Capítulo 35 - Amar también es contradecirse al anhelo del corazón

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En una galería de sonrisas, la de Zhorot sería la más brillante y feliz, exponiendo sus dientes y colmillos mientras desfila esa guadaña dorada. El catire y la pelirroja llegaron a la escena buscando el origen de la oscura entidad y se hallaron con los rostros sorprendidos de sus aliados observando el talle de varios picos en la oz del enemigo. Apenas el musculoso ser dio un paso y el Kodai adolorido levantó una barrera frente a su equipo que bloqueó el paso del pasillo por completo.

Pero eso no detiene al ser, sus elegantes pasos solo pausaron cuando pudo ver esa luz protectora verde manzana desde la cercanía, sus ojos eran de inmensa calma y con orgullo abrió la boca mientras se inclinaba hacia ellos, dejando salir un poco de su aliento como lo que hacen algunos con el vidrio de un carro. Luego coloca levemente su gran mano abierta, reposándola mientras apuntaba al semblante de Takayama.

— ¿Acaso quieres... reunirte con ella? – le cuestiona sin parar de sonreír.

A lo que Ryusei reacciona cuando notó que el vapor de aquella boca superó la pantalla verde.

— ¡Takeshi apártate!

El ademán con la guadaña del demonio logra atravesar la protección sin la necesidad de destrozarla en absoluto, el cenizo por sus reflejos pudo evitar el primer corte, mientras que para el segundo fue tirado por los hombros hasta ser abrazado por los hombros con los brazos de flamas azules de Issei, así consiguieron moverse en grupo para retroceder. Sin embargo, el muchacho de ojos rojos no es alguien que disfrutaba de las retiradas.

— Probaré algo – pronuncia y se separa del grupo que corría, lo que los obliga a detenerse y observar lo que iba a hacer.

Desenvainando la guadaña luminosa se abalanzó sin buscar cortarlo por unos segundos, primero se concentró en esquivar los golpes para no tener que ver con ellos, hasta que llegó ése ataque no tan mortal en el que lanzó un corte y sus sospechas fueron respondidas... Su guadaña luminosa solo atravesó el arma metálica como si fuera un fantasma.

La noticia lo dejó anonadado, pero de inmediato se devolvió con el grupo usando sus veloces piernas, dar la espalda y huir lo odiaba demasiado, quizás fue eso lo que lo hizo ser unos segundos más lento, y para el siguiente ataque feroz del demonio, lo que lo protegió fue una automática barrera de Ryusei que esta vez quedó intacta sin permitir el pase del filo ni del cuerpo demoniaco.


''Mi arma... quedó obsoleta si quiero pelear contra la suya''' – piensa Takeshi mientras mira hacia atrás con una decepcionante impotencia.


Zhorot no se lo podía creer, así que pincha la barrera arañándola con la guadaña.

— ¿Un genio? Jah... – se cuestiona. 

Ahí Takeshi al fin vuelve con el equipo.

— ¿Cómo hiciste para que no pudiera atravesar con el arma? – le pregunta Issei a su líder.

— Bloqueé a Takeshi.

Explica y entonces hace una pequeñísima demostración levantando una pared de tamaño postal ante el cenizo, y cuando él toca con el dedo es incapaz de atravesarlo, mientras que cuando Mizuki lo palpa si se le permite rociarse la luz y traspasarlo...

— Eso confirma que esa arma sin lugar a dudas, es tuya – opina Ryusei desvaneciendo la pared.

— .... Lo sé...

— Este tipo tiene la fórmula para poder empuñar una Arma Espectral... – comenta Mizuki mientras Zhorot seguía fascinado con el filo dorado frente a sus ojos – Definitivamente no lo podemos dejar vivir.

Soñar despierto no crea realidad - Daydreaming not realityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora