Capítulo 5

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Dasha.

Salgo de la ducha y cubro mi cuerpo con una suave toalla, camino a mi armario y comienzo a buscar la ropa que usare esta noche.

Tomo el conjunto color negro y lo llevo conmigo hasta mi cama, una vez ahí quito la toalla y me empiezo a colocar mi ropa interior, para después colocarme la ropa.

Seco mi cabello con la secadora y comienzo a alisarlo, me maquilló un poco y observó mi reflejo por el espejo.

Escondo una pequeña pero filosa navaja en mi abdomen y tomó mi bolso cerciorando que traiga todas mis pertenencias

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Escondo una pequeña pero filosa navaja en mi abdomen y tomó mi bolso cerciorando que traiga todas mis pertenencias.

Salgo de mi recamara y camino a la habitación de enfrente, tocó la puerta un par de veces y en segundos un chico de unos hermosos ojos negros se asoma por la puerta color gris, reprimo tensar la mandíbula cuando su rostro se agacha.

- ¿Estas listo?. - preguntó escaneandolo con la mirada, observando como la ropa de Alik, se le acentúa perfectamente, lo cual me recuerda que debo llevarlo de compras.

Asiente notablemente nervioso.

- Okey, vamos.

Habló con mi voz un poco áspera, caminamos el uno del otro a paso lento, no paso desapercibida como sus dedos se entierran en la palma de su mano cada que bajamos un escalón.

Necesita que lo inspeccione un doctor.

Pienso, abro la puerta de mi mansión sintiendo el aire chocar en mi rostro, erizandome la piel.

Su cuerpo se acerca solo unos centímetros mas al mio cuando los chicos se acercan.

- Ya esta lista su camioneta señora, los chicos irán en otras dos como usted lo ordenó.

Asiento lentamente y observo como se le quedan viendo unos segundos al ojinegro que tengo a mi lado curiosos.

- Okey, cuiden la casa.

Ellos asienten y caminamos a mi Mercedes G subiendo en ella, mis ojos viajan a él, deteniendome en sus dedos temblorosos, los cuales batallan un poco al querer poner el cinturón.

- ¿Quieres que te ayude?

Preguntó aunque se que es en vano, siempre se tensa cuando me acerco, aunque no lo juzgo, entiendo perfectamente el porque.

Salgo de mis pensamientos al ver como asiente incómodo.

Mis dedos toman el cinturón pasándolo por su cuerpo y me alzó un poco para poder colocarlo, reprimo el jadeo de satisfacción al oler su delicioso aroma, es una mezcla simplemente...genial.

Me separo rápidamente al ver como se remueve en el asiento.

Coloco el mio y en segundos salgo de mi casa observando las camionetas de mis hombres a los costados.

Mi Maldita PerdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora