Capítulo 16 (2\3)

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Alec.

Estoy muriéndome del miedo y vergüenza que estoy sintiendo en este preciso momento, la voz de Dasha suena con un cierta picardía.

- Vamos Alec, ven aquí.

Sin tener otra salida salgo de mi "escondite", mi respiración es errática, mis manos no dejan de temblar, y siento que en cualquier momento caeré al suelo.

Por primera vez viví eso que tanto leía en los libros cuando algo vergonzoso le sucedía a uno de los personajes, el famoso " tragame tierra", y vaya que era en lo único que podía pensar.

~Debi irme y no estar fisgoneando.

Con pasos algo torpes llego al lado de ella, mi rostro arde debido al fuerte sonrojo que se apoderó de mí.

Me niego a alzar el rostro, estoy seguro que ella esta molesta, al igual que él, no debí de estar de curioso.

- Alec, puedes estar tranquilo, es de confianza.

Si supiera que me estoy muriendo de la vergüenza.

Asiento hacia ella, comienzo a alzar mi rostro topando me con sus magníficos ojos grises, su expresión es  sería.

~Creo que esta enojada.

Por primera vez, mis ojos logran ver a el chico de cabellera rubia, frunzo mi ceño al ver sus ojos azul cielo.

~ Juraria que e visto esos ojos antes.

Una sonrisa se dibuja en su rostro, observo expectante como alza su mano a mi dirección.

Paso saliva tratando de que no se percaten de ello.

- Sergei, él es Alec, y Alec, él Sergei, mi hermano.

Y por segunda vez la sangre se escapa de mi cuerpo, mis ojos se abren de sobremanera y observó los rostros de ambos con notable sorpresa.

Con un poco de miedo y saliendo de mi pequeño transe, alzó mi brazo aceptando su apretón de manos.

- Un placer Alec.

Dice después de unos segundos, asiento a su dirección, con timidez logró articular un igualmente. Se ve buena persona.

Siento como sus ojos me recorren, yo haría lo mismo en su lugar, ver a un chico lleno de moretones no es nada normal, bueno, al menos no para mí.

- Sergei, contarás con mi ayuda, pronto la tendrás aquí. Él y yo tenemos una platica pendiente, así que saldremos al jardín, estas en tu casa.

Veo como él le sonríe y ella le devuelve el gesto.

Un escalofrío recorre mi espalda al ver como sus ojos toman un poco más de brillo, mis ojos se niegan rotundamente el dejar de ver su sonrisa, es muy hermosa.

- Vamos.

Su hermano me regala una sonrisa, se la trató de devolver, aunque mas bien me salio una mueca.

Cruzamos gran parte de su mansión para llegar al jardín, observó como  me dirige hacia unos sillones, una vez llegamos me hace el ademán de que me siente.

Observó mis manos con cierto nerviosismo e incomodidad, alzó mi mirada al escuchar un encendedor, frunzo el ceño al ver como cierra los ojos y recarga su cabeza en el respaldo.

- N-no sabia que fuma-abas. - susurro, da una profunda calada al cigarro y es cuestión de segundos para que la tenga a centímetros de mí rostro.

Mi Maldita PerdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora