Capítulo 32 - Epifanía de posibles verdades

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Aika retrocede con despacio hacia el comienzo de toda la discusión, ahí donde estaban los gatos repartidos por el césped. Comenzó a buscar un buen lugar para ellos y encontró un espacio cercano que no presentaba ningún tronco y además, no era perceptible a simple vista gracias a los arbustos alrededor.

Había estado bastante calmada, pero de repente manifestó un llanto y una fuerte patada que fragmentó el pequeño terreno, pausó con una respiración acelerada y arrugó la cara en un esfuerzo por no hacer sollozos. Se energiza de nuevo y su siguiente ataque fue un puñetazo que también ayudó a separar el suelo, cada vez era más difícil evitar pensar para quienes estaba armando un hueco... así que, los sollozos estaban llegando naturalmente, provocando mucho dolor y fatiga en su pecho.

Para el final, repitió la patada aprovechándola para barrer la tierra y despejar un gran hoyo. Sus ojos estaban tan húmedos que no la dejaban ver claramente, pero aun así, sus rodillas tocaron suelo por sí mismas y soltó unos pequeños gemidos que deseaban apaciguar sus gritos internos.

La muerte de esos mininos había sido tan injusta, ellos habían confiado en ella e incluso compartieron de su cariño para dejarse acariciar mientras movían su cabeza y cuerpo. Pero todos se convirtieron en estatuas inanimadas por su culpa.


''Se supone que yo no lanzo hechizos...''

''Entonces, ¿por qué todo lo que toco se convierte en roca?''


Arañando la tierra para hacerla más profunda, rociaba pequeñas gotas que caían desde su mentón. Sus brazos y piernas temblaban en una impotencia que la hacía sentir miserable e incapaz de hacer algo bien. Sin darse cuenta, la mitad de sus piernas ya tocaban el suelo y su cuerpo se iba encorvando hacia delante. Como si aquel hueco que abrió para los gatos: la prefería a ella.

— Vete y descansa – le dice Issei a su lado –. Yo me encargaré de lo demás.

Toma un respiro y se levanta del suelo con las piernas y manos sucias de tierra, pretendiendo ser fuerte y estable.


***


Luego de lavar su cara con agua fresca, limpiar sus rodillas y manos, sacudir su falda, se retiró del baño con un cuerpo cabizbajo como si cargara a alguien en sus hombros. Ya no se trataba de la energía que había sido robada por ese Espíritu de la Naturaleza que conocieron, esto era aún más doloroso que un cuerpo sin fuerzas para levantarse, esto era como separar la conciencia del caparazón y solo mover los pies por instinto.

Naturalmente, sus pasos la llevaron al campamento, donde los estudiantes trabajaron en conjunto para guardar las carpas y el equipaje. Mizuki y Kokoro se encargaron de ocupar el espacio de Aika y Mei, completando bien la tarea de recoger y acomodar su carpa de descanso... ignorantes a lo que sucedió.

Luego de acumular toda la basura que los estudiantes recolectaron alrededor del campamento, llegó el camión del aseo que recibió todos los desperdicios. Con esas tareas listas, los estudiantes ya eran libres, excepto por el nuevo discurso de agradecimiento y despedida de parte de los instructores. Aika no podía escuchar esas palabras dulces sin sentirse asqueada, no tenían nada que agradecerle a ella, por su culpa se habían quedado sin gatos en el terreno... y pronto se darían cuenta de que todos desaparecieron...

Mei, Issei y Aika ni siquiera intercambiaban miradas, y para los tres era difícil encontrarse con Ryusei, quien era ajeno a todo lo sucedido esa mañana. Luego del discurso, la profesora Izumi Rause le pidió a su clase que posaran para la foto grupal junto a ella. A medida que capturaban la imagen, Izumi les pedía que cambiaran la pose y sugería una que otra. Lo mismo hizo cuando fotografió por separado a los chicos y a las chicas. El grupo de muchachas siguieron las sugerencias de poses que le decía la profesora, pero todas se extrañaron cuando Izumi hizo con sus dedos el signo de paz y amor, y luego lo lamió con su lengua, pidiéndoles así una graciosa foto. La mayoría de las chicas solo se rieron, aun así, fue una linda foto.

Soñar despierto no crea realidad - Daydreaming not realityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora