frente de Takeshi sin dejarlo responder con su cuerpo, suelta a la muchacha y se vuelve a arrodillar, Satsuki parece estar perfectamente bien y prosigue con la cirugía innecesaria del brazo.

Solo acentuó la cortada y alejó sus manos, sin explicación alguna, Takeshi admiraba la hermosa sangre que se derramaba, ahí es donde empieza el verdadero dolor. En sus interiores, el brazo parecía retorcerse, moviendo la carne como si pensara, por sí misma empieza lentamente a escupir un elemento duro y ensangrentado.

— Ah...ah...agg... No... JAJAJAJAJAJA – Takeshi se echa una gran carcajada al notar finalmente qué era lo que su propio cuerpo estaba retirando – ¡No sabía que mi brazo defecaba! JAJAJAJA Fantástico... Sacos de...a... abono – insulta a los estudiantes mientras se le terminaba de desprender el hueso identificado como ''radio'' y este se suspende en el aire – Bien...ah... Ya lo tienen... ¿Ahora qué?

Su brazo abierto y maltratado derramaba mucha sangre y los estudiantes seguían estando despreocupados, colocaron el hueso ensangrentado suplantando las anteriores flechas y este se mantuvo levitando sobre las hojas.

— Olvidaste preguntarle a Zhorot si podías unirte al juego – dice Midori.

— Hazle la pregunta.

— Di... después de mi ''Zhorot, Zhorot ¿Puedo jugar?''

— ... – Takeshi guarda silencio con una sonrisa en sus labios.

— Estás perdiendo mucha sangre...

— Te quedarás seco si no lo dices.

— ¿Por qué no pides un brazo nuevo?

— ¡Si! ¡Si!

— ¡JAJAJAJAJA! – revienta de nuevo en risas el joven apresado – Ahora sí que me parecen un montón de hienas, ¿Zhorot? ¿Juego? ¡Bah!... Quieren que pida un deseo... Bien, lo haré... Zhorot, Zhorot, grandísima escoria ¿Será que puedo entrar a esta burla?

Soñar despierto no crea realidad - Daydreaming not realityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora