Capítulo 24

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Alec.

- ¿Solo preguntó eso?. - pregunta frunciendo su ceño- Sí...

- ¿Y le respondiste? - asiento restándole importancia. Sigo comiendo al no escuchar respuesta de su parte. Estamos comiendo y conversando, esto es tan extraño. Es raro por el simple hecho de estar ella y yo, extraño porque después de muchos años siento que mi vida esta tomando sentido alguno.

El volver a ver a Irina fue toda una sorpresa para mí, me preguntó que habría pasado si Dasha no hubiese estado ahí, si no se hubiese entrado a ese habitación, lo más seguro es que yo aun estuviera encerrado en ese burdel siendo explotado por esas personas, que el par de chicas aun siguieran con vida. Es perturbador recordar esa escena en la que sus ojos perdían ese brillo característico lentamente a la vez que su sangre se escapaba de sus cuerpos como si de una llave se tratara para después desvanecerse por el suelo, y  lo mas perturbador es que la persona que esta sentado a lado mío lo haya hecho, que haya jalado ese gatillo como si fuese la cosa más común del mundo.

Centro mi vista en ella, sus delicadas facciones, su piel, su cabello tan negro como la mismísima noche. Y no se diga sus ojos... Son hermosos, a pesar de la frialdad que hay en ellos.

Un escalofrío logra que los vellos de mis brazos se erizen, parpadeo saliendo de mi ensoñación.

- Alec..., ¿estas bien? - con nerviosismo subo mi mirada conectándola con la de ella, asiento, y devuelvo mi vista a mi plato.

~ Su mirada es profunda, a cualquiera lograría ponerlo a temblar.

- Estas pálido, no me agrada la idea de que vomites, ¿sigues tomandote las pastillas?.

Escondo la sorpresa en mi rostro al recordarlo, tengo tiempo que no lo hago, aun puedo recordar la orden del doctor de que las tenía que tomar por tres semanas, y lo olvide.

- S-si, si, lo sigo haciendo, solo que b-bueno tengo tiempo que no salgo al sol, es por eso que últimamente luzco p-plaido. - termino de hablar a duras penas. Mentir no es lo mío, nunca se me a dado, a comparación de otras personas, no me gusta hacerlo ya que eso conlleva a más mentiras.

La duda es visible en su rostro, aun así solo entrecierra sus ojos.

- Sobre el regalo que me diste esta mañana... C-reo que es algo costoso y me temo que no podré aceptarlo. - susurro jugando con mis dedos por debajo de la mesa, escuchó como un pequeño suspiro escapa de sus labios pintados de un oscuro color rojo, luce bien con su tono de piel.

~ Concentrate Alec.

- Alec, se que quizás estas un poco abrumado por todo esto pero es necesario que lo tengas, es por tu bien. - frunzo mi entrecejo al escucharla.

- N-no es necesario, no tengo a quien llamar, y creo que es un gasto innecesario, aparte Irina y Sergei están conmigo todo el tiempo. - tenso mi cuerpo al escuchar el sonido de los cubiertos caer sobre las mesa.

- Ellos están contigo la mayor parte del tiempo, en cambio yo no y por eso necesito que lo tengas siempre contigo. - el enojo en su voz es visible.

- No me gusta que me r-regalen las cosas, prefiero ganarlas. - no se inmuta al oír mi voz, su semblante esta serio, sus ojos ven un punto fijo.

- Me alegro escuchar eso, aun así no aceptaré que me lo devuelvas. Dejemos este tema de una vez. Te esperó afuera en diez minutos, hoy inician tus terapias.

Mi Maldita PerdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora