Capitulo 12

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Dasha.

Observo expectante la respuesta de Alik.

- ¿Crees que tengo ganas de perder el jodido tiempo? - sus ojos me observan con enfado, no tiene idea de como estoy yo.

- Solo salí un moment...

- ¿Cuanto? - su pecho sube y baja debido a la respiración que toma, me están dando unas tremendas ganas de apretar su jodido cuello.

- Fue menos de dos horas. ¿ porque tanto drama?, es solo un maldito chico Dasha.

Sin que el se lo espere, mi puño impacta en su rostro, provocando que se tambalee y caiga al piso.

- ¡¿Que demonios te pasa?!. - grita, se calla abrupta-mente al ver como lo observo, se que mis ojos en este momento no son para nada bonitos.

- ¡La única puta tarea que te deje fue que cuidarás de él Alik!, ¡no tenias el puto permiso de salir, pensé que había sido clara contigo maldita sea, si algo le llega a pasar, si le llegan a tocar aunque sea un jodido pelo Alik, ¡ESCÚCHAME!, Te mato. - su color pálido me avisa que sabe que no estoy jugando.

- En menos de diez minutos quiero la ubicación de Alec, de lo contrario , atente a las consecuencias.

Antes de irse me regala una mirada, la cual esta llena de sorpresa y miedo.

Malditos hijos de puta. Se arrepentirán.

(...)

Registro mi habitación, buscando indicios de algún ataque o algo más. Es tan ilógico esto, ya que pensé que en mi recamara estaría seguro, ¡joder!.

Meto mi mano a mi chaqueta de cuero sacando una cajetilla de cigarros, de la cual saco uno colocan-dolo en mis labios encendiéndolo en seguida, dejo escapar el humo por mis fosas nasales tratando de relajarme, lo cual dudo.

Una opresión en mi pecho hace que tire el cigarro y que los pelillos de mi nuca se ericen.

Necesitó saber donde esta.

Bajo en segundos a la planta baja buscando a Alik, unos "susurros" al final de un pasillo roban mi atención.

- No joder, no debieron de hacer eso, se cancela todo, llevenlo al lugar acordado, necesito que dejen una nota como si fuesen los del sur...

Su espalda tensa y el golpeteo de su pie al suelo frenéticamente hace percatarme de algo, esta nervioso.

- No imbécil, en 20 minutos llegaremos, no se porque le preocupa tanto ese idiota, ahora tendré que inventar algo.

Mi Maldita PerdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora