Capítulo 13 - ¿Por qué enaltecer? (Parte 1)

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— Señorita cliente.

Una amable voz le habla desde el mundo fuera de las pesadillas.

— Ya estamos por cerrar y estamos despachando a todos en la tienda.

Aika reacciona incorporándose de golpe en el mueble y dando una reverencia.

— Al menos que estés aquí por el servicio nocturno, pero eso sería en la otra área del edificio.

— Buenas noches – alcanza a saludar –... Ah, entiendo, es que yo estoy esperando por esa persona – dice señalando al único computador que se encontraba en funcionamiento con el último jugador.

— Ah, jaja – ríe el trabajador –. Entiendo, que tengas buenas noches entonces.

El trabajador tomó su bolso y salió del café-internet sin decir más.

— ¿Así de fácil? – se preguntó a muchacha. 

Miró a la única pantalla encendida, los colores de las luces junto a la silueta del chico, se hacían cada vez más borrosos para los agotados párpados, sus ojos se cerraban por sí solos y le costaba abrirlos, su persistencia caía cada vez más.

Su estómago rugió en signo de desear comida que le llegara mediante el esófago, pero no había conservado un snack para ella. Se reusaba a quedarse dormida, no era momento de hacerlo, ¿o sí?


***


Una silla de ruedas se detiene frente a la muchacha dormida recostada del posa brazos del sofá y la persona de la silla le coloca un tazón de plástico que contenía un aroma delicioso a ramen instantáneo y a la misma vez emanaba un vapor por su excelente calidez. Cuando Misora percibe el delicioso aroma se le alborotaron los ojos, era hora de atacar, al abrirlos se encuentra con el milagroso tazón caliente y la mano que lo sostenía.

— Come – le ordena.

Ella se aparta el cabello de la cara y ofrece una buena reverencia.

— ¡Muchas gracias, Kodai-san! – toma el tazón y lo coloca en su regazo para separar los palillos – Gracias por los alimentos, ¡Amén!

El muchacho con los brazos entrecruzados sobre el espaldar de la silla se burla secretamente y le da un mordisco a su pan empaquetado.

— Está buenísimo.

— Es solo ramen instantáneo, aunque cuando hay hambre, hasta tu arroz quemado parece gourmet.

— ¡Kodai-san! Esa vez estaba sola en casa y no sabía dónde estaba la arrocera así que tuve que usar una olla... Aunque lo que dice es cierto... ¿Por qué no está comiendo ramen también?

— No está el que puedo comer.

— Ohh.

— Me pregunto si te hará daño comer a esta hora.

— Para nada, mi estómago es de acero.

— Son las 4:42 de la mañana y no cenaste.

— ¿Cómo dijo? No puede ser... – y busca confirmarlo en el teléfono – Qué bueno que el líder de la casa está aquí, no quisiera caminar por el bosque a esta hora, ¿cómo ha hervido el ramen?

— Se me permite usar la cocina de aquí.

Vaya... Este... – su tono de voz cambia a uno un poco tímido – Kodai–san, quiero pedirle perdón por meterme en sus asuntos..., superé la línea cuando usted solo quería ayudarme. Descubrí sus brazos frente a todos, fui persistente con el tema del club..., hasta tuvo que pelear una batalla tonta y sin mencionar que lo llegaron a llamar chica...

Soñar despierto no crea realidad - Daydreaming not realityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora