Capítulo 8

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Dasha.



Observo con cierta intriga a los dos tipos que se encuentran frente a mí.

- Y bien, ¿que encontraron?.

Mis ojos se entre cierran al ver como comparten una mirada llena de nervios.

- Bueno señorita Luzbel, desde que usted ordeno buscar el paradero de su hermano no hemos parado de hacerlo.

Mi rostro sigue con la misma expresión de siempre, frialdad e indiferencia. Sin embargo por dentro es todo lo contrarió, escuchar solo esa palabra "hermano ", hace que sienta una opresión en el pecho.

- Mediante las fotos que nos enseño y la información que nos cedió logramos contactar a una persona la cual pensamos que nos serviría, y funcionó.

Frunzo el ceño y tenso mi mandíbula.

- Al maldito grano Collins.

Hablo, mi pie comienza a moverse de arriba hacia abajo por la desesperación que siento, hablar de mi hermano es un tema muy delicado para mí.

- Verá, esa persona es la encargada de uno de los prostíbulos mas importantes en todo Colombia.

Ladeó mi rostro levemente al escucharlo.

Carajo no.

- En resumen jefa, encontramos a su hermano, pero hay algo que debe de saber antes de tomar cartas en el asunto.

Le doy una mirada de enojo y noto como pasa saliva, mis ojos lo observan con desesperacion al ver que no habla.

- Nosotros pensamos que quizás trabajaría ahí como gerente, e inclusive que por cosas del destino perteneciera a alguna organización... pero no es asi.

Tenso fuertemente mi mandíbula hasta al punto que comienza a doler, ladeó mi rostro suavemente esperando que hable.

- Su hermano fue vendido hace 7 años a una organización de trata de blancas colombiana, su hermano esta vivo.

Toma una bocada de aire y mira a Sokolov, el otro tipo.

- Por la influencia que tenemos gracias a usted, logramos entrar al lugar, ya que es muy exclusivo.

- Están colmando mi jodida paciencia.

Murmuro con un poco de desesperación.

- Nos dimos cuenta que su hermano esta bajo las ordenes de esa organización señora, su hermano es una cyka.

Cuando dice esas últimas palabras, dentro de  mí se desatan miles de emociones.

Mis ojos arden debido a  lágrimas que se acumulan en ellos, muerdo mi lengua negándome a hacerlo, no frente a ellos. Mis puños arremeten contra el escritorio dejando salir la furia que siento.

- Que mierda estas diciendo.

- S-señora c-calmes-se porf-favor.

- ¿¡ME ESTÁN TRATANDO DE DECIR QUE MI HERMANO ES UNA MALDITA PUTA!?, ¿¡QUE TODO ESTE TIEMPO QUE LO E BUSCADO A ESTADO EN UN MALDITO PROSTIBULO!?

Llevo mi mirada a la puerta de mi oficina al escuchar algo romperse.

Con mi respiración agitada salgo corriendo de mi oficina, mis ojos rápidamente buscan lo que causó el estruendoso sonido, encontrándome castaño, con la  mirada perdida y con los puños apretados a sus lados.

Mi Maldita PerdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora