Capítulo 13

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Dasha.

Una sonora carcajada se escapa de mí al escuchar lo que acaba de decir.

- Es el pretexto más estúpido que e escuchado en toda mi vida...

Articulo borrando todo rastro de diversión en mi rostro. Suspiro acercando me aun más a ellos, la acelerada respiración de los dos imbéciles hace darme cuenta que se están cagando de miedo.

- Va-amos Luzbel, has estado actuando diferente estos últimos días, no voy a dejar que hagas una estupidez de tal magnitud, sabes que esa pendejada no existe,

- ¡¿Y si fuese así a ti que mas te da!?, solo eres un trabajador más para mí, un fracasado más, soy tu jefa, la que te saco de la mierda en la que estabas, a la que le debes respeto, el cual no se lo diste.

- Sabes que esto no se pasa por alto, es una traición, y tú sabes más que nadie como se pagan las traiciones.

Una expresión de completo terror toma su rostro al terminar de hablar, sacó mi teléfono del bolsillo de mi pantalón y llamó a uno de mis hombres.

- Entra y toma a Alik, quiero que lo lleves a la mansión, al cuarto de tortura. Y quiero que quemes el cuerpo que esta aquí.

Cuelgo sin dejar que responda, mi arma apunta al entrecejo del otro bastardo, escuchando el golpe en seco que hace su cabeza al caer al suelo.

Me deleitó al ver como su sangre sale de él, es excitante.

- Sabes, eras la ultima persona de la cual sospeché, lastima, ya que hacías bien tu trabajo, vas a rogar para que no te mate Alik.

Digo antes de salir del lugar, tengo que ver lo antes posible a Alec.

(...)

Entro a mi casa desesperada por la preocupación que tengo, subo los escalones dirigiendo me a mi habitación, dos de mis trabajadores escoltan el pasillo con armas en sus manos.

- Señora, el medico esta adentro atendiendo al señor junto con forghini como usted lo ordeno.

"Señor", así fue como les ordene que llamaran a Alec.

- Correcto.

Abro la puerta adentrandome a la recamara, una vez dentró puedo ver que Alec esta siendo atendido por un medico, observo como coloca un trapo húmedo encima de la frente de él, aprieto mis dientes al ver como el medico niega un poco con la cabeza.

- ¿Sucede algo? - preguntó dando unos cuantos pasos hacía él, voltea a verme y su respiración se acelera al ver mis ojos y la arma que portó en mi mano.

- N-nada grave s-señorita, solo que la temp-pratura aun no le baja mucho, le recomiendo que cada 5 minutos le cambie el tr-rapo que coloque en su frente, algunas heridas que él ya tenia fueron reabiertas, las cuales curé junto con las nuevas, dejaré estas pastillas para que se las tome cada seis horas.

Articula entregandome una pequeña bolsa con pastillas, las tomo y mis ojos regresan al rostro de Alec, mí Alec.

El medico sale y forghini igual, mis pies caminan hacia el lado de la cama en el que esta Alec, instintivamente mis dedos comienzan a tocar su rostro.

Una idea surge en mi mente, bajo mi rostro y mis labios depositan un pequeño beso en la comisura de sus labios.

Su cuerpo se remueve un poco logrando que el húmedo trapo caiga de su frente.

Alec.

Arqueo mis cejas al sentir a alguien junto a mí.

Titubeo al abrir mis ojos, los siento demasiado pesados, respiro tratando de tomar aire, tengo frío, mucho frío.

Mi Maldita PerdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora