Capítulo 14 - Amor a primera palabra (Parte 1)

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Con el fin del mes de abril a la vuelta de la esquina, los cerezos seguían en pleno deslumbre con sus hermosos pétalos y sanos troncos, lo mismo para el árbol que se encontraba al otro lado del pozo, negándose a dejar de florecer incluso cuando no recibía una gota de luz solar, además, sus retoños seguían naciendo después de que cada ramo de flores se marchitaba, no quería rendirse.

Esta mañana todos se preparaban para asistir a clases, esta vez sin jubilarse, a excepción de Takeshi que, aunque podía asistir y su condición era buena, la escuela sabía lo que había sufrido en su mano izquierda (con un poco de mito en el cuento), por lo tanto, recuperarse tan rápido sería una locura, por lo que, aún tenía un sencillo vendaje en la mano para guardar las apariencias.

El muchacho al que llamaban albino...aunque no lo era del todo... con su aburrimiento por tener que quedarse a solas en casa hasta pasada la tarde, acompañaba a los demás con su cuarta taza de café y los veía vestidos con sus uniformes mientras comían de sus desayunos que, en esta oportunidad, había sido elaborado por la señorita Misora que, con un regalo de su abuela, había reunido los ingredientes para preparar la muy consumida en su país; la arepa.

— ¿Qué... les pareció? – les pregunta nerviosa.

Wow, ¿Qué le metiste? Mi Aika-chan – pregunta Mizuki con cariño.

— Tiene... plátano frito, queso y huevos revueltos con jamón, y la masa ya viene hecha, solo agregas un toque de sal, agua y a amasar.

— Adoro el huevo – expresa Mizuki.

— Lo sé – dice Aika que al parecer quería complacerla primero a ella y luego sonríe con timidez.

— Está delicioso – agrega Issei –, comeré con gusto.

— Gracias... pero no lo hice sola, Takeshi me ayudó en todo.

— Siempre soy amable con mi Aika también – dice con mucha confianza el joven.

— Cuidado con lo que dices – le amenaza Mizuki mientras se le sale un poco de comida de sus labios.

— ¿Qué? Todas las chicas son mías – bromea.

— En realidad, tú le metes a todo lo que se mueva – le arroja Mizuki.

— A mí no me metas en ese saco – les dice Jeremiah mientras lee noticias en su teléfono.

Todos sonríen en conjunto y siguen disfrutando su comida, al parecer, una frase que ofendería a cualquier persona, no era ofensiva para Takeshi ni para los demás, la relación entre ambos era lo bastante cercana como para tomar comentarios como esos en broma. De pronto en el ambiente se escucha un tintineo poco común, pero no parece que reaccionaran a él. Y entonces vuelve a sonar.

— ¿Ese es el timbre? – pregunta Aika.

— Oh ¡Sí! – se levanta Mei – Yo iré, terminen de comer.

Se dispara hacia la puerta que llevaba al recibidor y abre la puerta principal, entonces visualiza un hombre de edad adulta con un rostro con forma de una suave similitud al cuadrado, su pacífica mirada hacía juego con sus ojos rasgados y sonrisa.

— ¡Tío! – se alegra Mei y lo abraza un momento – Bienvenido.

— Gracias, mi querida Mei.

— ¿Por qué viene por aquí tan temprano? – pregunta mientras le toma el saco y lo palpa para sacudirle los pétalos de Sakura que se le encimaban.

— Traigo un recado, es de Suzel-chan.

Explica levantando una gran bolsa de tela que llevaba a su derecha, y Mei le deja abrirse paso para ponerse unas sandalias especiales para caminar en la casa.

Soñar despierto no crea realidad - Daydreaming not realityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora