Niego enojada al ver que vuelve a fallar. - Mas precisión Alik, tu controlas el arma, no ella a ti. - el asiente y veo como relaja su cuerpo y exhala. - Nunca dejes de respirar, solo exhala y cuando termines, apuntas y disparas. - hace lo que le digo y en pocos segundos dispara. Respiro cuando por fin lo hace. - Por esto es que nunca me gustaron las armas, son muy... malas. - dice quitandose los lentes y arrojandolos hacia un rincon del grande campo. - Nose como diablos puedes ser uno de mis mejores hombres, si en tu vida, habías agarrado una arma. - digo confundida y a la vez divertida al decírselo, y es que sí, todo este tiempo que a estado aquí solo se dedicaba a entrenar, cuerpo a cuerpo, jiu jitsu, entre otras cosas.
- Sabes bien que no me gustan las armas de fuego, no como tú, que solo viendo el cañón puedes saber cual es... Mi especialidad es todo físico, partirles su reverenda madre con mi puño. - niego divertida cuando me enseña su puño y hace una clase de baile.
- Que inmaduro. - le digo y camino hacia la salida del campo de tiro. - Oh vamos, soy el mejor en eso. - paro mi caminata al escucharlo. - ¿Perdón?. - hablo cruzándome de brazos. - Okey, okey, después de ti, Nose como es que nunca te e podido ganar, eres muy ágil, e visto cada uno de tus movimientos y son difíciles de hacer, pero se que un día te ganare. - alzo el rostro al escucharlo, ya quisiera.
Salimos en silencio y caminamos hacia la bodega, toda la mañana estuve con Alik enseñandolo a disparar, eso hizo que no me pudiera encargar de revisar personalmente la mercancía que saldría, pero era importante que el ya aprendiera, todos mis hombres saben tomar y disparar una arma, el no iba a ser la excepción.
Entramos a la bodega principal y encuentro a todos empacando, y subiendo las cosas a la camioneta.
- Ya esta todo listo para esta noche señorita Bogdanov. - asiento observando las camionetas. - Cinco bolsas en cada una?. - preguntó, debe de haber cinco bolsas de cocaína en cada maletín. - Así es señorita, como usted lo dijo, algo mas que quiera?.
Niego y habló. - Nada más forghini, preparen se para esta noche, lleven armas y quiero a 20 hombres conmigo y a otros rodeando el perímetro, no conocemos a estos coreanos y no sabemos si son limpios. - el asiente y se va a hacer lo que le dije.
Camino a mi oficina que tengo ahí, sintiendo los pasos de Alik atrás de mi. - Crees que si sea un buen negocio con esos coreanos?. - pregunta sentándose en uno de los sofás que hay enfrente de mi escritorio.
- Eso esperó,esta por acabar la semana y no tengo ganas de estar matando a gente estúpida. - tomo la bebida entre mis dedos llevándola a mis labios sintiendo el liquido recorrer mi garganta, suspiro al sentir como me relajó. - Hay mucho dinero de por medio. - murmura viendo un punto fijo.
- Como es que te contactaron?. - pregunta frunciendo el ceño, doy unos cuantos pasos sentándome en mi silla. - Cuando hice negocios con los colombianos, uno de ellos estaba ahí, le habían hablado de mi. - contestó tajante, no me gusta que me cuestionen, se perfectamente con quien hago negocios.
- Mmm... Bueno, pues iré a checar que todo este bien, nos vemos mas tarde. - sale de la oficina y yo aprovecho para checar las carpetas que me faltaban.
♠•♠•♠
Llevó tiempo en la bodega, había papeles que tenía que firmar sobre mercancías que llegaran de armas entre mas cosas. Checo mi reloj 9:41p.m, en media hora sera el encuentro con los coreanos.
Nos quedamos de ver a las afueras de la ciudad. - Adelante. - salgo de mis pensamientos al escuchar la puerta ser golpeada. - Jefa, ya esta todo listo, solo la estamos esperando a usted. - dice uno de mis hombres. - Okey, vamos. - tomo mi teléfono y abro el cajón que hay a mi derecha.
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Mi Maldita Perdición
Romance- Tranquilo, yo no soy como ellas, no te haré daño, puedes confiar en mi. - mi voz sale suave tratando de trasmitirle confianza, yo no soy así, no soy amable con las personas, no las ayudo, pero con el es diferente. Observo como cierra sus ojos y se...