Capítulo 32

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POV Alec.

Si alguien hace tres meses me hubiese dicho que iba a dejar el asqueroso lugar en el que estaba y que una misteriosa mujer se iba a hacer cargo de que eso pasara, definitivamente me hubiese reído en su cara. Cientos de veces traté de escaparme, de pedir ayuda pero nadie lo hizo y creí que nunca podría lograrlo,  me resigne a que toda mi vida me la pasaría ahí o hasta que alguien se le diera la gana de matarme.

Pero miro sobre mi pecho a la hermosa mujer que tengo descansando en él y todos esos pensamientos negativos se esfuman.

Los nervios aparecen en mí cuando veo como sus parpados se abren dejando a la vista sus tremendos  ojos grises, aunque  ahora que los veo más de cerca no solo son de ese color también le adornan pequeñas motitas azules que los hacen resaltar más de lo que ya son, comparado con los míos son un cero a la izquierda.

Paso saliva al ver la mirada que me da y como sus labios se estiran levemente al darse cuenta que la observo bajo la mirada algo avergonzado pero ella solo sonríe.

Logra ponerme jodidamente nervioso aún.

- Buenos días... - artículo tratando de desviar su atención de mis mejillas algo sonrojadas.

- Buenos días cariño, ¿qué tal dormiste?- susurra plantando un beso en mi mejilla. Sus labios se separan lentamente esperando una respuesta de mi parte, pero en este caso soy yo el que debe de preguntar cómo está,no me gustaría saber que fui brusco o le hice algún daño.

- Estoy bien, ¿tú estás bien, ya sabes... no t-te lastime o algo por el estilo? - pregunto lo más rápido que puedo pero con seriedad.

Sus ojos me observan con un brillo peculiar para después reír un poco, niega lentamente con la cabeza. Y su rostro se acerca a pocos centímetros del mío.

- Estuviste espectacular cariño.

- Dasha... - artículo cuando  su mirada se vuelve juguetona y la sonrisa de su rostro no se borra, sabe como ponerme nervioso y lo logra perfectamente.

Una carcajada brota de sus labios , de un segundo a otro se pone de pie dirigiéndose al baño.

Paso saliva al ver su pequeño cuerpo totalmente desnudo, era la mujer más  hermosa que había visto en mi vida. Trato de desviar mi vista pero era algo sumamente difícil es ahí cuando noto como pequeñas cicatrices adornan uno de sus muslos y en su espalda unas cuantas más. Recuerdo también que en sus antebrazos tiene unas muy parecidas a las de su espalda, se lograban ver gracias a la luz de el sol.

Aún así la hacían ver perfecta.

- ¿Quieres tomar una ducha conmigo? - pregunta volteando hacia atrás. Paso saliva algo dudoso, no quiero que se me vaya a hacer tarde para el instituto pero...

- Será corta lo prometo. - habla con total seriedad en su rostro, asiento algo nervioso.

Busco mi boxer con la mirada y apenas lo encuentro me lo coloco en lo que ella entra al baño, sí,  sé que ayer estuvimos juntos y no pudo haber sido mejor, pero entiendanme, esta mujer logra ponerme nervioso con solo verme.

Camino entrando al baño, volteo hacia la ducha y mi corazón palpita al ver como el agua resbala por su cuerpo. Entro lentamente anodado un suspiro brota de mis labios y es ahi  cuando se voltea dejando a la vista sus pechos, en cuestión de segundos sus manos se envuelven en mi cuello acercándose a mis labios.

- No sabía que las duchas se tomaban con ropa interior.

Río por su comentario pero de un segundo a otro sus labios se adueñan de los míos en un beso lleno de pasión, bajo mis manos a sus muslos cuando sus piernas se enrollan en mi cadera, la pego a la pared a la vez que su lengua trata de hacerse paso por mis labios sin embargo no se lo permito, no tan rápido.

Mi Maldita PerdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora