Capítulo 45

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Alec.

Admito que estaba desaconsertado por la noticia del fideicomiso. No tenía idea cómo había pasado y el simple hecho de estar en mi ciudad natal lo encontraba surrealista.

Pensé que nunca volvería.

La señora mayor nos guía amablemente apenas nos ve salir del elevador como si supiera que estábamos a punto llegar.

Le doy una sonrisa agradecido.

El abogado parecía feliz, me toma desprevenido cuando sus brazos me rodean, le devuelvo el abrazo que recibo de su parte. Era alto y sus ojos rasgados le brindaban un aspecto jovial a pesar de que las canas en su barba lo delataban.

Según las palabras de Dasha llevaba años buscándome y cuando se comunicaron el tipo se había puesto contento por saber que estaba vivo, cosa que no pasó por alto la chica a mi lado y de camino aquí me mostró una carpeta llena de información del abogado; divorciado, sin hijos y llevaba toda su vida trabajando en el mismo lugar, obviamente había más información pero me sentía cómodo invadiendo su privacidad así que le regrese la carpeta a la pelinegra la cual totalmente ofendida dijo que no permitiría reunirme con cualquiera.

- Adelante pasen y tomen asiento por favor. - murmura después de saludar a Dasha con un apretón de manos.

Entramos a su oficina y el olor a lavanda inunda mis fosas nasales, un ventanal grande adornaba una pared brindándole calidez al lugar.

Mi garganta estaba seca y los latidos en mi pecho se calman cuando la Dasha llega a mi lado y entrelaza nuestros dedos, para ser honesto estaba nervioso ya que era la primera vez que infringia en algo sobre mí persona y se sentía malditamente extraño.

Un par de fotos adornan su escritorio llamando la atención al instante, y una placa con su nombre sobresalía. El abogado Ivan comienza a hablar y a explicarnos en lo que consistía todo, la duda más grande que tenía era de donde diablos había sacado mamá dinero y por que si lo había tenido no lo uso para su enfermedad.

Años antes de irme había sido diagnosticada con cáncer, papá había perdido su trabajo y tengo un leve recuerdo de la discusión que había surgido después de que ambos se encerraron en la habitación y él le confesaba que había robado para pagar su tratamiento. Los gritos de ella se habían encargado de hacérmelo saber.

- Alec.

El señor Ivan me llama y sus ojos azules me miran expectantes.

- No tiene. - aprieto la mano de Dasha como señal de agradecimiento al no tener idea de lo que el abogado decía y no me quiero ver más idiota al preguntarle, necesito dejar la melancolía a un lado y centrarme en esto.

- En ese caso tendrá que tramitarla, se entrega en una semana pero por el estado de Alec dudo que quiera tomarsela ahora. Solo necesitaré que llene la plantilla, sus huellas serán suficientes por ahora.

Asiento y tomo la carpeta que me da dándole una vista a los papeles. Había información de mi mamá y mía, la sorpresa que me llevó al ver la cifra de dinero causa que abra mis ojos con total desconfianza y duda. Comienzo a rellenar información y con su ayuda contesto algunas preguntas, nos explica más sobre el proceso y cierro la carpeta una vez termino.

- ¿Tiene idea de donde consiguió el dinero? - me mira por unos segundos y niega, algo me decía que mentía pero si me ponía a analizarlo no tenía por qué saber, ya que solo era el abogado de mamá.

Dasha intercambia unas palabras con él y derrepente abre el cajón sacando un juego de llaves que reconozco al instante.

Una presión en mi pecho y el nudo en la garganta son los efectos que causan las viejas llaves con el llavero de Italia aun en él. Eran las llaves de mamá.

Mi Maldita PerdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora