Capítulo 9 - El tú más real

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Su cabello gris, mechones alborotados que cubrían su frente y de piel pálida, con gustos extraños y pasión por las peleas; Takeshi se paseaba por el bosque con un cielo oscurecido y despejado sin nubes.

Su corazón un poco acelerado después de entrenar su cuerpo, como le gustaba hacer. Le encantaba el estar exhausto y caminar en la oscuridad esperando que algún duende o especie extraña se le aventara en la cara y lamentablemente tuviese que exterminarlo, cómo amaba hacerlo.

Sujetando la guadaña suavemente, sus pasos crujían en las hojas que presionaba contra el suelo, demasiada tranquilidad no era de su agrado. Escuchó que algún animal se mecía en las ramas de un árbol, pero ni volteó a ver de qué se trataba hasta que el animal le habló.

— Jiji – rio el animal –. Que bonita guadaña, si no te conociera diría que la estás presumiendo.

Takeshi devuelve su mirada en dirección a la voz femenina, efectivamente lo era, su rostro se refugiaba entre una cabellera negra con lacio y largo cabello hasta la cadera, traía un vestido blanco que fácilmente era llevado por la escasa brisa que se pasaba entre las ramas.


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— No la presumo, disfruto del deslizar mis manos en ella. Además, no me conoces.

— Oh... Entiendo.

La chica sonrió y miraba con unos ojos fantasiosos, mientras lo hacía, Takeshi pudo notar un par de pequeñas bolitas colocados paralelamente en ambas mejillas, supo que se trataban de dos piercings y al parecer continuó cosiendo algo sobre la manga de su vestido que, terminaba justo en su muñeca.

— Y ¿A quién le pertenecía? Se está agrietando. Sabe que no eres su dueño ¿Lo mataste?

— Le pertenecía a mi padre.

— ¡Ohhh! Hijo de un Cazador, que envidia.

— Jeje – ríe – Tú... ¿Qué haces? Incluyendo el hecho de que te encuentras en esta zona y estás... ¿cosiendo?

— ¿No sabes? Creo que estas aquí por las mismas razones que yo – dejó de mecer las piernas en el aire –: víctimas.

Dijo mostrándole el collar de cuernos pertenecientes a duendes que había estado cazando.

— No toda esa sangre es de duende – observa el muchacho.

— Ah, sí... Es que, al estar tan oscuro, pinché unas cuantas veces mi propia piel, hasta que le agarré el gusto y me di cuenta que la manga de mi vestido era muy ''holgada'', pero nada de qué preocuparse – le mostró sus muñecas y efectivamente, había cosido la tela junto a su piel –. Ya lo cosí~.

— Je, que buen gusto. Los duendes con cuernos son muy escasos, en pocas palabras; son especiales... Ehmm ¿Cuál es tu nombre, Cazadora?

— Muy gratificante que alguien aprecie esto – limpió la sangre de sus agujas con un pañuelo, para luego penetrar con sus filos el torso de su mano –. Llámame Unicornio – respondió mientras exhibía el piercing en su lengua.

Soñar despierto no crea realidad - Daydreaming not realityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora