Capítulo 26 - Espejismo de una máscara

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Su decepcionante viaje la dejó pensativa durante el recorrido por algunas calles de Tokyo. No necesitaba de disfrutar de las grandes atracciones turísticas en ese momento, simplemente no tenía los ánimos para disfrutar de algo nuevo para ella.

— Definitivamente tengo que disfrutar esto con ustedes... mamá... papá...

Se conformó con comprarse un helado a pesar de no haber comido más que unas cuantas galletas y una taza de leche en aquella oficina. Después de eso volvió a tiempo a la estación de trenes para volver ese mismo día a la casa de su abuela. Tal vez sería hora de conversarlo con ella...


Ya estaba anocheciendo cuando una chica cabizbaja se detuvo frente a la entrada de su hogar en la ciudad de Kyoto. No se había apresurado para nada, la verdad no quería hacerle llegar esas noticias tan desabridas a su pariente, pero ya lo había estado escondiendo por demasiado tiempo.


''¿Qué estaba pensando con que Eat me ayudaría con un precio bajo?''


Por lo menos no había tenido que pelear, de eso se sentía aliviada y otro lado de ella decía que tal vez una buena golpiza la haría levantarse más rápido que la actual ''ella'' que no había sido golpeada por nadie, pero sentía su cuerpo tan pesado y derrotado.

— Tal vez lo que necesito ahora es un buen golpe... para no pensar que el mundo me está diciendo que es mejor darlos por muertos y rendirme.


''Solo haz un velorio sin cuerpo, un entierro sin ataúd o una incineración sin carne, sin ropas y sin cenizas...''

''Solo sufre en silencio mientras conservas los últimos recuerdos y el pasado.''


Un mensaje de texto se hace escuchar en la silenciosa noche, pero lo ignora y no revisa su teléfono. Da un último suspiro y abre la puerta, se sorprende cuando lo primero que ve al final del pasillo es a su abuela acariciando al gato mientras está sentada en el mueble de la sala. Entonces entra corriendo lanzando los zapatos y la mochila en el suelo para sumergirse en los gentiles brazos de su abuelita con un abrazo que ocultara su apenado rostro.

— Sabía que estabas por llegar – Sigis le devuelve el abrazo con cariño y le peina suavemente el cabello.

Abuelita – a Aika no le importó el hecho de que la señorita Yamamoto estuviese sentada al otro extremo del mueble con una taza de café en la mano – ¿Es mejor enterrarlos o incinerarlos?

— ¿A qué cosa?

— Los recuerdos de mamá y papá.

— ¿Y por qué borrarías mamá y a papá de ti?

— Es que... Duele mucho – ella vuelve a llorar.

Niña tonta, ¿y acaso tu mamá te sacó de su vientre porque dolías mucho? No, ella te conservó hasta que estuvieras lista para salir... A pesar de todos los obstáculos que tuvo y que le puse... a pesar de todos los sucesos durante su embarazo, ni te imaginas todo lo que sufrió por tu culpa. Y tú quieres olvidar todos los sacrificios solo porque ''duele''...

Lo siento – se presiona un poco con el pecho de su abuela, el pobre gato estaba sufriendo –. Entonces no debería rendirme aun ¿no?

— Yo no dije eso, dije que mantuvieras ese dolor a pesar de que se ponga cada vez más difícil. No creas que estoy de acuerdo en perder a alguien más, Maria. Te dejo trabajar porque eso es lo que quieres. Pero si se pone peligroso...

Soñar despierto no crea realidad - Daydreaming not realityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora